Fallece la infanta Alicia de Borbón-Parma, apasionada del campo, la caza y los perros con pedigrí

30 marzo, 2017 • Actualidad

La Infanta doña Alicia de Borbón-Parma ha fallecido este martes a los 99 años de edad. La infanta más longeva de España amaba el campo, los perros de pedigrí y con 90 años todavía cazaba. La tía de don Juan Carlos fue la que introdujo en nuestro país las razas teckel y braco alemán. Durante la década de los 50 y 60 del siglo pasado, la infanta y su esposo, el infante Alfonso de Borbón-Dos Sicilias, convirtieron la finca «La Toledana», donde sus monterías eran «legendarias», en el punto de reunión de la alta sociedad y la realeza europea.

Alicia de Borbón, en el funeral de María Cristina de Borbón en 2009 / Gtresonline

Su Alteza Real Alicia María Teresa Francisca Luisa Pía Ana Valeria de Borbón-Parma y Habsburgo-Lorena, princesa de las Dos Sicilias, princesa de Parma, duquesa viuda de Calabria, condesa viuda de Caserta e infanta de España, ha fallecido a las 13.30 horas de este martes en Madrid, según ha adelanto el diario ABC. Doña Alicia tenía 99 años de edad, era la última tía con vida del rey Don Juan Carlos y, para muchos, historia viva de nuestro país.

Hija de Elías, duque de Parma, y de la archiduquesa María Ana de Austria, Doña Alicia nació el 13 de noviembre de 1917 en Viena, entonces capital del Imperio Austrohúngaro. Su abuelo era Federico de Austria, comandante supremo del Ejército del Emperador Francisco José I durante la Primera Guerra Mundial, y su padre era uno de los mayores terratenientes de Europa, de ahí su afición por el campo. Ese amor se tradujo en un talento natural para la caza. Fue campeona de tiro al pichón y hasta el día de hoy es la única mujer que cazó toda la fauna mayor en España.

En abril de 1936, con solo 18 años, se casó con el infante Alfonso de Borbón-Dos Sicilias, hermano de doña María de las Mercedes, condesa de Barcelona y madre de don Juan Carlos. Su marido llegó a ser heredero de la corona española en 1904. Si su tío, Alfonso XIII, no hubiera tenido descendencia, Doña Alicia habría llegado a ser reina consorte. La pareja se instaló cerca de Blois, en Francia, pero ante el auge del antimonárquico del Frente Popular en ese país se mudó a la neutral Lausana (Suiza), donde nacieron sus tres hijos: Teresa, Carlos e Inés. En 1941, el matrimonio se instaló en España y adquirió la finca «La Toledana», en Ciudad Real.

En los años 50 y 60, el matrimonio convirtió «La Toledana» en un punto de reunión de la alta sociedad y la realeza europea. Sus monterías eran famosas, casi legendarias. Doña Alicia siempre salía a montear con los hombres y llegó a convertirse en una institución en los Montes de Toledo. Sus perros, de raza drahthaar alemán y teckel de pelo duro, criados por ella misma, la acompañaban en aquellas largas jornadas a la intemperie. De hecho, ella fue quien introdujo dos razas en nuestro país: teckel y braco alemán. En su entorno recuerdan que podía recibir a 40 o 50 personas cada fin de semana, salvo los domingos, que «eran sagrados para que la gente del campo pudiera ir a misa».

En octubre de 2015, Doña Alicia perdió a su primogénito, el infante don Carlos, a los 77 años. Ella, que entonces tenía casi 98, estuvo durante más de ocho horas recibiendo el pésame de amigos y familiares con gran entereza. La familia real al completo la acompañó para despedir a su hijo. El funeral de la princesa que pudo ser reina no será menos. Como infanta de España, tenía derecho a ser enterrada en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial. No obstante, según adelanta ABC, recibirá santa sepultura en el panteón de la familia Borbón-Parma en Austria. Esa era su última voluntad.

Informa Martín Bianchi para revistavanityfair.es


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