Envenenan a todos los perros de un joven cazador matando a 13 de ellos

10 noviembre, 2018 • Noticias de caza

Víctor Rodríguez, con algunos de los perros que han sido envenenados.

Los cadáveres están siendo analizados para identificar el veneno mientras el Seprona trata de dar con los responsables.

Para este cazador, sus perros «lo eran todo para él» y ahora solamente le quedan cuatro de los 17 que tenía.

Eran las ocho y media de un martes. Víctor Rodríguez se dirigió, como cualquier otro día, a la finca en la que guarda a sus perros de caza para limpiar las jaulas y darles de comer. Sin embargo, según el testimonio facilitado a la Guardia Civil por este aragonés de 32 años, nada más llegar a la perrera se percató de que algo iba mal. «El candado de la puerta de acceso estaba cortado con una radial«, relata el cazador en la denuncia interpuesta ante el Seprona.

Rodríguez tenía 17 perros en un terreno próximo a Figueruelas. «Los tenía —según corrobora el veterinario de la Clínica Veterinaria de Utebo que se personó en el lugar— en perfectas condiciones, bien cuidados» y separados de dos en dos en jaulas similares a las de las perreras. «Eran su vida», coinciden el veterinario y la madre del joven.

Pues bien, ahora a Víctor Rodríguez ya solo le quedan vivos cuatro perros. Alguien ha matado a los otros 13 envenenándolos uno a uno, según denunció el joven y confirman tanto el veterinario como la Guardia Civil.

«Cuando llego con el coche los perros suelen ladrar y me extrañó que no lo hicieran», contó él a los agentes del Seprona cuando fue a Alagón a poner la denuncia. «Al entrar a la perrera, vi que 13 de los 17 perros estaban muertos y que los otros cuatro, aunque seguían vivos, estaban en muy malas condiciones», continúa el relato.

La primordial en ese momento fue auxiliar a los cuatro moribundos, que fueron trasladados una clínica veterinaria de urgencias en Zaragoza. «Había que hospitalizarlos para ponerles tratamiento anticonvulsionante y estuvieron allí un par de días por intoxicación aguda. Claramente es un veneno administrado a conciencia pero estos cuatro debieron de comer menos cantidad que los otros», explica también algo afectado el veterinario de confianza del denunciante.

No duda en repetir lo de «a conciencia». Los perros, explica, estaban enjaulados de dos en dos y, al parecer, alguien fue administrando comida envenenada en cada una de las jaulas, por los dos lados del pasillo y de forma individual a cada uno de los animales. «Víctor dice que solo les daba ternasco para comer y en las jaulas y los vómitos encontramos restos de pollo», cuentan desde la clínica veterinaria de Utebo.

Los agentes de la patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Ejea de los Caballeros se personaron en la finca al día siguiente, el miércoles 31 de octubre, y confirman que allí seguían los 13 animales muertos rodeados de vómitos. También acudió allí el veterinario de Utebo para colaborar. «Enviamos muestras de vómito y a seis de los animales fallecidos a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, donde les están practicando las necropsias y analizando el material para tratar de identificar qué veneno es», relata el profesional.

En la denuncia, Rodríguez manifiesta que junto a los perros encontraron «unas bolas negras muy pequeñas» y aunque podría tratarse de Aldicarb, desde la Guardia Civil prefieren no aventurarse todavía y no sacar conclusiones antes de tiempo, pues la investigación sigue abierta. «Se están analizando las muestras en la Facultad de Veterinaria y después habrá que enviarlas a Madrid para tratar de determinar el veneno que se utilizó e identificar a los responsables», explican desde el cuerpo.

Respecto al sufrimiento de los animales, desde la clínica veterinaria informan de que los envenenamientos provocan síntomas nerviosos y, al final, una parada cardiorrespiratoria. «La muerte se tuvo que producir en muy poco tiempo, entre dos o tres horas después de la ingestión del veneno».

Carmen Díez, la madre del joven cazador, se muestra indignada con que alguien haya podido hacer algo así, de forma tan premeditada, y cuenta que su hijo está «destrozado» porque estos perros «lo eran todo» para él.

Informa P. Puebla para herlado.es


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