Entrevista al cazador Antonio Reyes

Tenemos el placer de saber un poco de Antonio Reyes Granado Muñoz, empresario de Río y Monte, una tienda de caza.  Vive en Cáceres y lleva toda la vida cazando.
¿Qué modalidad de caza practicas?  La caza menor, mi pasión es la caza del conejo con Podencos. También me entusiasma la caza mayor aunque he realizado pocas salidas a esta acción cinegética.  Pronto, me bautizaré con ese Jabalí deseado.
¿En que zonas cazas? Hoy en día pertenezco a la Sociedad de Cazadores Virgen del Prado de Casar de Cáceres, todo un lujo, a pesar de la poca densidad de caza que nos podemos encontrar en muchas sociedades de pueblos.  También suelo realizar algunas salidas a terrenos libres, con arma o la caza a diente con mis Podencos, aunque éste año 2012 con la nueva normativa de
Extremadura, muchos cazadores nos tenemos que ir dando cuenta que la caza con arma en estos terrenos es ya pasado, debemos de disfrutar de la caza a diente con Podenco, una modalidad emocionante y llena de adrenalina que te hace ver la verdadera lucha de animal contra animal.  Otras de mis zonas de caza: alguna escapadita que otra en algún coto privado de la provincia de Toledo.


Arma de caza: AYA. Modelo ‘El Matador II’ Paralela, Cal.12
¿Por qué la tienes? Disculparme, antes de contestaros me voy hacer varias preguntas.  ¿Soy Cazador de nacimiento o tal vez de herencia? ¿Tal vez sea genéticamente? Realmente lo llevo en la sangre. La Pregunta que me realizan ustedes es de bastante sentimiento hacia mi persona, y podría escribir folios de sentimientos hacia esta arma, razón por la que tenido que empezar su pregunta a preguntarme a mi mismo y realizar seguidamente la respuesta.  Os voy a ser breve: Mis raíces familiares han sido y son cazadoras, nunca pude conocer a la persona que me dejó este formidable tesoro, esta persona fue mi abuelo Ignacio Reyes, lo llevo siempre en mis manos en cada cacería, desde arriba el me ayuda. Por lo poco que me han comentado para no llenarme de dolor, era una persona que vivía por y para la caza y la pesca; es decir, alimentaba a la familia de lo que le daba el campo, un luchador, un formidable carpintero de profesión que murió en el campo.

En el año 1990 cumplí mis 14 cumpleaños, y mi padre me hizo entrega de la herencia que me dejo mi abuelo. Veintidós años lleva en la 3ª generación, sin pisar un taller, pronto tendré que ir pensando en hacerle una pequeña restauración, aunque será difícil desprenderme de dicho tesoro para podérsela entregar a la 4ª generación.

¿Cómo te iniciastes en la caza? Recuerdo ese día como si fuera ayer.  Pasaban dos días de mi quinto cumpleaños y a la puerta de casa llamaron, era mi tío Reyes con un Podenco Andaluz, este fue recogido en la plaza Mayor de Cáceres, un Podenco abandonado entraba en mi casa.  Lo estoy viendo.  Llevaba de collar y correa una soga de alpaca, tal y como se lo encontró tío. Nada más entrar por la puerta me abrace al animal, mi pecho contra el suyo, su mirada se cruzaba a la mía, unas sensaciones inolvidables. Ese día en casa era un sofocón de lágrimas, oía voces entre padre y madre por dicho animal, ya que en el patio mi padre tenía tres Podencos Portugueses, y un Podenco más en el patio era realizar algunas reformas.  El Podenco ‘Canelo’ se quedó en casa, pero lo bueno de ello es que padre a los pocos días de estar el perro en casa no tuvo mas remedio que alquilar un ‘cobertizo’ para los animales. Aquí es cuando empiezo a iniciarme en el mundo de la caza.  El fue mi verdadero Maestro, eran días de gloria bendita, los alrededores de mi pueblo eran tesoros para el ‘Canelo’, para mi niñez era una pura adrenalina, hasta que llegó el día de llevarme algunas collejas y castigos por parte de padre por hacer esos ‘lobillos’. Seguidamente no tuvo más remedio que darme un garrote y un ‘morral’ para acompañarle en sus cacerías, pero el ‘Canelo’ siempre tenía que estar presente en mis cacerías.

¿Tienes perro de caza? Sí, una Podenca Andaluza. Cuando salgo de caza en solitario, disfruto del campo y de mi Podenca Alba ‘Rosa del Campillejo’.  Dispongo también de Manetos y Podenco Andaluces cuando salgo con hermano y padre. ‘Balto’ y ‘Llena’ y sus dos cachorros son nuestros pequeños gladiadores.  ‘Jara’, ‘Poncho’ y ‘Ligero’ (la maquina) son los Podencos que disfruto de las salidas a la cacería del conejo.

¿Puedes contarnos el momento más emocionante que has vivido en la caza? Sí, por supuesto, os voy a contar una de las tantas que he podido vivir. Pero comentaros que cuando uno sale de cacería, la fauna, la flora y la caza en si te dan momentos emocionantes.

La historia de ese momento tiene dos salidas de caza menor.  Tendría unos 6 o 7 años, padre cazaba en la Finca ‘Zarza la Mayor’ en la provincia de Cáceres, una finca que en la cual cruza el río Almonte. Un buen día de cacería, ya en la finca y con el grupo de cazadores y amistades, después de realizar varias manos dimos por terminada la jornada, por costumbre se repartían la caza abatida y solíamos echar en el maletero de la ranchera que tenía padre todos los aperos, perros y caza. De regreso al ‘cobertizo’ para dejar los perros, a unos 2 Km. de la llegada, miro hacia atrás, al maletero, mis ojos veían que mí ‘Canelo’ se estaba comiendo una perdiz, me alarmé y padre reacciono frenando el vehículo para reñir y pegarle un puntapié al ‘Canelo’. Mis
ojos se llenaban de lágrimas viendo cómo ‘Canelo’ se perdía por los campos de alrededor del pueblo. Era mi culpa, por alarmar a padre de lo que vi hacer a mi perro.

Eran días de sufrimiento, de no poder vivir, días de gritar ¡Tierra trágame! Pasaron varios días y me arme de valor para empezar hacer de nuevo mis ‘lobillos’ para buscar a mi ‘Canelo’, esta vez no eran solamente por la tarde, sino todo el día, mintiendo a los padres de que comería en casa de algún amigo.  Varios días me duró el mentir, y muchas collejas recibidas junto con castigos me llevé.  No podía vivir, faltaba mi alegría.

Un buen día, sentado en el umbral de casa con el bocadillo en mano, pensativo y la cabeza baja por lo que me estaba sucediendo, miré hacia la esquina de la calle, allí se me asomaba mi ‘Canelo’ (Dios vino a verme, me traía mi pan).  Rápido salí a su encuentro para abrazarnos, además le ofrecí mí poco bocadillo que me quedaba, ‘Dame de comer, que te ofreceré comida’. Me tenía que apresurar para no ser visto con el perro con toda la emoción y alegría me fui a llamar un amigo para comentarle dicho encuentro y para que me ayudara a realizar una pequeña
perrera para que no se enterara padre de que el ‘Canelo’ había vuelto.  El mismo día, a unos escaso trescientos metros de casa tenía un corralón, allí decidimos el amigo y yo realizar la pequeña perrera, nuestra alegría era inmensa, y un poco más tarde se me volvió a presentar esa pequeña suerte que todo perrero necesita. Un vecino del ‘cobertizo’ nos vio de estar realizando algo en el corralón, por allí tenían que pasar muchos propietarios de los corralones para ir hacia ellos. El Sr. Severino, vecino del ‘cobertizo’ no dudó en ir a merodear de lo que estábamos haciendo allí.

¿Qué hacéis Antonio? ¿Ese es el ‘Canelo’?
– Si, si Sr. Severino. ¡No le digas nada a mi padre por favor!
– Estate tranquilo Antonio, venga coge al perro y éntralo en mis perreras.  Nada más escuchar las palabras del buen amigo Sr. Severino, cogí al ‘Canelo’ y le prepare en dicha perrera su camastro. Empecé a ir todos los días a engordarlo, a darle mis caricias, a fundirme de alegría y abrazos juntos. Una vez recuperado el perro, no dudé de nuevo a empezar a recordar mis primeras salidas junto a él.  Esta vez era después de los estudios, pues no podía permitirme de que padre se enterara que el Podenco había vuelto, (tenía miedo de que volviera a darle de
nuevo un puntapié).  Esto no tenía ni podía seguir así todos los días, tenía que llegar el momento de que padre se enterara.  Llega el momento de realizar una nueva salida de cacería a la Finca ‘Zarza la Mayor’. Aparejos y perros al maletero de la ranchera y camino al cazadero sin mi perro, me tenía que armar de valor, y a los 2 Km. del cobertizo donde padre le
dio el puntapié al ‘Canelo’ le comento:
– Padre, de la vuelta que se me ha quedado el garrote y morral en el
‘cobertizo’.
– Haber si tienes más memoria.
Una vez llegado al ‘cobertizo’ me ve que voy al del vecino y me pregunta.
– ¿Dónde vas?
– Espera padre, que tengo aquí en el cobertizo de Sr. Severino el garrote, morral y algo más.

Cuando me ve salir con aperos y el perro, no tenía mas que decirle que si el perro  no me acompaña yo no iría de caza. En ese momento me lleve una colleja, pero mi ‘Canelo’ volvía de cacería.  Ni padre, ni mi persona, nos esperábamos lo que en ese día de cacería el campo y animales nos daría un lance que lo recuerdo como si fuera ayer mismo.

Ya en el cazadero, disparos y ladras eran continuos. En unas de las manos que dábamos por los riberos del Almonte, andar tras andar riberos y realizar algún lance a las perdices, mi perro el ‘Canelo’, se quedó parado con una perdiz, era un momento de gloria, nunca pude ver antes al perro parado, pero esto no queda aquí, el lance a la perdiz fue fallado por parte de padre quedando a la perdiz alicorta, pudiendo esta volar hacia la otra orilla del Almonte, fue cuando mi perro ‘Canelo’ se tenía que armar de valor y sacar de lo que llevaba dentro, dos
palabras tuve que decirle – búscala ‘Canelo’- un podenco nadando, no me lo podía creer lo que  veía, no era el verlo nadar, sino que cruzó dos veces el Almonte para poder cobrar la perdiz y entregársela a mi padre. Padre se lo comía a besos. Para mí, el podenco es mi vida.
¿Qué sueño te gustaría cumplir en el mundo de la caza? A parte de poder abatir ese jabalí deseado con el hierro del abuelo, sí, sí me gustaría cumplir un sueño.  Pues nada más y nada menos me gustaría tener esa pequeña finca para dedicarme a la repoblación y conservación de animales a nivel nacional, así seguro que todos mis amigos cazadores disfrutarían de grandes momentos y días de campo y cacerías.  Luchare y trabajare diariamente para poder conseguirlo, es difícil, pero los  sueños, sueños son.
¿Qué harías tú para mantener la caza entre la juventud?  Hoy en día conozco varias asociaciones que trabajan para la educación y formación de los jóvenes. Estoy al día de las noticias de estas asociaciones, y lo único que haría ahora mismo es darle toda mi fuerza y apoyo hacia estas asociaciones para que sigan trabajando por sus objetivos.  Mantener la caza entre los jóvenes es una tarea bastante difícil y complicada, soy joven, he cazado con muchos amigos cazadores, tanto mayores como jóvenes, estos últimos ha sido en minoría las salidas, ya que mis gustos es rodearme de personas mayores, de ellos aprendes muchísimas cosas y a ellos quisiera decirles algunas palabras con respecto a vuestra pregunta.

Debemos cuidar a los animales y su entorno, si los jóvenes nos ven realizar estas actividades estoy seguro que muchos de ellos seguirían los pasos de los mayores.

Los ecologistas siempre están cargando contra la práctica de la caza. Imagínate que tienes a uno delante, ¿qué le dirías para defender la caza? Mire usted, somos muchos cazadores que amamos el campo, soy uno de ellos, aparte me gusta la pesca practicando la captura y suelta.  Piense en el pasado, sí, en el pasado prehistórico, muchas tribus respetaban y admiraban a los cazadores, estos eran proveedores de alimentos, valientes y audaces.  Sin embargo hoy en día no entiendo por qué se envuelven cazadores ‘buenos’ y ‘malos’ con grupos como… y su gran lema ‘por los derechos de los no cazadores’ o como otra persona que tampoco voy a nombrar con su lema ‘No a la caza’.  Por favor, miren al pasado.

¿Algo más que nos quieras contar? Sí, en primer lugar quiero agradecer al equipo de Cazaword por el gran trabajo que realizan por y para la caza, gracias por realizar esta pequeña entrevista y  poderos contar cuando el tiempo me lo permite un sin fin de historias de caza.  Quiero recordaros que no solamente me gusta cazar y pescar, sino la vida de campo, observar las costumbres de los animales y su hábitat.
Abrazos.
Antonio R. Granado