Voces de caza
Entrevista a Pedro Queipo de Llano, protagonista de 21 días de caza
Pedro Queipo de Llano, el protagonista de las jornadas africanas en el programa 21 días de caza, es un cazador profesional que organiza cacerías en Sudáfrica a través de su empresa Mashudu Safaris. Desde el Limpopo nos ha contestado a una entrevista que se divide en dos partes, en la primera podemos conocer sus comienzos y su gran amor por el continente africano.
-¿Cómo y cuándo te iniciaste en la caza? Desde muy pequeño he andado cazando, empezando desde los cinco años que maté mi primer conejo, y como lo conté en la revista “Sendas de caza” todo empezó así:
Recuerdo cuando era pequeño, cazando conejos en las afueras de Madrid con mi tío Alfonso en la que fue su finca Las jarillas, en la que hoy en día se dan bodas, cuando todavía no había pegado demasiado fuerte la mixomatosis y era necesario cazarlos ya que la población era realmente una plaga y en la mayoría de las fincas se cazaban con cepos y se contaban a final de año por miles los conejos cazados tanto por este medio como con escopeta, por entonces yo iba con mi tío de secretario, no contaba probablemente con más de cinco años y aún recuerdo las ganas que tenia de coger una escopeta y cazar uno de esos conejos, pero claro a esa edad el culatazo podría desencajarme hasta el más pequeño hueso de mi cuerpo.
Poco después Luís el jardinero, que tenía un hijo con su mismo nombre y misma edad que yo por lo que acabamos siendo grandes amigos, tenía por ahí una escopetilla de perrillos con dos cañones de 12mm, nos colocó de puerta, recuerdo como si fuera hoy, detrás de un caño muy grande que salía de la fuente Del Gallo, y allí nos quedamos esperando mientras los mayores cazaban en mano no muy lejos de nosotros con la idea de batirnos y echarnos algún conejo que pudiéramos tirar. Así fue, recuerdo que Lute, el guarda, metió solo un cartucho en el cañón derecho, este señor ya muy mayor con cara enjuta y rasgos muy marcados por el sol, nos vigilaba para que la escopeta no bailase en todas direcciones jugando con ella, si no apuntando hacia arriba y quieta y al cabo de un ratillo recuerdo a un conejo viniendo completamente de frente hacia nosotros, Lute montó el perrillo y me aconsejó esperar a que se acercara un poco más, así hice, lo que en términos cazadores se dice “lo deje cumplir” y disparé, haciéndose un ovillo. Las sensaciones, de ese primer conejo que con las ganas que tenía de abatir un animal, fueron indescriptibles. Después de casi 40 años ese lance sigue en mi memoria como si fuera ayer mismo. La alegría de mi tío y la atmósfera creada me hacía sentir como un gran cazador y me aproximaba a lo que para mí era tan inalcanzable, ser cazador.
Con unos ocho años conseguí abatir mi primer venado, que fue un vareto defectuoso también con mi tío Alfonso en la finca Nava el Sach pero poco más tarde mi primer venado de montería a la cual fui solo al puesto por primera vez en la finca la Remediadora que entonces era parte de Nava el Sach. Recuerdo que me colocaron en un barranco donde corría un arroyo que me dejaba oír a duras penas, estaba todo verde ya que era el fin de la otoñada y en parte umbría que estaba, teníamos que matar muchas ciervas ya que la cantidad de ellas era inmensa, ya había matado unas cuantas descastando, pero nunca un venado en montería. En aquel entonces, como era ya costumbre tiraba con la escopeta calibre 16 de Emiliano, el guarda mayor, un solo caño y de perrillo baleaba como un rifle y además ya le tenía cogido el tranquillo. El tío Alfonso me dio 6 cartuchos de bala recuerdo que me entraron 5 ciervas y las cinco del balazo ni rechistaron, hasta una de ellas cayó en mis pies, pero el dilema fue con un venado que me entró a toda pastilla barranco abajo, piernas y escopeta temblaban al unísono y le aticé lo mejor que pude, pero no fue suficiente. Cuando terminamos fui a mirar si había sangre ya que le vi hacer un extraño al tiro, pero nada encontré. Aquí llego a un punto interesante que solo el que tiene señorío y buena educación confiesa cuando remata algún animal que no es suyo, y en este caso Pepe Ampuero que estaba en el hondo del barranco me hizo la persona más feliz del mundo, remató el venado, como una foto hoy en día le había pegado en lo alto de la pezuña y muy amablemente me cedió el venado. Pero la pieza a cazar para esta pregunta se queda solo a medias si no digo que desde pequeño me dediqué a acompañar a mis tíos como Alfonso Urquijo en muchísimas cacerías, siendo para mi, maestro en el campo y maestro en vida, ya que la caza no solo te enseña a matar animales, si no el respeto, la educación y muchas otras cosas básicas de la vida que desde el campo se tienen muy directamente.
-¿Cómo y cuándo te enamoraste de África? No se puede decir un momento porque es el momento en sí.
África te permite vivir de una manera muy distinta a lo convencionalmente europeo, aquí tienes vistas, no solo vista física de lo que ves. Es decir, la mayoría de los europeos, especialmente en las ciudades, solo están acostumbrados a ver la manzana de enfrente, comer a diario lo mismo, y aguantar a tu jefe y a la secretaria con unas vistas a ser promocionado en dos o cinco años o a pre jubilarse con una pensión digna o a calcular cuánto me puedo gastar en la letra de un coche o en una casa para los siguientes 30 años sin poder salir a tomar ni una cerveza, que ya no cuestan 20 duros.
Aquí el dinero es importante para sobrevivir haciendo lo que de verdad te gusta hacer, sin fantasmadas ni hechuras de súper hombre, que todos piensan que somos por vivir, en muchos casos, en zonas hostiles a los blancos, pero nada comparable con los atascos a diario, el sobre control y presión policial, impuestos, en definitiva; levantarte por la mañana con los pájaros, ver la sierra y los animales a diario, es vivir en un paraíso. Sí le queréis llamar amor o estar enamorado de África así es, pero no es solo el momento si no la consecuencia de ellos.
Hay sólo 1 comentario. Yo sé que quieres decir algo:
hola soy el hijo de asensio esteban vii una gran experiencia al ir a cazar a sudafrica , y quiero darte las gracias por eso