Empiezan a llegar las codornices a nuestros campos
Las codornices ya se están dejando escuchar en muchos acotados de nuestro país. Su presencia, por desgracia, se ha visto muy reducida en los últimos años. En este artículo de José María Agramonte podemos leer acerca de su migración, su hábitat, de qué depende que haya más o menos y de algunas buenas prácticas a llevar a cabo para que la codorniz se quede en nuestros campos.
Su supervivencia dependerá de la humedad y la cobertura vegetal que permanezca tras la recolección de cereal.
La codorniz es un ave migratoria que cuando llega a Navarra procedente del norte de África, si encuentra cobertura vegetal y humedad, cría y se queda, pero si no encuentran un hábitat favorable sigue emigrando hacia el norte, quedándose únicamente algunas en la zona pirenaica si hay suficiente humedad que las retenga o siguiendo hacia Francia y otros países europeos en caso contrario.
En el argot de los cazadores hay dos tipos de codorniz; la que ha llegado al principio de la primavera y criado en el lugar, muchas de ellas pollos del año; y la de pasa, que aparecen a mediados del verano de un día para otro, con más peso, y que se caracterizan por tener mucha más grasa al estar más preparadas para la migración. Éstas últimas, son deliciosas para cocinarlas, siendo muy típico en Navarra el ir guardando las cazadas a lo largo de la media veda para hacer un día con los amigos o la familia un buen puchero de pochas con codornices, bocado apetitoso donde los haya.
¿De qué depende que haya más o menos codornices?
Este año en Navarra la primavera está viviendo con mucha sequía, y ello conlleva que las codornices que vienen migrando desde el sur, al no encontrar el hábitat adecuado, sigan su marcha hacia el norte. Si a ello le sumamos que con el calor y la sequía se adelanta la recolección y la recogida de la pasa, los campos se quedan sin cobertura, siendo imposible que puedan vivir en ellos estas aves.
Otros años, cuando la primavera viene más lluviosa, muchos ejemplares se quedan y crían aquí, y como con la humedad en agosto todavía quedan muchos campos sin cosechar, estos se siguen manteniendo llenos de codornices que encuentran en ellos una excelente zona de cría y refugio. Este año, salvo que las tornas cambien, la estación viene muy seca, es previsible que se adelante la recolección y la recogida de la paja, dejando los campos sin cobertura alguna donde puedan vivir estas aves.
Donde más codornices encontraran los cazadores es en los lugares que ofrezcan suficiente cobertura vegetal, comida y humedad donde hayan podido criar, pero es fundamental que las prácticas agrícolas que se efectúen en ellas no sean tan agresivas como lo son en la actualidad. Es una verdadera lástima que en lugares donde a primeros de primavera se pueden escuchar y ver abundantes ejemplares, tras la recolección del cereal, recogida y empacado de la paja, y volteo de la tierra se hayan ido muchas de ellas, trasladándose a otras zonas como campos de alfalfas, de cebollas, girasoles, maizales, y parcelas no cultivadas invadidas por gramíneas. Indicar que si la situación es desfavorable no todas emigran, sino que algunas se desplazan a las zonas de los cotos donde haya regadío, donde encuentran la cobertura que necesitan, alimento y agua.
Medidas que son muy beneficiosas para que se queden las codornices
Ya que muchas de ellas crían en las alfalfas y los trigales, es fundamental que se atrase al máximo la recolección de los trigos y alfalfas. La fauna de la estepa cerealista, en especial las codornices y las perdices, cada vez lo tienen peor para sobrevivir ya que los ciclos de cultivo son más cortos y la transformación del medio tras la recolección es más agresiva. Tenemos que avanzar hacia unos sistemas más respetuosos con el medio ambiente.
Otro aspecto muy importante es intentar que la recolección se haga de día y a ser posible del centro de los campos en círculos hacia fuera, dejando suficiente altura en el corte de los rastrojos para que quede una buena cobertura vegetal. De este modo se dan más oportunidades a las aves para que puedan escapar. Este tipo de actuaciones beneficiosas para la ecocondicionalidad deberían estar subvencionadas, ya que de esta forma muchos agricultores se animarían a adoptarlas.
Desde Adecana comentamos a este respecto que la Planta de Biomasa de Sangüesa, en la cual se consumen unas 160.000 toneladas anuales de paja de cereal, muchas procedentes de los campos navarros, a través de su Declaración de Impacto Ambiental, establece que para que la recogida de la paja que se utilice como combustible en la Planta de Biomasa no tenga un impacto significativo sobre la fauna, debe garantizarse que dicha recogida se efectúe de acuerdo a una serie de condicionantes medioambientales:
- Respetar un periodo no inferior a 10 días entre la cosecha y la recogida de la paja.
- Instalar en las cosechadoras dispositivos espanta fauna.
- Recoger la paja del centro al exterior de la parcela.
- No recoger la paja durante la noche.
Desde la Asociación de Cazadores Navarros no tenemos conocimiento que en la práctica estas pautas se estén aplicando, por lo que como hemos hecho otros años, informamos al respecto, indicando que estas obligaciones únicamente son aplicables a la referida planta de Biomasa de Sangüesa, por lo que existe todo un vacío legal en el resto de la paja que no se destina a esta empresa, debiéndose establecer unas líneas de ayudas para que se lleven a cabo.
José María Agramonte
Unión Nacional de Asociaciones de Caza