El visón americano merma nuestra fauna y el activismo animalista es culpable de ello

El visón ataca a todas las aves acuáticas que comparten su hábitat y también preda sobre conejos, palomas o perdices.

El Frente de Liberación Animal liberó 15.000 ejemplares, siendo estas acciones animalistas el origen del problema.

Redacción | La mitad norte de nuestra península está sufriendo un grave caso de invasión de una especie alóctona, de los muchos de los que suceden en nuestro país. Un problema que de momento está resultando ser incontrolable para nuestras autoridades. Se trata del visón americano.

Este comenzó su gran expansión entre otras cosas, debido a la liberación de ejemplares de granjas por parte de grupos animalistas. Fue introducido en España alrededor de los años 30 y posteriormente, en los años 70, comenzaron a instalarse las primeras granjas de estos animales, produciéndose alguna fuga accidental. Finalmente comenzaron a sucederse numerosos casos de liberación y sabotaje de estas granjas por parte de grupos animalistas, elevando el nivel del problema al que nos encontramos en la actualidad.

Graves daños a especies cinegéticas y no cinegéticas

Los daños al ecosistema y a la biodiversidad que esta especie inflinge en nuestros campos son incontables. En su cadena alimentaria podemos encontrar un gran número de especies de aves, peces, anfibios, reptiles, crustáceos e incluso pequeños mamíferos.

Muchas son las especies cinegéticas que se ven afectadas por este animal, ya que el visón ataca a todas las aves acuáticas que comparten su hábitat. Además, también siente debilidad por conejos, palomas, perdices, etc.

El problema se agrava cuando hablamos de las especies no cinegéticas, debido a que algunas de estas están en grave peligro de extinción, como por ejemplo el desmán o el propio visón europeo, que el americano desplaza e incluso ataca, convirtiéndose en unas de las principales causas de su grave situación.

En el caso del primero, el desmán, su población se está viendo afectada por ser parte de la cadena alimentaria del visón. Además comparten algunas fuentes de alimento por lo que el desmán ve mermada su capacidad para alimentarse.

En cuanto al visón europeo, su población se está viendo seriamente mermada debido a que ambos son competidores directos por el ecosistema. En este caso, resultando claramente perdedor la especie autóctona, la cual se está viendo seriamente desplazada. La nutria, aunque en menor medida, también está viendo afectado su ecosistema por los motivos anteriores.

El daño generado por el visón americano no solo afecta a nuestros campos. Numerosas granjas son atacadas por intrusiones de este animal, mermando sus producciones y desesperando a los granjeros.

Gran expansión en nuestro país

La expansión de este mustélido está resultando rápida y casi incontrolable. En la actualidad, está extendido en casi toda la mitad norte de nuestro país, concentrado en Castilla y León, Madrid, Extremadura, Cataluña, País Vasco, Galicia, Aragón y Comunidad Valenciana. Además,  poblaciones menos numerosas se están instalando en el resto de comunidades colindantes. Sus zonas de influencia crecen a gran velocidad, y aunque cada vez se intenta mermar más su población con la instalación de trampas, las autoridades no consiguen  controlar el problema.

Solo en Castilla y León, El Consejo de Gobierno ha aprobado  la contratación del servicio de seguimiento del estado de conservación del visón europeo y de las actuaciones de control de las poblaciones de visón americano, por un importe de 381.508 euros.

El activismo animalista empeoró notablemente la situación

El mero hecho de la introducción de esta especie en nuestro territorio ya supuso un enorme riesgo para nuestra fauna, pero la situación tuvo varios agravantes inesperados, en los que el activismo animalista tuvo mucho que ver.

El 31 de julio 2001, varios activistas del Frente de Liberación Animal liberaron varios ejemplares de visón americano de una granja de La Puebla de Valverde (Teruel). En el año 2006 actuaron en otras tres granjas coruñesas, liberando otros 15.000 ejemplares. Al año siguiente, la liberación se produjo en Gerona. Esta vez fueron 2.000 los visones liberados.

Esas liberaciones fomentaron la creación de poblaciones estables, que posteriormente se han ido extendiendo por todo el norte de la península. Los daños que esta especie está ocasionando son muy cuantiosos y pueden llegar a ser irreparables. La liberación de este número tan alto de ejemplares ha podido salvar su vida, pero ha supuesto la condena de la de muchos otras especies autóctonas.

A todas estas liberaciones hay que sumarles el abandono de algunas granjas y la puesta en libertad involuntaria de ejemplares, ya sea por escapes o debido a destrozos en las granjas, por tormentas o ciclones.

La situación actual es difícilmente salvable, aunque se lucha permanentemente por poner remedio a un problema que supone un serio peligro para la fauna silvestre de nuestros campos. Las subvencionas para su erradicación llegan, pero los resultados no terminan de ser visibles.