El respeto y la educación de los cazadores debe primar sobre el discurso del odio
Defendamos la caza, sí, pero desde la educación y el respeto. Nunca he creído en el discurso del odio, ese que tanto les gusta a muchos simpatizantes del movimiento animalista y que, sin darse cuenta, genera rechazo por parte de la sociedad. Nunca he sido amigo del fanatismo. Nunca he sido amigo de acompañar con malas formas un intento de defensa. Siempre he apostado por la riqueza que aporta una amalgama de opiniones frente a la siempre turbia posición del blanco o el negro.
Calleja ha metido la pata; estaremos de acuerdo muchos. Calleja no debería usar su figura pública y el poder de comunicación que esta le otorga para arremeter, sin argumentos ni fundamentos, contra la caza.
Me apena escribir estas líneas, pero no puede pasarse por alto cierta respuesta que nuestro colectivo, el de los cazadores, está teniendo ante situaciones como la que estamos viviendo por el comentario de Calleja. Lamentablemente, cada vez son más los personajes públicos que cuestionan nuestra afición y que incluso se atreven a decir que es una actividad que no debe pertenecer al siglo XXI. Pero…. ¿Eso debe llevarnos a fomentar el odio? Los improperios, la ridiculización y la falta de respeto no pueden ser nuestra mejor arma de defensa.
Somos un colectivo de cientos de miles de personas. La caza, como deporte, está situado en tercer lugar en número de licencias federativas por debajo del fútbol y el baloncesto. ¿Os imagináis la magnitud que cobramos todos juntos? La caza es un importante motor económico de las zonas rurales, aquellas que llevan años sufriendo una despoblación continúa. Pero además de eso, la caza, como colectivo, invierte en la conservación del medio ambiente más que cualquier otra actividad en nuestro país. Estudios científicos que avalan nuestra actividad, la profesión favorable de especies en peligro de extinción como el lince ibérico está vinculada a fincas privadas de caza… ¿Acaso no tenemos suficientes argumentos para defender nuestra actividad?
Soy un cazador que se encuentra en el meridiano del camino hacia los treinta y siempre me emociona escuchar aquellos años en los que los cazadores eran respetados en nuestra sociedad. De la misma manera, me emocionan las respuestas educadas, cordiales y con argumentos que muchos cazadores dan ante acusaciones como las de Calleja y creo que ese debe ser el camino.
Apuesto por que tomemos cartas en el asunto, apuesto por que no nos quedemos callados, pero siempre, sin perder la educación y el respeto que este colectivo ha tenido. No podemos caer en el discurso del odio, no nos podemos dejar llevar por las voces que ante la mínima provocación de nuestros contrarios, nos pidan linchar al oponente de malas maneras. Unámonos, hagamos lobby, argumentemos, defendámonos… pero como señores.
Juan Carlos Calvo