«El marqués de Viana y la caza» recorre la época dorada de las monterías

19 diciembre, 2016 • Miscelánea

La editorial Turner ha publicado El marqués de Viana y la caza, una obra en la que salen a la luz las numerosas fotografías de caza pertenecientes al archivo de José de Saavedra y Salamanca, II marqués de Viana y montero mayor de Alfonso XIII. El marqués ocupó importantes puestos en la Casa Real y organizaba las jornadas cinegéticas del rey en los cazaderos reales del monte de El Pardo, Riofrío y la Casa de Campo, entre otros.

El marqués de Viana y la caza, volumen que reúne unas doscientas fotografías —el ochenta por ciento de las cuales permanecían inéditas— que recorren la época dorada de las monterías en España, evoca la relación de este aristócrata con el Rey Alfonso XIII durante más de dos décadas.

Juan García-Carranza Benjumea, impulsor de esta recuperación gráfica y autor de una semblanza biográfica de José Saavedra y Salamanca, II Marqués de Viana (1870-1927), que sirve de introducción al libro, ha dicho a Efe que esta colección fotográfica, procedente de varios archivos, es también el reflejo de «la época de la última corte española en sentido estricto».

En efecto, Viana ejerció, desde 1906 y hasta su muerte, como caballerizo y montero mayor, cargo de gran tradición en la monarquía española y uno de los cuatro puestos más importantes de palacio, junto al de sumillers de corps, mayordomo mayor y jefe superior, responsabilidades que se extinguieron con el reinado de Alfonso XIII.

Editada por Turner, esta colección fotográfica agrupa imágenes de hace cien años de las 16 fincas en la que cazó Viana, en la mayor parte de las ocasiones acompañado por Alfonso XIII, distribuidas por Asturias, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y, sobre todo, Andalucía.

En Andalucía, Viana frecuentó, además de sus cazaderos en la provincia de Córdoba, como Moratalla —casi 1.500 hectáreas dando al Guadalquivir— y El Rincón Alto, otros en las provincias de Granada, Jaén, Cádiz y Huelva, en Doñana que, en los años veinte, era un auténtico paraíso para cualquier cazador.

Una de las fotos más curiosas reunidas en este volumen de gran formato es la reproducida a doble página de un grupo de jinetes, a orillas del Guadalquivir, sobre las arenas de Doñana, en la que el Rey va acompañado por un grupo de aristócratas y por el príncipe Raniero, en una imagen tomada en 1923.

Otra fotografía, de 1908, muestra a un grupo de jinetes tocados con sombreros de ala ancha y armados con garrochas en el primer lanceo de Alfonso XIII, también en Doñana.

Las fotografías proceden del archivo del Palacio Real, de varias colecciones particulares, del archivo del Palacio de Viana en Córdoba y del archivo familiar del marqués, que conserva 24 álbumes repletos de imágenes, algunas de cuyas páginas han sido reproducidas tal cual, con la misma disposición fotográfica en que se han conservado, a doble página.

Experto en genealogía, García-Carranza destaca que Viana fue quien fomentó en Alfonso XIII «su gran afición a la caza, tanto con escopeta como con rifle» y que, si bien el marqués prefería la caza mayor y el monarca la menor, también acabó siendo un «gran tirador de monterías».

Alfonso XIII y el marques de Viana en 1922

Entre 1908 y 1930, el Rey visitó trece veces la finca cordobesa de Moratalla, a la que Viana llevó al paisajista francés Forestier para remodelar el jardín romántico.

El marqués también adquirió en la provincia de Córdoba, en Hornachuelos, la finca El Rincón Alto para llevar al Rey a cazar a esa zona de Sierra Morena, que aún conserva muchos de sus valores naturales.

Viana estudió en el colegio jesuita de San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María (Cádiz), del que no muchos años después fueron alumnos Juan Ramón Jiménez y Rafael Alberti, y en 1885 ingresó en la Escuela de artillería de Segovia, para recibir una formación que siempre le hizo considerarse militar.

«Sería durante el ejercicio de unas maniobras militares donde conocería al monarca y, desde ese primer instante, éste querría ya siempre tenerlo a su lado», escribe Juan García-Carranza, sobre la amistad del Rey y el marqués y la complicidad entre ambos, a pesar de la diferencia de edad de 16 años.

Informa: ideal.es


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