El jabalí fantasma por Juan Pablo Esteban
Después de casi un mes de vigilar sus entradas y salidas de una zona muy tupida decidí esperarlo, aun sabiendo que el aire me podía jugar una mala pasada y que no tendría la ayuda de la luna.
Había tomado por rutina ir a tomar su baño de barro y luego salir atravesando la viña que tenia a mi espalda. Pasaba a la derecha del puesto como a tres metros. Me quedaban tres noches de espera, antes de que el permiso concluyera y estaba dispuesto a vivir debajo del roble si hacía falta. La primera noche nada, cuatro horas y para casa, entró mas tarde (no tengo ni reloj ni cámara, ando como los indios).
La segunda noche más de lo mismo… La tercera noche estuve a punto de desistir pero tenía que intentarlo así que allá fui, a las nueve en el puesto, aire oeste y a ratos sur oeste, perfecto. Aunque no hubiera luna, pensé, no me hará falta en cuanto lo oiga allá le va una píldora del 300…. Iluso de mí. A eso de la una el viento se paro del todo , se oía el cárabo a lo lejos y el roer de algún ratón a mis pies, la noche oscura y el fondo de mi puesto oscuro, de repente veo una silueta a 15 metros de mi » eso es el jabalí –pensé- no puede ser pero si no lo he oído llegar entre la hojarasca de los robles, es igual , allá que le va , con sumo cuidado empiezo a levantar el rifle enciendo la retícula encaro y cuando el haz de luz ilumina el escenario… ¡Nada! Apago rápidamente pero ya es tarde, lo oigo tronchar ramas y broza por dentro de la espesura.
No sabía que pensar, si me lo había imaginado, lo había soñado o me habían engañado mis ojos de tanto querer verlo, me levante temiéndome lo peor… allí estaban sus huellas, lo había tenido a 15 metros de mi y no lo había sentido ni tan siquiera en su huida, ni el típico bufido ni nada. Se limito a cruzar el claro y esconderse.
Al menos se que estuve a punto de engañarlo, hubiera sido mi segundo jabalí a la espera en menos de un año que llevo enganchado a esto. Al parecer, hemos roto relaciones, no ha vuelto a entrar al barro desde el sábado por la noche, pero si lo conozco como creo, en una semana está allí otra vez y en cuanto me concedan un nuevo permiso, intentare quedar con él alguna noche. De momento me ha ganado por mi torpeza, la próxima vez habrá que espabilar.