El furtivismo mata más de 270 vicuñas en 2016

10 enero, 2017 • Actualidad

El furtivismo ha matado más de 270 vicuñas durante 2016 en la región peruana de Ayacucho. Los furtivos pretenden conseguir la piel de estos camélidos sudamericanos y su caza ilegal supone pérdidas de unos 300.000 euros para las comunidades campesinas que viven de este recurso por la ausencia de ganadería o agricultura en el altiplano.

Las incursiones de los sangrientos furtivos ocasionaron graves daños a la fauna silvestre de Ayacucho durante el año 2016, debido a que mataron más de 270 vicuñas para arrebatarles su fibra [piel] de la forma más cruel.

270 vicuñas muertas en Ayacucho durante 2016 / Diario Correo

Este repudiable acto también generó grandes pérdidas económicas que supera el millón de soles, ya que de acuerdo a los antecedentes, una vicuña en pie podría tener un valor económico que bordea los mil dólares.

Según el responsable de la oficina de camélidos de la Dirección Regional de Agricultura (DRA), Félix De la Cruz, el año pasado se reportaron nueve casos confirmados de furtivismo en los meses de enero, marzo, mayo, junio y diciembre.

De todos ellos, en su mayoría ocurrieron en la zona sur de la región, donde las comunidades afectadas pertenecen a la provincia de Lucanas, entre ellos: San Pedro, Uchisa, Llauta, Moyobamba y Antaparco.

«La muerte de vicuñas a manos de los furtivos genera graves consecuencias para los usufructuarios de las comunidades campesinas, porque la mayoría habita en las zonas más altas, donde no hay agricultura ni ganadería y solo dependen de la fibra de estos camélidos», refirió.

Pero la preocupación no termina allí. Según hechos registrado en años anteriores, los furtivos suelen aprovechar las precipitaciones pluviales y se refugian en las densas neblinas de la puna para cometer sus fechorías.

Por este motivo, las incursiones incrementan desde el mes de diciembre hasta mayo, fechas en las cuales también se dejan de realizar las actividades de caza y captura de vicuñas vivas al interior de la región.

«Existen zonas inhóspitas donde no podemos llegar con facilidad, por esta razón, es necesario trabajar de forma coordinada y reducir la muerte de los camélidos silvestres», finalizó.

Informa Miguel Núñez para diariocorreo.pe


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