El ayer y hoy de la tradicional modalidad de la contrapasa
La contrapasa es una modalidad tradicional que se ha practicado en el norte de España desde tiempos inmemoriales
En la actualidad no está permitida, aunque los cazadores navarros luchan para que esta modalidad tradicional regrese
Informa Adecana | Marzo es un mes clave de la contrapasa, que es una modalidad tradicional de caza que se ha practicado en Navarra desde tiempos inmemoriales aprovechando la migración de las aves en su viaje de regreso a sus lugares de cría en el centro y el norte de Europa.
Si bien hoy en día está prohibida por la legislación europea, y la desidia de nuestros políticos, en tiempos pasados no muy lejanos en Navarra y otras provincias del norte de España se podían cazar en esta modalidad no solo palomas torcaces y zuritas, sino también ansarones y todas las variedades de patos en los humedales.
Los que llevamos ya unos cuantos años cazando recordamos las inolvidables jornadas arrastrándonos por el barro bajo unas temperaturas heladoras en pos de los ansarones y patos que, tras encontrar el Pirineo cerrado por los temporales, se dedicaban a dar vueltas por los alrededores de la cuenca de Pamplona, posándose en las lagunas de Loza, Pitillas o en los encharcados de la Ulzama, disfrutando de la maravilla que suponía la observación de la migración de todo tipo de aves en sus viajes migratorios.
Excepcionalidad en Francia
A entender de Adecana, nuestra indignación como cazadores ha sido muy grande, ya que esta practica se prohibió en base a lo dispuesto en la Directiva Europea 79/409 de Conservación de las Especies Silvestres, que al trasponerla a la Normativa Española en la Ley de Conservación de Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, nuestros políticos del extinto Icona, no quisieron aprovechar la puerta que utilizó Francia, que gracias a la implicación de sus políticos con el mundo de la caza, consiguieron que se siguiera practicando en base a la «excepcionalidad que se permitía el seguir realizándola en aquellos lugares tradicionales mediante una explotación prudente de determinadas aves en pequeñas cantidades». Lo que es una lástima es que no se ha prohibido por razones de la conservación de las especies, sino por causas estrictamente políticas, ya que el número de aves que se cazaban era insignificante para el grueso de sus poblaciones.
En Navarra, gracias al apoyo del por entonces consejero de Medio Ambiente Andrés Burguete, al cual agradecemos su labor, a finales de los años 90 se consiguió que se volviera a permitir. Eso sí, de forma muy descafeinada a como se practicaba anteriormente, al permitir únicamente cazar un número limitado de palomas torcaces y prohibiendo el resto de las especies que antes se cazaban.
De los 1.800 puestos que antiguamente existían en Navarra se permitió cazar en 500 desde mediados del mes de febrero a la tercera semana del mes de marzo, con un máximo de dos cazadores por puesto y estableciéndose un cupo de 4 palomas por cazador y día, no pudiendo superar el número de capturas anuales los 3.000 ejemplares, teniendo que informar semanalmente a Medio Ambiente de las capturas para cortar si se superaran, algo que no ocurrió ningún año que fue permitida. De hecho, en el año 1999 se capturaron 752 ejemplares, en el 2.000 1.086, y en el 2.001 1.560 ejemplares.
Desde Adecana no podemos entender qué daño puede hacer cazar entre 2.000 y 3.000 palomas cuando en Europa se estima que hay entre 30 y 40 millones de ejemplares, pudiendo cruzar el Pirineo en estas fechas 6 u 8 millones. Es decir, una máxima extracción de un 0,07 % de sus efectivos.
Para el que piense que la contrapasa pueda ser una caza abusiva, afirmamos que en su mes clave, en marzo, días con probabilidades de cazar el cupo hay muy pocos, ya que tenía que coincidir un día despejado y con viento norte tras varias jornadas de temporal que paralizasen la migración en el Prepirineo. En esta época del año, la mayor parte de los días por el mal tiempo, no se puede ir a cazar, y aunque un día propicio pasan miles de palomas por los collados, el límite era de 4 palomas por cazador y día. Es decir, una insignificancia.
Caza social para verdaderos aficionados
De la contrapasa destacaríamos su carácter eminentemente social y que no es una modalidad de caza amable, ya que a semejanza con la que practican los cazadores de anátidas en esta época del año, se lleva a efecto bajo las más duras condiciones meteorológicas, en muchas ocasiones soportando varios grados bajo cero que imponen los meses de febrero y marzo del norte, acudiendo a ella solo los verdaderos aficionados dispuestos a soportar el frío, la lluvia y la nieve que suele haber en esta época del año en los collados querenciosos donde están instalados los puestos.
Los días idóneos son aquellos despejados, después de los temporales con un fuerte viento norte que silbando a nuestras espaldas obligue a los bandos de palomas a faldear las laderas de las montañas, obligándolas a pasar a tiro de los puestos, ya que si existe viento sur y bonanza de las temperaturas, lo único que haremos será disfrutar del paso de los bandos a distancias inverosímiles al alcance de nuestras escopetas.
Desde Adecana, que siempre ha defendido una caza natural y respetuosa con la conservación de las especies, sostenemos que la contrapasa es una de ellas, por lo que seguiremos luchando para que esta modalidad de caza tan tradicional en Navarra se vuelva a permitir. Para ello necesitaremos el apoyo de nuestros políticos y de la comunidad.
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