El animalismo manipula datos oficiales para reclamar una suspensión de la caza argumentando que provoca incendios
Cazaworld ha podido desmontar otra mentira animalista para intentar perjudicar al mundo de la caza
Según datos oficiales no hubo ni un solo incendio provocado por actividades relacionadas con la caza durante 2018
Redacción | Libera, una asociación animalista muy activa en el norte de nuestro país, ha lanzado una iniciativa para intentar que se paralice la caza por asegurar que las prácticas cinegéticas aumentan el riesgo de que se produzcan incendios.
Esto ha sucedido en Lugo, donde la asociación animalista ha llegado a pedir una «movilización política e institucional» para que se trate la suspensión de todas las batidas de caza en la zona.
Manipulación de los datos de la Fiscalía General del Estado
Según los animalistas, «los incendios provocados por prácticas tradicionales inadecuadas y por la caza supusieron el 33,8% en 2017, según la Fiscalía General del Estado». Este ha sido uno de sus principales argumentos para realizar esta petición. Cazaworld ha revisado los datos estadísticos a los que hace referencia la Asociación Animalista Libera y ha podido observar una manipulación de los mismos para culpar a la caza e incluir en ese 33,8% a los cazadores. La realidad es bien distinta.
Examinando los datos reales publicados por la Fiscalía General del Estado referentes a 2018, éstos citan textualmente que «Los incendios causados por «prácticas tradicionales inadecuadas» (quemas de vegetación para pastos, etc.), se mantuvieron en 2018 con un 31.46%, técnicamente al mismo nivel que en 2017, en el que fueron un 31,50%, mientras que los incendios relacionados con la «caza» y los producidos por «otras causas», descendieron con respecto a 2017, pasándose, respectivamente, del 2,36% y el 22,83% en 2017, a ninguno y 17.98% en 2018». ¿De dónde salen los datos aportados por los animalistas? de manipular estos datos y unificar los incendios producidos por la caza (2,36%) y los producidos por prácticas tradicionales inadecuadas (31,46%), todo ello con el fin de inflar la estadística y relacionar directamente a los cazadores.
Si observamos los datos reales relacionados directamente con la caza, en el año 2017, año al que hace referencia el grupo animalista, los incendios forestales provocados por actividades cinegéticas apenas supusieron el 2,36%. Si repasamos los datos de 2018 podemos observar que los datos se redujeron al 0%, por lo que el pasado año la caza no fue la causa de ningún incendio. Los argumentos que utiliza el grupo animalista en Lugo para la prohibición de las batidas carecen de veracidad. A pesar de esto, los animalistas han llegado a insistir a las autoridades locales para que presionen a la Junta de Galicia para que esta prohíba cualquier batida de caza.
La realidad de la caza en los incendios forestales
La realidad de los cazadores en cuanto a incendios forestales se refiere, es muy distinta a lo que ha intentado hacer ver la asociación animalista. Durante los pasados incendios ocurridos en la localidad madrileña de Cenicientos, hubo muchas personas que denunciaron la entrada en propiedades privadas y la sustracción de animales de las mismas sin ningún permiso por parte de grupos animalistas. Algunos de estos animales aún no han aparecido.
Las acciones por parte de los cazadores en este y otros incendios ocurridos en diferentes puntos de nuestra geografía, sin embargo, se han centrado en tareas de prevención, extinción, de recuperación del hábitat y la fauna e incluso en ocasiones han renunciado voluntariamente a la práctica de la actividad cinegética con el fin de que la fauna afectada por los incendios pudiera regenerarse.
La inversión anual de los cazadores en podas, mejora y mantenimiento de montes y cortafuegos supera los 58 millones de euros, e incluso administraciones públicas, como la gallega incorporó en 2018 a los cazadores en su lucha contra los incendios, dándoles incluso la potestad de poder redactar informes de prevención.
Lejos de suponer un riesgo real, la caza y los cazadores sí que suponen una parte activa y de gran importancia en la lucha contra los incendios forestales y sus consecuencias.