El 67% de los cazadores españoles no usa protección auditiva pese al riesgo certero de sordera
– Un 46% de los cazadores dice desconocer la relación entre pérdida de audición y altos niveles de ruido, y entre los que la conocen, un 64% no se protege, según el estudio La sordera del cazador, elaborado por 3M.
– Entre las razones manifestadas por los encuestados para no usar sistemas de protección destacan el hecho de no resultar cómodos a la hora de disparar, su precio, el riesgo de aislarse del entorno y no ser conscientes de que el ruido de un disparo provoca pérdida de audición.
– Sólo un 33% de los participantes del estudio utilizan protección en las cacerías, aunque casi todos usan sistemas pasivos, que suponen un riesgo ya que aislan del entorno y aumentan las probabilidades de sufrir accidentes.
El impacto del ruido de un disparo sobre el oído es uno de los factores certeros que puede acarrear pérdida de audición según la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que estima que durante la práctica de la actividad cinegética se llegan a superar los 150 decibelios. Más contundente, la American Speech-Language Hearing Association (ASHA, Asociación estadounidense del lenguaje de signos), afirma que cazadores y tiradores que no usen protección pueden sufrir pérdidas auditivas incluso con un solo disparo. Ambos están considerados colectivos de alto riesgo ya que, entre ellos, la probabilidad de padecer pérdida auditiva es 4 veces más habitual que entre el resto de la población. Sin embargo, pocos son en la actualidad los aficionados a la actividad cinegética que utilizan sistemas de protección auditiva, según se desprende del estudio La sordera del cazador, elaborado por 3M y cuyos resultados han sido dados a conocer este mediodía en Madrid.
La presentación, que se ha desarrollado bajo el formato de mesa redonda, ha corrido a cargo de Mikel Iriberri (Business Unit Director de 3M) y en ella han participado el Dr. Raimundo Gutiérrez (Jefe de Servicio de Otorrinolaringología en el Hospital Rey Juan Carlos y vicesecretario de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de cabeza y cuello), Tony Sánchez Ariño (“El último cazador blanco”, autor de títulos como Cazadores de elefantes. Hombres de leyenda), Pablo González (Director General de Excopesa), Lola Fernández (Directora de Marketing de Excopesa) y Manuel Campos (Sales Manager 3M PSD).
Según los resultados de dicho estudio, más del 67% de los participantes afirmaron no utilizar sistemas de protección auditiva mientras practican la caza. Un dato que llama la atención si se tiene en cuenta que más de la mitad (54%) aseguraron que los cazadores de su entorno conocen la relación entre la pérdida de audición y el ruido estridente de los disparos de un arma. En este sentido, sorprende que, incluso de entre aquellos que dicen estar informados del riesgo que corren de quedarse sordos como consecuencia de exponerse al sonido de los disparos, el 64% opte por no usar sistemas de protección mientras practica la caza. Entre las principales razones manifestadas por los encuestados para no protegerse destacan el no sentirse cómodos a la hora de apuntar y la sensación de aislarse del entorno (30%), el precio (24%), sudar en exceso al llevarlos puestos (14%) y desconocer la relación entre exposición a ruidos extremos y sordera (12%).
La protección por encima de todo
Cabe destacar que, ante la pregunta de qué importancia otorgarían a las propiedades que ofrecen los sistemas de protección auditiva, los encuestados valoran principalmente que protejan de forma efectiva los oídos frente al ruido de las armas de fuego, que ofrezcan una mayor escucha de los sonidos del entorno de la caza y que sean fáciles de transportar y durables frente a otras funcionalidades como que permitan conectarse a emisoras de radio o telefonía móvil.
La pérdida de audición o hipoacusia conocida como “sordera del cazador” es, en palabras del Dr. Raimundo Gutiérrez, “una patología que presenta a menudo este colectivo como daño crónico en el oído interno tras exponerse a sonidos especialmente traumáticos, es decir, aquellos que superan los 80 decibelios”. La mayoría de armas de fuego, no obstante, rebasan los 140 decibelios por lo que, en opinión del experto médico, “la única y más eficaz medida de prevención es protegerse de los ruidos intensos, y en este caso buscar métodos de protección que eviten la llegada de ondas sonoras de alta intensidad al oído interno”.
Con más de seis décadas de experiencia como cazador a sus espaldas, Tony Sánchez Ariño aseguró que “uno se puede quedar sordo como una tapia al practicar la caza si no se protege adecuadamente” e insistió en que “no se trata de una posibilidad, sino de una certeza ya que, a la larga, todos perdemos los agudos”. Sánchez Ariño dijo ser consciente desde hace años de que corría el riesgo de perder capacidad auditiva, pero añadió que “en el fondo, pensamos que no nos va a tocar a nosotros y cuando nos damos cuenta, el daño está hecho y es irreversible”.
El estudio La sordera del cazador, elaborado por 3M entre una muestra de un millar de aficionados a la caza, tiene por objeto concienciar al colectivo sobre la pérdida certera de audición asociada al uso de armas de fuego y la necesidad de protegerse durante la práctica de las actividades cinegéticas. 3M, a través de la marca Peltor, cuenta con más de cinco décadas de experiencia en la fabricación de soluciones que ofrecen la combinación óptima entre comodidad y protección. Entre sus sistemas de protección auditiva activa destacan las orejeras electrónicas SportTac y los tapones inteligentes LEP-100, que salvaguardan el sistema auditivo al tiempo que mejoran la escucha del entorno y la comunicación en ambientes ruidosos.