Dos casos de triquinosis en jabalíes cazados en León
El Colegio Oficial de Veterinarios de León advierte de la obligación de analizar la carne de los cerdos de la matanza y de los jabalíes. En los últimos meses se han detectado dos casos de triquinosis en jabalíes cazados en León, cuya carne no ha llegado al consumo humano gracias al control veterinario. Se recomiendo además que la carne se cocine bien con el fin de destruir el parásito y prevenir la enfermedad, pero el Colegio Oficial insiste en la necesidad de analizar los ejemplares destinados a consumo.
El Colegio Oficial de Veterinarios de León advirtió ayer de la necesidad de someter a análisis y controles la carne procedente de matanzas domiciliarias de cerdos y de cacería de jabalíes, actividades que derivan en autoconsumo de carne y fabricación de embutidos caseros que deben pasar exámenes sanitarios antes de su consumo. El objetivo, evitar casos de triquinelosis.
Los colegiados aseguran que una vez concluido el periodo de matanza, y a punto de terminar la temporada la caza del jabalí, a mediados de este mes, se han detectado casos de triquinelosis, especialmente el cerdos salvajes.
El motivo, su régimen de vida en estado libre, sin control alguno sobre su higiene y alimentación. El Colegio de Veterinarios confirma que en los últimos meses se han detectado dos casos de triquina en jabalíes en la provincia de León. En ambos casos, el control veterinario ha impedido que la carne infectada llegara al consumo humano y que con ella se elaborara ningún producto.
El vocal de Grandes Animales del Colegio Oficial de Veterinarios de León, Miguel Ángel Melón Saavedra, recuerda que «la triquinelosis es una enfermedad de transmisión alimentaria ocasionada por un parásito que se produce generalmente con el consumir carne de cerdo o jabalí parasitada y mal cocinada».
Cuando un animal está afectado, los parásitos invaden su musculatura y ocasionan una serie de quistes. Cuando una persona consume esa carne adquiere los quistes y el parásito y, tras un breve periodo en el sistema gastrointestinal, invade los músculos del individuo. El tratamiento en estadíos iniciales se realiza con antiparasitarios, pero el tratamiento para los quistes musculares, en estados más avanzados de la enfermedad, es difícil y generalmente se basa en paliar los síntomas con analgésicos.
Para evitar esta enfermedad existe un estricto control veterinario de los animales que se sacrifican en los mataderos, pero aquellos procedentes de matanzas domiciliarias de cerdos o de caza de jabalíes para autoconsumo deben ser analizados, de forma obligatoria, por profesionales veterinarios que realizarán un análisis con el fin de detectar estos quistes en las carnes parasitadas.
Además, se recomienda que la carne esté bien cocinada para destruir el parásito y prevenir la enfermedad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ni la salazón ni el curado propio de la realización tradicional de los embutidos eliminan los parásitos. Desde el Colegio Oficial de Veterinarios se hace especial hincapié en realizar los controles pertinentes en la carne procedente de la caza del jabalí, ya sea para el autoconsumo cocinado o para la realización de embutidos.
M. Carnero para diariodeleon.es