Un documento da un plazo de tres años para que la caza y la pesca desaparezcan de Picos de Europa
El borrador del PRUG recoge valoración de casi 500 personas afirma que la caza y la pesca son «actividades incompatibles con la figura de parque nacional» y da un plazo de tres años para que desaparezcan.
Se sugiere de manera excepcional hacer control de poblaciones por motivos de gestión pero siempre realizados por personal especializado o residentes locales habilitados.
La dirección del Parque Nacional de Picos de Europa acaba de publicar la síntesis divulgativa y los resultados del proceso de participación pública convocado con vistas a la redacción del nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) que deberá entra en vigor el próximo año 2018, coincidiendo con los actos de celebración del centenario de este espacio natural, y también con la inauguración de los centros de recepción de visitantes en Posada de Valdeón y Oseja de Sajambre.
Este documento, que servirá de base para la redacción del borrador definitivo, recoge las propuestas y las consideraciones de las 470 personas que participaron en las distintas mesas temáticas organizadas entre octubre y noviembre en los distintos municipios de las tres comunidades autónomas con terrenos en el parque nacional. En la vertiente leonesa se celebraron un total de seis reuniones sectoriales y una jornada informativa, prácticamente igual que en Asturias y Cantabria. Entre los participantes se encontraban alcaldes, presidentes de las juntas vecinales, vecinos, empresarios, clubes y asociaciones deportivas, cazadores, agricultores y ganaderos, asociaciones de propietarios y representantes conservacionistas.
También se recogieron numerosas aportaciones y sugerencias a través del buzón electrónico puesto en marcha por el parque nacional en su página web.
Entre las cuestiones que más preocupan a los vecinos destaca la regulación de los usos y las actividades, la zonificación del parque, la conservación de los recursos y el desarrollo económicos de los municipios incluidos en este espacio.
En el caso de la provincia leonesa, ha quedado patente en todas las reuniones la «innegable» excepcionalidad que dentro de la red de parques nacionales ostentan los municipios de Posada de Valdeón y Oseja de Sajambre, ya que el cien por cien de su territorio se encuentra dentro del espacio protegido, lo que conlleva una excepcionalidad que tienen que estar recogida en el nuevo documento.
Otro de los temas más polémicos y la caza y la pesca dentro del parque, dos actividades completamente incompatibles con la actual normativa de Parques Nacionales y que supone una de las principales fuentes de ingresos para los ayuntamientos de la vertiente leonesa.
En el documento síntesis se recoge que por las repercusiones sobre los procesos naturales y su impacto sobre el uso público, la caza y la pesca «son actividades incompatibles con la figura de parque nacional». Por eso considera que «las limitaciones derivadas de esta circunstancia han de ser debidamente compensadas e indemnizadas, de acuerdo con la normativa en vigor». El documento habla de un plazo de tres años para su total desaparición y propone una adaptación progresiva de la actividad en las zonas más sensibles por motivos de conservación, limitando el número de cacerías autorizadas y los periodos para su práctica. Excepcionalmente sugieren que se permitan controles poblacionales de fauna por motivos de gestión, participando en los mismos personal especializado y, en su caso, residentes locales habilitados, siempre debidamente cualificados.
Controles poblacionales
En el escrito se aboga por los controles poblacionales —en particular de lobo, ciervo y jabalí— cuando se produzcan daños evidentes sobre las propiedades, la agricultura o la estructura vegetal. Dichos controles se basarán en el previo conocimiento de la abundancia de las poblaciones y sus tendencias.
En el caso del lobo, según la actual normativa de protección, el objetivo es mantener un estatus de conservación favorable.
Por lo que se refiere a la ganadería, reivindican una actividad tradicional y sostenible, conservando la cultura pastoril y de las razas autóctonas ganaderas, así como las especies vegetales autóctonas de cereales, leguminosas y frutales.
Informa María Carnero para diariodeleon.es