Detenidas tres personas de un grupo que organizaba cacerías furtivas para clientes con dinero
La Guardia Civil ha detenido en la ‘Operación Íbice’ a tres personas de entre 26 y 40 años que ofertaban a clientes con «alto poder adquisitivo» poder cobrar piezas de caza mayor de manera ilegal a precios más bajos. Los detenidos actuaban en zonas de caza de Teruel y Guadalajara y eran ellos quienes se ponían en contacto con los clientes. La investigación sigue abierta y las detenciones se han realizado antes del comienzo de la temporada de corzo porque se sabía que pretendían cobrar varios ejemplares de manera ilegal. El macho montés medalla de oro lo ofrecían por 2.000 euros.
La Guardia Civil ha detenido a tres personas que integraban, presuntamente, un grupo criminal que operaba en zonas de caza de Teruel y Guadalajara, ofreciendo a clientes de alto poder adquisitivo la oportunidad de cazar piezas de caza mayor de manera ilegal.
Según informa el Instituto Armado, la denominada ‘Operación Íbice’ ha llevado a la detención de tres personas y a la identificación e investigación de otras seis en las localidades de Rueda de la Sierra, Tierzo y Molina de Aragón (Guadalajara), Parla (Madrid) y Almería por su supuesta pertenencia al grupo o ser clientes de ésta.
Los detalles dados en pasado viernes 31 en rueda de prensa por los responsables de la operación, los cabecillas de la trama contactaban previamente con los clientes, a los que les ofrecían la posibilidad de obtener trofeos de caza mayor a cambio de una cantidad determinada de dinero.
Se trata de personas con «alto poder adquisitivo», ha dicho el sargento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, Francisco Soler, quien ha revelado que la trama ofrecía precios muy inferiores a lo que costaría abatir la misma pieza de manera legal, y que los clientes «tenían perfecto conocimiento de que era algo ilegal».
Así, la trama ofrecía la posibilidad de cazar un macho medalla de oro de cabra montés, que puede conllevar unos costes de 6.000 euros en una batida legal, por sólo 2.000 euros.
La red se servía de varios vehículos para que las piezas y las armas nunca fueran transportadas juntas, y también contaba con precintos procedentes de permisos de caza legal en Teruel y Guadalajara, que guardaban para justificar la caza de las piezas en el caso de ser sorprendidos por agentes forestales o del Seprona.
Además, tomaban medidas de seguridad como esquivar posibles testigos, vestir ropa que no indicaba que fueran cazadores y un sofisticado sistema de transmisiones.
Tras las detenciones y registros practicados, los agentes se han incautado de escopetas, carabinas, miras telescópicas, así como de útiles para comunicarse como teléfonos móviles, radioteléfonos, un foco y linternas.
También han intervenido durante la operación varias cabezas de ciervo y de corzo, así como un ejemplar entero de esta última especie y una piel de oso con cabeza incluida adaptada como alfombra, cuya procedencia se está investigando.
Las armas son todas legales para la caza aunque también se han hallado silenciadores o una ballesta que no pueden ser utilizados en para actividades cinegéticas en Aragón.
Aunque la operación sigue abierta, los investigadores decidieron realizar ahora las detenciones ante el inicio, el primer día de abril, de la temporada de caza del corzo, dado que les constaba a los agentes que la trama tenía previsto abatir varias piezas de este modo ilegal.
La investigación comenzó el pasado año cuando los detenidos y algunos de sus clientes abatieron ilegalmente tres ejemplares de macho de cabra montés en las proximidades de la localidad de Gargallo (Teruel).
«Si esto ha tenido éxito ha sido gracias a la colaboración de cazadores de Gargallo y Cañizar del Olivar», ha destacado a su vez el sargento Soler.
Gracias a la colaboración de éstos se pudo comprobar que no se trataba «de un caso puntual sino de una red organizada», la primera de furtivos que se desarticula en la provincia turolense.
Los detenidos, E.M.T., de 40 años; P.A.H.M de 43 años y J.A.S.R de 26 años, así como los investigados, han sido puestos a disposición judicial del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 3 de Teruel.
El teniente coronel de la Comandancia de Teruel, José Rafael Soler, ha destacado «el salto importante y cualitativo que ha dado el equipo de investigación» del Seprona, que ha aplicado en esta investigación técnicas propias de la Policía Judicial.
«No es complicado detectar actividades ilegales sino desarticular un grupo», ha subrayado.
La operación, según ha destacado el subdelegado del Gobierno en Teruel, José María Valero, se enmarca en la labor realizada por los agentes en el marco del Plan de Control y Seguimiento de actividades de caza furtiva.
Informa elperiodicodearagon.com