Descartan esterilizar a los jabalíes del Desierto de las Palmas y aprueban su caza «técnica»

La Consejería de Medio Ambiente autorizará ganchos y de jornadas de espera pese a que la dirección del parque natural se oponga a esta media.

La Consejería de Medio Ambiente descarta ahora las esterilizaciones de jabalís en el Desierto de las Palmas como método para reducir la sobrepoblación, que quintuplica los valores óptimos. En cambio, optará por una combinación de acciones que pasan por una gestión cinegética «técnica».

Así lo confirmaron fuentes del departamento que dirige Elena Cebrián a Mediterráneo, que añadieron que no se autorizarán batidas al uso —algo a lo que se opone la dirección del parque natural—sino que se optará por una gestión cinegética que llaman «técnica», y que pasa por poner condiciones a los cazadores.

Cara a reducir la población, el Consejo prevé autorizar los denominados ganchos, esto es una modalidad de batida con un máximo de cuatro grupos de perros y 15 puestos de espera. El objetivo, aseguran, es evitar situaciones de peligrosidad dado el «elevadísimo uso público» del Desierto de las Palmas por parte de senderistas o ciclistas. A ello hay que añadir la población que reside en urbanizaciones como la Parreta o Montornés.

Otra modalidad cinegética que el plan autonómico contempla son las esperas. La técnica consiste en situar varios cazadores en un punto fijo de paso de jabalís. En ambos casos, la Consejería prevé controlar de cerca la actividad de los clubes de caza. El director territorial, Antonio García, aseguró que pedirán «imágenes de los animales abatidos, así como su peso y género».

Esta medida se justifica por el hecho de que el informe técnico encargado por el departamento autonómico –y que calcula en más de 750 el número de ejemplares en el Desert– establece que la estabilización de la población pasa por reducir sobre todo el número de hembras jóvenes, que pesan entre 30 y 50 kilos.

Estructura familiar

García explicó a este diario que el estudio ha dado a la administración nuevas claves acerca de la estructura de población en este parque natural. Las comunidades se organizan en torno a una «matriarca» que suele pesar más de 80 kilos. «Si acabamos con estos individuos, provocamos una dispersión de las familias, lo cual no interesa porque se crean nuevos grupos», afirmó García. El director territorial añadió que si se opta por estos métodos de caza y no las batidas convencionales es, precisamente, para «controlar el tipo de jabalí con el que se acaba».

Pero no, la solución no será solo cinegética, puesto que el plan de Medio Ambiente también pasa por la instalación de jaulas trampa que, contrariamente a lo que se dijo en un primer momento, no servirán para esterilizar a los ejemplares capturados. «Hay dos posibilidades, la translocación —cambio de ubicación, aunque el Consejo reconoce que es complicado porque existe mucha población en toda la Comunidad— o su transporte a mataderos para sacrificarlos y destinarlos al consumo humano.

Cazadores y ecologistas difieren sobre la estrategia a seguir. Mientras los primeros piden más batidas, los segundos piden esterilizaciones para que no haya muertes de animales.

Informa X. Prera para elperiodicomediterraneo.com