Denuncian una «sobreprotección de la fauna salvaje» en La Ribagorza
Los alcaldes de la zona ha manifestado que los vecinos sienten «impotencia y desesperación» y se ven «amenzados por una desprotección de quien realmente cuida esta montaña: la ganadería extensiva».
El oso ha vuelto a dejarse ver en la Ribagorza. Esta vez fue un ganadero de San Feliu de Veri (Bisaurri) el que se topó con el animal salvaje. «Oí unos gruñidos entre unas zarzas que se movían, y cuando me acerqué resultó ser un oso. El animal iba dando vueltas en círculo. Lo tenía a menos de 20 metros y no dejaba de gruñirme», explica Antonio Pardina.
En un primer momento no supo que hacer. La idea inicial fue encaramarse a un pino, pero era un árbol muy liso y no podía trepar. «Me escabullí y me marché para arriba, tenía el coche a 500 metros», relata. Se tranquilizó al ver que no le seguía y que los gruñidos se iban amortiguando a medida que aumentaba la distancia. «De momento no me asusté, pero al llegar al coche entonces empecé a pensar en lo que había pasado», cuenta el ganadero.
Ocurrió a las 12.00 del pasado jueves, 6 de septiembre, cuando se dirigía a ver a sus vacas en una finca a 1 kilómetro de las primeras casas del núcleo de Piedrafita, también en el municipio de Bisaurri, en un paraje del puerto de Coll de Fades. Es el segundo encuentro este verano entre un pastor y un oso en la zona norte de la comarca, después de que a finales de junio un vecino de Castanesa (Montanuy) fotografiara a un ejemplar mientras atacaba a su rebaño dentro de un cercado.
Esta vez, el ganadero no inmortalizó a la fiera en una fotografía para certificar su relato, porque sencillamente no tiene cámara en su teléfono móvil. No obstante, confesó, «no sé si habría tenido valor de hacerle la foto».
Las vacas, encerradas en un cercado eléctrico, no sufrieron daño, pero sí ha tenido pérdidas anteriormente. «En junio cogió a un ternero, el año pasado se llevó dos o tres. Todos los años nos pasa», lamenta. «Los terneros son una gran pérdida, pero ¿y nosotros? Dicen que cuando ve gente, se va, pero este no se marchó, allí se quedó gruñéndome. Lo estuve viendo como 3 minutos». A partir de ahora, anuncia, será más precavido y no se meterá en según qué lugares.
Pardina avisó del suceso a los agentes de la patrulla del oso de la zona. «Siempre los notificamos, pero no nos solucionan nada. Aquí estamos abandonados», se lamentó. Él no sabe si se trata de Sarousse, la osa que campea por el macizo del Turbón, o de algún ejemplar llegado del valle de Arán, como el de Castanesa.
A raíz del último incidente, los alcaldes de Bisaurri, Pilar Saludes; Montanuy, Esther Cereza; y Laspaúles, Ignacio Espot, han hecho público un comunicado en el que señalan que los vecinos de la Ribagorza sienten «impotencia y desesperación». «Este ganadero, hace más de 10 años que convive con la presencia del oso, supuestamente con el afincado en la zona del Turbón. En ocasiones, ha explicado que le desaparecen terneros y no los encuentra hasta pasadas semanas o meses escondidos en medio de bojes o zarzas. Son ataques en montes de matorral muy amplios, difíciles de localizar, que no se pueden demostrar», han señalado. «Técnicos del departamento han apuntado al ganadero que si quiere verificar científicamente que es del oso, ya que no han encontrado huellas, debe de transportar a la res hasta Zaragoza para hacerle las pruebas pertinentes. No es lógico que el ganadero aun tenga que cargar con estos costes», han añadido.
Sobreprotección de la fauna
Los representantes municipales recuerdan que en esta zona de la Ribagorza, desde hace más de un año, además se convive con el lobo. A su juicio, los habitantes se están viendo «amenazados» por «una sobreprotección de la fauna salvaje y una desprotección de quien realmente cuida esta montaña, la ganadería extensiva», y piden un cambio legislativo.
Al igual que ocurrió en Castanesa el 27 de junio, no se han localizado huellas porque había llovido y no se pudo llegar al lugar hasta un día después. Para la alcaldesa de Bisaurri, queda más que demostrada la «ineficacia» del protocolo de actuación y de los medios de los que disponen las brigadas de vigilancia.
Por su parte, la de Montanuy ha pedido a todos los partidos de las Cortes de Aragón aunar fuerzas para tratar el tema del oso y el lobo y que no sea un debate electoral. «Hace más de 10 años que lo tenemos en la Ribagorza, han gobernado distintos partidos en Aragón y la gestión no ha sido la adecuada», ha declarado.
Informa María José Villanueva para herlado.es