De la orina de lobo a ultrasonidos disuasorios

24 enero, 2017 • Miscelánea

La administración gallega estudia medidas para alejar a los animales de las carreteras y prevenir accidentes. La «superpoblación» de animales salvajes como jabalíes y corzos preocupa por lo que suponen para la seguridad del tráfico. Varios estudios de la Junta gallega trabajan en disuasores de tipo oloroso, acústico y luminoso porque los actuales elementos de protección no son suficientes para evitar que los animales invadan la calzada.

«Es un problemón», dicen de forma rotunda en la DGT. La «superpoblación» de animales salvajes como jabalíes y corzos preocupa por lo que suponen para la seguridad del tráfico. El abandono del rural parece la causa. «Las provincias de Lugo y Orense son las que más siniestralidad tienen por atropellos animales salvajes. En ambas hay mucha gente mayor que tiene poco relevo en el campo. Los animales no tienen tampoco enemigos naturales importantes, como pudiera ser el lobo. Las batidas son imprescindibles pero las administraciones deberían promover más medidas de control», reflexiona el teniente Nogueiras.

El problema atañe a varias comunidades y no se resuelve vallando autovías y autopistas, aunque ayude. Hay varios estudios sobre la mesa que la Junta gallega está barajando, según explica el jefe provincial en Orense de la Agencia Gallega de Infraestruturas. «Uno de los proyectos es el de extender una sustancia con el mismo olor que la orina del lobo, porque al parecer repele a los animales. Hay otro estudio que consistiría en instalar pequeños elementos de sonido en los vehículos, que emitirían un sonido que los humanos que no percibimos pero los animales sí. Saltaría a partir de una determinada velocidad», relata el técnico. Otro de los proyectos que podrían implementarse para atajar la elevada siniestralidad por culpa de los animales es un sistema similar a los captafaros instalados al lado del arcén y las líneas blancas de señalización. «Al incidir la luz del vehículo reflejaría hacia el exterior de la calzada, de manera que el animal vería esa luz desde el monte y detendría su avance».

Los actuales elementos de protección no bastan: «La valla obligatoria en autovías y autopistas interrumpe un poco el acceso de muchos animales, pero aún así constatamos que el jabalí cuando tiene una zona de paso acaba arrancándola. No es una solución definitiva», reconoce Marcos Buide.

Informa farodevigo.es


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