Crónica de montería de Las Alcañizas, por Encicaza

Con muchas ganas de empezar, se daban cita los monteros de este nuevo grupo en Villanueva del Fresno, donde con tesón se había preparado la reunión y el sorteo de las cincuenta posturas que iban a conformar el mapa de la montería.

Hugo Larubia y Manuel Infante iban saludando a todos y cada uno de los cazadores que, ya habituales en su anterior trayectoria, habían puesto su confianza en esta nueva andadura.

Con la mirada al cielo, debido al fuerte calor y sobre las 8:30 daba comienzo el sorteo, pidiendo como siempre prudencia a la hora de jugar los lances y premura a la hora de cerrar la mancha, dado que se pretendía cazar lo antes posible esta finca de «Las Alcañizas», que la conforma un fuerte monte apretado de madroñas, coscojas y jaras, todo entre fuertes chaparros y una amplia dehesa de encinas.

Tras el sorteo partían los primeros cierres, bastante diferenciados en orografía los de la parte del río de los de la sierra, que según les había tocado en suertes fueron distribuidos.

Ya antes de soltar se habían contado un total de 24 detonaciones en una finca donde no existe el cervuno, lo cual hacía presagiar un buen resultado.

La suelta se produjo a las 10:20 y no tardaron en dar los canes con los encames de los jabalíes, que hicieron las delicias de algunos.

La montería se extendió hasta las 12:30, cuando el capitán de montería sacaba las rehalas de la mancha, al comprobar el lamentable estado de los canes que, agotados por los 35 grados de temperatura en una mancha donde el agua es prácticamente inexistente, se hacían dueños de cualquier sombra durante largo rato.

Tristemente hubo que lamentar la muerte de un perro de las rehalas de Alfonso Aguado por un golpe de calor, a pesar de los abundantes bebederos que cada 150 metros había colocado la organización para abastecimiento de los mismos.

Así, muy temprano se llegaba al cortijo, donde se degustó un excelente catering ofrecido por el Emigrante de Encinasola, mientras se contaban los lances más pintorescos.

Hubo afortunados que tuvieron hasta seis lances a jabalí, como el ocupante del número cinco del cierre del Río; otros con cinco lances a cochino, como quien disfrutó del puesto número uno de la traviesa del Molinato, cobrando únicamente uno de los cinco. Destacar a Manuel López Quintana con tres jabalíes cobrados; también «se salió» Teresa Hijano con dos lances y dos jabalíes, y otros no tanto como Alberto Gutierrez con dos lances y una buena cara, encajando bien este comienzo de temporada en el que a los monteros les faltó algo de puntería.

Alberto Covarsí pinchaba un cochino enorme en un disparo que se piensa fue de jamón, el cual estuvo pisteando posteriormente y con una temperatura veraniega hasta las 17 horas, en las que dejó por imposible cobrar el jabalí tras recorrer por el rastro casi un kilómetro en el que solamente se detectaban pequeñas gotitas de sangre. Prometió volver a buscarlo.

Aún así, se cobraron un total de 17 jabalíes, resultado muy por debajo de lo que se esperaba, pero con las condiciones climatológicas y otros factores adversos que se dieron durante esta primera jornada, fue para lo que dio.

No obstante, lo que quedó en la finca ahí está para otra ocasión. Califica Encicaza esta primera toma de contacto como muy positiva.

 

Crónica de Carlos Casilda Sánchez