Crónica de montería en Valdegudiño, por Vegas del Sever

Las nueve de la mañana marcaba el reloj cuando Borja Galavis terminaba de acomodar en la mesa el bombo que sería el encargado de repartir suerte entre los monteros. La carpa pegada al secadero de Solana todavía rebosaba vida con monteros a los que se les atragantaban las migas por el comienzo del sorteo. Este día apremiaba soltar temprano, ya que se esperaba un gran número de reses en el plantel. La zona a batir, con escaso monte y grandes ondulaciones de terreno sin ser demasiado pronunciadas, requieren gran orden y sigilo a la hora de cerrar para que las reses queden en el interior de la misma.

Sobre las 9:30 h salían los cierres del Valle, de la Becerra y de Majada Alta, seguidos por el de Aguzadera, La Pampa y Valongo, siendo cuarenta y cinco minutos después cuando partía el de las Llanas para quedar todo perfectamente cerrado.

Antes de terminar de partir las traviesas se podían escuchar ya algunos disparos en los cierres.

La traviesa de Las Torres, última en partir, se terminó de montar sobre las 10:45 h y, sin más demora, se abrieron portones a las cuatro rehalas con que se cazó la finca.

La intensidad de ladras, lances y disparos, se mantuvo durante la primera hora de cacería en un punto álgido, llegando a parecer mas una tirada de zorzales que una acción de mayor.

Una gran pelota de reses, en la que viajaban varios venados de gran porte, anduvo paseándose por las traviesas de Campos y la de Torres para finalmente abandonar el cazadero entre la Pampa y Aguzaderas.

La orden de retirar a los monteros del cazadero llegó pasada la una de la tarde, y sobre las 14:00 h estaban todos los monteros disfrutando de una excelente comida en la carpa del secadero de Solana.

Las reses fueron se fueron llevando al plantel de manera ordenada y allí se pudo observar un total de 34 venados, destacando diez de gran porte, un tremendo jabalí abatido por Antonio Ponce en el cierre de las Llanas y que una vez medido ha dado plata, y un buen ramillete de hembras con las que los monteros disfrutaron de la intensidad de sus lances. Hubo muchos monteros con el cupo hecho y algunos que veían como ineludiblemente abandonaban el cazadero las reses una vez cumplido este.

Las copas se extendieron, a pesar de lo temprano que comenzaron, hasta bien entrada la noche y los monteros tuvieron que ser expulsados literalmente por el personal del catering una vez que acabaron con todos los víveres…

Una magnífica jornada para cerrar temporada en España con Vegas del Sever.

FICHA

Crónica de montería por Carlos Casilda