Crónica de montería de La Ribera Alta, por Gescaza

20 diciembre, 2016 • Caza mayor

Una vez más, Gescaza citó a los monteros en la archiconocida finca «La Ribera Alta», que se encuentra entre las mejores de España. La mancha a cazar, “La Dehesa del Picao”, estaba atestada de caza y las expectativas de los monteros, por las nubes. Esta era la vigésimo sexta ocasión en la que Gescaza administraba una montería en esta finca de Ciudad Real, y es porque sabe gestionar las monterías a la perfección en esta propiedad.

Como siempre, con la puntualidad británica que caracteriza a Gescaza, a las 9 a. m. estaba todo el personal listo para recibir a los monteros en la casa de la finca. Después del sorteo, con prontitud, las armadas salieron hacia la mancha y posteriormente se colocaron las traviesas en un preciso y estratégico movimiento coordinado por el personal de la finca y Gescaza. Con los puestos ya colocados, las carreras llegaron madrugadoras y el ritmo de estas presagiaba que estábamos presenciando una montería de campanillas.

Las rehalas movieron bien la caza de la dehesa para hacerla cumplir a los puestos en un día  calmado y apacible. El terreno se presentaba muy mojado y los perros estaban en su salsa.

La mancha estaba cerrada con 9 puestos, todos ellos muy dominantes, que fueron completando sus perchas conforme la mañana avanzaba. Algún cazador se quedó sin munición, “y eso que llevaba dos cajas de más”, declaraba en la junta el afortunado.

Como es más que conocido, la finca «La Ribera Alta» cuenta en sus monterías con grandes trofeos de venado, gamo y muflón, sin olvidar los grandes jabalíes que viven belloteando en sus amplísimas dehesas.

Una vez de vuelta al patio de reses se formó un plantel fuera de lo común compuesto por 146 reses, entre las que se contaban 34 venados, 8 muflones, 6 gamos y 98 jabalíes, de los que 34 mostraban muy buenas defensas.

Al terminar el almuerzo los monteros pudieron disfrutar del tapiz de reses y sacarse las oportunas fotografías para el recuerdo de lo que fue una montería que pasará a la historia por la calidad y cantidad de trofeos que alberga don Jesús Fernández en su finca y por la magistral administración de Gescaza, que hizo a todos los asistentes participar de un grandioso día de montería española.

Hay que agradecer al personal de la finca, así como al de Gescaza y los rehaleros, la gran labor realizada en esta cacería. Otra vez más, salimos por la puerta grande de «La Ribera Alta».

Crónica de Gescaza


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