Concentración en Madrid: «La muerte de Mel es como el punto de inflexión y este es el comienzo»

31 julio, 2017 • Noticias de caza

Los organizadores de la concentración valoran positivamente el que consideran el primero de una serie de actos para exigir y reivindicar respeto hacia la caza y el mundo rural.

«Lo que quieren los partidos políticos son votos y nosotros somos 10 millones de personas en torno al mundo rural», advierte el presidente de la RFEC López Maraver.

Redacción | «Si hay que perder un día de vacaciones para venir a luchar por lo que a uno le gusta y por lo que siente pasión, hay que apechugar y venir». Abel es un cazador valenciano que ha llegado a Madrid este domingo acompañado de su mujer, su hijo —siempre pegado a su epagneul bretón— y el excampeón de España de caza menor Vicente Silvestre, para sumarse al numeroso grupo de personas que se han concentrado en la Puerta del Sol con el objetivo de defender la caza y demás actividades del mundo rural, así como exigir un respeto y el castigo jurídico de los insultos, amenazas y demás ofensas que se vierten hacia este colectivo.

Al igual que Abel, que piensa que el sector de la caza «ha de hacerse valer» para solicitar respeto, cientos de personas relacionadas con el sector cinegético y el mundo rural se han acercado al corazón de la plaza madrileña para lanzar vivas a la caza y recordar a la joven Mel Capitán, que perdió la vida el pasado 19 de julio en la localidad oscense de Robres.

El hijo del valenciano Abel (justo detrás), con su bretón en la concentración / Daniel Puerta Serrano

Petición de unidad y un aviso de alerta

Unas banderas de Castilla y León ondeaban junto a la estatua de Carlos III cuando las leves rachas de viento aplacaban el calor que sacudía la Puerta del Sol a las 13 horas. Una pancarta pedía respeto a los cazadores y una imagen de Mel Capitán con un crespón negro concentraba la atención de todos. «Este es el comienzo para que la caza siga adelante, para que los animalistas no nos coman el terreno, para hacernos respetar y para que se conozca lo que realmente es la caza». Bea Alcoya mantenía con Capitán la afinidad por la caza y una amistad, por lo que fue la encargada de leer el manifiesto de los convocantes y unas palabras personales en recuerdo de su amiga desaparecida. «La muerte de Mel es como el punto de inflexión», señala Alcoya poniendo énfasis en la necesidad de unión que debiera tener el sector: «Si no estamos unidos, la caza acabará desapareciendo, pero no de aquí a diez años, no, sino que acabará desapareciendo el año que viene o al siguiente».

Bea Alcoya en la concentración de Madrid en defensa de la caza

La cazadora Bea Alcoya, amiga de Mel Capitán, durante su intervención / Daniel Puerta Serrano

Con el calor azotando la plaza, los aplausos se repetían durante las intervenciones de las personas que subieron al pequeño estrado: Ángel López Maraver, Santiago Iturmendi, Michel Coya y Beatriz Alcoya. Las palabras de los representantes de las entidades relacionadas con la caza, la Federación y la Oficina nacional, dieron paso a los dos cazadores conocidos en las redes sociales. La sonoridad se incrementaba y los vítores a la caza se sucedían hasta que llegó el silencio: un minuto en recuerdo de Mel Capitán.

El presidente de la Real Federación Española de Caza, el primero en tomar la palabra, suscribe las palabras de la cazadora y autora del canal de YouTube ‘bea alcoya hunter’. «El mensaje es claro», afirma Ángel López Maraver de manera rotunda: «ahora mismo tenemos que estar muy fuertes y muy unidos». Insiste en la necesidad de que los cazadores luchen por sus derechos, pues la ley les ampara, y que no toleren ningún tipo de ataque. Maraver hace referencia a una realidad socio-política «alarmante», pero aclara que «somos muchísimos» y explica que se ha de exigir a los partidos políticos que definan su postura ante la caza. «Lo que quieren los partidos políticos son votos y nosotros somos 10 millones de personas en torno al mundo rural», advierte.

Junto a Maraver acudieron al acto los presidentes de federaciones autonómicas de caza. José María Gallardo, de la extremeña, entiende que es necesario que la caza «tome protagonismo» en los medios de comunicación generalistas y adopte una postura activa y reivindicativa ante la sociedad en general. Mayor unidad y mayor compromiso son dos aspectos que pide Gallardo al colectivo de cazadores: «ser más guerrilleros, dar más la cara y apoyar a las asociaciones que están trabajando por la caza y nuestro futuro».

Unos podencos de rehala en la concentración de la caza en Madrid

Algunos cazadores y rehaleros acudieron con sus perros a la concentración / Daniel Puerta Serrano

El presidente de la Federación andaluza indica que el acto convocado ha sido «una manera de expresar el rechazo que siente el mundo de la caza con lo sucedido tras la muerte de Mel Capitán y también lo que sentimos los cazadores y el mundo rural con el desprecio o el rechazo que a veces creamos o provocamos en la sociedad en general». Mancheño se suma al mensaje de unión y piensa que es «momento de esforzarse y gritar muy fuerte que «viva a la caza, el mundo rural y los cazadores»».

El segundo orador del acto, Santiago Iturmendi, lo hacía en representación de la entidad que preside desde finales de marzo de este año: la Oficina Nacional de la Caza. Pero Iturmendi es además presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, otra de las autonómicas que se sumaba al acto en la Puerta del Sol. «Unidos somos fuertes; unidos podemos conseguir cosas y trasladar a la clase política nuestras inquietudes y preocupaciones», explica. Iturmendi añade que si cada uno va por libre queriéndose «colgar medallas y tener afán de protagonismo», el camino es equivocado. «La unión es el futuro de la caza y del mundo rural», aclara. Es la misma idea que apuntaba Bea Alcoya: «No tenemos que pensar si uno sale en la foto y otro no; si uno cobra y otro no».

Como director de la entidad que ha coordinado el acto, la Fundación Artemisan, Luis Fernando Villanueva califica la concentración de «respuesta inmediata» y «primer acto para reivindicar de una puñetera vez todos los derechos que de alguna forma tenemos». Villanueva habla de que vienen «momentos duros» y lanza un mensaje «de alerta», haciendo referencia al cambio que ha manifestado la sociedad urbana y a la necesidad de transmitir el mensaje de la caza y del resto de actividades del entorno rural de forma «clara y con la línea de investigación detrás».

Numerosos cazadores acudieron a la concentración de la caza en Madrid

Aspecto que presentaba la madrileña Puerta del Sol durante la concentración / Daniel Puerta Serrano

«¡Viva la caza!»

Junto a Maraver, Iturmendi y Alcoya, el cuarto orador bajo el sol de julio y la mirada de cientos de cazadores y personas vinculadas al mundo rural era Michel Coya. Reconoce que ha sido un acto precipitado, pero «el hartazgo de los cazadores se ha precipitado por una noticia desagradable». Señala el evento como un precedente de la «macromanifestación que hará el mundo rural reivindicando su derecho a existir y exigiendo defrensa». Coya vuelve a mencionar la palabra, quizá, más repetida durante la concentración. «La unidad es el único camino que tenemos posible para poder mantener nuestra afición». Agitando las manos en su discurso y arrancando los «¡viva la caza!» de los asistentes, cuenta que ese idea repetida por todos es «una necesidad imperiosa porque el mundo rural disgregado es imposible que pueda mantenerse vivo».

Muestra de esa unión del colectivo que está asociado a lo rural son, entre otros muchos, los cetreros. Son cazadores sin armas. En la Puerta del Sol había un grupo de directivos y socios de la Asociación Madrileña de Cetrería «Pedro López de Ayala». Francisco de Asís Uceda cometa que la presencia de él y sus compañeros es, en primer lugar, por «duelo y respeto» ante la trágica muerte de Mel Capitán y, además, con el fin de reivindicar un respeto. Dice que no se pueden utilizar los medios sociales de la manera en que lo está haciendo cierto sector contrario a la caza.

Y un contrario, un opositor, puso la nota discordante del acto al provocar a una cazadora, que se lanzó a una defensa acalorada. Todo quedó en un percance sin incidencia, amortiguado por la presencia de dos policías nacionales, que se sumó a la tórrida jornada de reivindicación que se encontraron las cientos de personas asistentes de los sectores cinegético y resto de los vinculados al mundo rural. 

Un contrario a la caza se enzarza con una asistente en una acalorada discusión / Daniel Puerta Serrano

Como un testigo mudo, el reloj de la Puerta del Sol sobrepasaba las 14:30 y la concentración en defensa de la caza y el medio rural se diluía entre las calles que mueren o nacen aquí, según se mire. La reducida tarima fue aprovechada también por personas ajenas a la organización para lanzar sendos mensajes de apoyo. Así, subieron a ella y hablaron un joven que lo hizo en nombre de la empresa Cárnicas Dibe; Ángeles Marcos de ‘En la Senda de Diana’ y Álex N. Lachhein.

Un comienzo positivo que requiere voluntad

«La valoración es muy positiva», «este acto ha cumplido con lo que queríamos», «lo valoro muy positivamente», «es la primera lectura positiva». Así se expresaban los representantes de las entidades del sector de la caza consultados cuando se bajó el telón, destacando el simbolismo del acto como arranque de otros que se realizarán.

La concentración en la Puerta del Sol había concluido. Este «comienzo» del que hablaba Bea Alcoya para que la caza «siga adelante» había llegado a su fin como un primer acto o una primera representación de la historia que nadie del sector quiere que sea trágica, como las obras griegas en las que se desmoronaba un héroe o un mito. Que la caza y el mundo rural sigan en pie, como mantienen muchas de las voces reunidas este día, depende en gran parte de la actitud de muchos millones de personas: los cazadores y todas aquellas que están ligadas a lo rural por oficio o dedicación, por afición o pasión.

«Es muy bonito hablar todos en casa y en el ordenador, pero hay que «hacer pelota» aquí». Abel y su familia se levantaron el domingo por la mañana e hicieron 400 kilómetros para estar en Madrid. Caída la noche, llegarían a casa de regreso. «Ya está, no hay nada más —dice el cazador valenciano—, que las cosas no son tan difíciles. Es solo ponerle un poquito de voluntad».


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