¿Cómo elegir nuestra raza o línea de podenco ideal?

A veces nuestros sentimientos, sin la experiencia suficiente, nos pueden jugar malas pasadas, podemos dejarnos llevar por modas, podemos dejar que un perro nos entre por los ojos sin conocer nada más de él

Todo podenquero, novel o veterano, ha tenido que pasar o pasará alguna vez por una misma situación, que no es otra que la de tener que elegir a su compañero de cuatro patas.

Ya sea por comenzar en este arte, por realizar una nueva incorporación o por seleccionar un ejemplar para realizar una monta, a todos se nos presenta esa ocasión, en la que entran en juego multitud de sentimientos y de emociones. Por un lado, tenemos incertidumbre por no estar seguros de estar haciendo totalmente lo correcto, ¿podemos fiarnos de nuestra intuición?, ¿realmente conocemos la línea del perro?, ¿cómo son los padres?, ¿el ejemplar es realmente bueno o es compatible con nuestra forma de cazar?, ¿será esa la raza que realmente necesito?.

Además, no están exentos esos sentimientos de euforia, ilusión, de esperanza, y es que no olvidemos que muchos podenqueros, seamos afines a la raza que seamos, tenemos una extraña enfermedad, esa que nos lleva a pensar que siempre podemos mejorar, que muchos perros de otras perreras son mejores que los nuestros. La enfermedad que, si no fuese por nuestras limitaciones tanto económicas como logísticas, haría que acabásemos teniendo una cantidad infinita de podencos. ¡Menos mal que los cotos nos limitan el número de perros! Y es que ésta es una afición en la que uno nunca deja de enamorarse de nuevo.

Todos estos sentimientos son inevitables en mayor o menor medida, pero a la hora de elegir un podenco, ¿debemos hacerles caso y elegir con el corazón, o debemos pararnos a pensar y buscar en nuestra cabeza la opción más lógica, aunque ambas opciones se enfrenten?

Yo diría desde mi humilde opinión que un 25% de la primera y un 75% la segunda.

Dejarnos llevar por nuestros deseos

En cuanto a la opción de elegir con el corazón, diría que éste siempre nos va a indicar qué perro es el que más nos gusta, el que más nos va a entrar por los ojos y por lo tanto desde el comienzo va a tener una pequeña parte ganada con nosotros. Nos va a indicar de todas las líneas y razas cuál es la que más nos llama la atención, la que desearíamos tener, pero a efectos prácticos eso no nos garantiza que sea lo que realmente necesitamos. Tan solo teniendo una amplia experiencia, habiendo visto muchos perros y habiéndose equivocado muchas veces, nuestra intuición puede llegar a jugar un papel mucho más positivo a la hora de acertar con nuestra elección. Por poner un ejemplo, diría que a muchos de nosotros nos gustaría tener un Ferrari, pero… ¿nos sirve para ir de caza?, ¿podemos mantenerlo?, ¿es realmente lo que necesitamos?

A veces nuestros sentimientos, sin la experiencia suficiente, nos pueden jugar malas pasadas, podemos dejarnos llevar por modas, podemos dejar que un perro nos entre por los ojos sin conocer nada más de él, y hacernos caer en una situación que en ocasiones puede resultar irreversible.

Mejor utilizar la cabeza para elegir un podenco

En cuanto a utilizar la cabeza a la hora de elegir, yo personalmente opino que en la mayoría de los casos es algo que aumentará notablemente nuestras probabilidades de éxito. Para ello, lo primero que tenemos que hacer es informarnos muchísimo sobre cada raza, sobre cada línea, su uso, o los diferentes resultados que han obtenido cazadores que las han utilizado antes que nosotros. Y es que la polivalencia del podenco y su diversidad hacen que las opciones sean muchas, sin olvidarnos nunca cómo debe de cazar cada podenco.

Una vez hayamos podido informarnos correctamente sobre todas las opciones que nos presentan cada una de las razas o líneas, nos debemos plantear una serie de preguntas que nos pueden ser muy útiles a la hora de acertar con nuestra elección:

¿Qué hereda el podenco que voy a adquirir?

Tras haber seleccionado raza y línea, también resulta de gran importancia, en la medida de lo posible, intentar obtener información sobre la ascendencia del perro que vayamos a elegir ya que todo es hereditario, tanto lo bueno como algún aspecto malo, y estos caracteres se pueden transmitir varias generaciones, presentando cualidades que los padres no tendrían por qué tener obligatoriamente.

Todos estos factores usados de forma objetiva pueden ayudarnos mucho a la hora de elegir lo que necesitamos.

Aunque a veces es difícil hacerlos coincidir todos, si es interesante tener en cuenta la mayoría de ellos, que junto con el 25% de corazón que nos ayudará a elegir dentro de lo más lógico lo que más nos guste, nos darán muchas más posibilidades de tomar una decisión acertada. Tras usar la lógica, y aunque se use mucho la expresión, «de lo bonito no se come», la cual a mi parecer no es para nada cierta, sí que podremos, tras haber cubierto nuestras verdaderas necesidades, darnos el gusto de elegir la morfología o capa que más nos llene los ojos, aunque como también se dice «el campo hace bonito a cualquier perro», dicho con el que estoy muchísimo más de acuerdo.

Los podencos no son una ciencia exacta

En todo caso, la caza y los podencos no son una ciencia exacta, y en ellos intervienen muchísimos factores. Elegir bien una raza, una línea o un ejemplar tan solo es el primero de los pasos para poder tener el perro que buscamos. Todo lo demás está enteramente en nuestras manos y en la destreza, conocimiento y tiempo que dediquemos para hacer de esa decisión un inmejorable compañero que nos dé infinitas alegrías en el campo durante muchos años.

Los podencos son perros muy inteligentes, los cuales se adaptan positiva o negativamente a todo tipo de situaciones, si los adquirimos siendo cachorros también es muy importante tener en cuenta una serie de factores como son la socialización o el intentar iniciarles de la forma más correcta en la caza. En todo caso la selección previa de ejemplares con un carácter fuerte y equilibrado será un punto vital no solo para adquirir un buen ejemplar, si no para que cualquiera de las razas mejore.

Lo siguiente ya es poder disfrutar de nuestro nuevo compañero, hacernos dignos de él e intentar cometer el menor número de errores posibles algo de lo que ninguno estamos exentos.

                                                                                             

                                                                                           J. Javier Calonge

Cazadores con Podencos de España