Columna de Opinión de Amador Pérez Viñuela en tribuna
Nos parece interesante reproducir de manera integra la opinión de Amador Pérez Viñuela sobre la polémica muerte de ciervos en Castilla y León. ¿Estáis de acuerdo?
«Hasta hace poco tiempo yo tenía el firme convencimiento de que las autoridades eran elegidas por los ciudadanos para que se dedicaran a servirlos en sus necesidades, pero después de veinte años de gobierno del PP en nuestra comunidad autónoma nos hemos dado cuenta que este principio honorable se ha convertido en uno de los engaños más espectaculares de la historia moderna.
Hace un mes los ganaderos de la sierra de la Culebra denunciaron la existencia de gran cantidad de ciervos muertos en los alrededores de los bebederos del ganado, hasta que los medios informativos no lo publicaron la conducta de los políticos autonómicos fue negarlo, después admitieron que sólo había una treintena de reses muertas, mientras, los ganaderos multiplicaban por diez el número, ahora la Junta admite que han contabilizado setenta y cinco y los ganaderos han empezado a huir con sus ganados de la zona porque no se fían de las Autoridades. Hacen bien, yo también desconfío de ellas, lo pudimos comprobar hace dos años con la plaga de topillos, se extinguieron cuando las condiciones meteorológicas fueron adecuadas, atrás nos dejaron la siembra a voleo de raticida que a punto estuvo de acabar con toda la fauna silvestre de la Comunidad. La comarca de Zamora, de Villar de Ciervos, en información de algún columnista vecino se ha convertido en Villar sin ciervos y lo más lamentable es que tiene razón. Es, por ahora, la última peripecia de nuestras honorables autoridades autonómicas en una zona que tiene reservada para fomento y cría de caza mayor, pero donde no se hacía absolutamente nada para garantizar las debidas condiciones sanitarias de las reses. Ahora el peligro procede de la carroña abandonada en el monte lo que contrasta con lo que exige a los ganaderos cuando se mueren sus ganados. La economía de la zona depende de la ganadería, de las pensiones y en menor medida de la caza, consciente la Junta decidió quedarse para sí la tercera pata en que se sustenta y naturalmente la ha echado a perder, como todo lo que hasta ahora ha monopolizado ¡Y todavía siguen pidiendo competencias!
Columna aparecida en Tribuna.net