Cazadores y agricultores de Guipúzcoa piden a gritos la vuelta de la caza
Los cazadores guipuzcoanos iniciaron una huelga indefinida en marzo que provoca el enfado de los agricultores.
«Lo único que se ha dejado de hacer es cazar, que es un derecho, no una obligación», afirman desde la federación.
Redacción | Los cazadores de Guipúzcoa siguen en huelga. El plantón indefinido que iniciaron en marzo debido a los problemas que presenta el sector de la caza en esta provincia, y para los que no se atisban soluciones. La Federación Guipuzcoana de Caza se encuentra muy molesta ante las pretensiones de la Diputación. Mientras tanto, el Sindicato Agrario ENBA pide un acuerdo entre ambas partes ante el daño ocasionado por corzos y jabalíes.
Desde la federación han expresado que continuarán con la huelga. El motivo es que, tras varios encuentros, creen que las propuestas de la Diputación son «absolutamente inasumibles».
Motivos de la discordia
Un convenio o acuerdo de caza mayor, que establezca las responsabilidades por daños de especies salvajes y su compensación, es el principal motivo de la discordia. Ampliar la cobertura de los destrozos generados por los corzos, y por todos los daños a la actividad agraria generados por especies silvestres, y contratar a un perito para valorar los daños para determinar si la federación debe asumirlos, son motivos que no tienen «sentido alguno, pues los animales salvajes son cosa de nadie», explican desde la entidad federativa.
Entre la Federación de Caza y la Diputación de Guipúzcoa no hay contacto alguno desde que se inició la huelga. Pero al sindicato agrario le urge que se tomen decisiones para evitar daños a los cultivos. Cazadores y agricultores no ven soluciones a un problema.
«Consideramos que los propios baserritarras son conscientes e igual de perjudicados por la actual presión que sufrimos los cazadores por parte sectores animalistas y ultraecologistas —explican desde la federación—, y que las administraciones en vez de tratar de buscar un equilibrio entre las distintas sensibilidades, cada vez nos ponen más dificultades, cierran líneas de caza incluso con sentencias del Tribunal Supremo a favor, cierran campos de tiro, y vedan la caza en montes de titularidad pública, por no hablar ya de la presunción de culpabilidad que inspira toda la normativa relativa a la caza».
Desde la federación aseguran que han cumplido «todas y cada una de las obligaciones» en materia de seguros sobre accidentes de tráfico o daños a la agricultura. La Diputación dota de recursos económicos a la entidad de los cazadores para estos y otros fines, pero aclaran que si los seguros no se pagan es porque la Diputación no encarga las peritaciones. «Lo único que se ha dejado de hacer es cazar, que es un derecho, no una obligación».
La caza en Guipúzcoa
La caza es una actividad social que voluntariamente practican en torno a 20.000 ciudadanos en Guipúzcoa. La Federación gestiona el ejercicio de la actividad cinegética en su conjunto, por delegación de la Diputación, que conlleva la gestión de la caza de especies migratorias con sorteo diario de entorno a 5.000 puestos durante 2 meses, la gestión de la caza de la becada con un sistema de recopilación de información único en el estado español y la gestión de la caza mayor con más de 1.200 cazadores. La federación quiere quedar claro que nunca ha querido entrar en polémica con los agricultores.
«Cuando un colectivo de miles de personas decide unánimemente dejar de practicar su pasión, como es la caza, no es difícil concluir que algo no marcha bien. No es un capricho, ni ninguna medida dirigida contra nadie, ni se pretende instrumentalizar a nadie, como algunas voces alegan. Es una medida que pretende que la sociedad visualice y reflexione sobre el papel de la caza en el control y equilibrio del medio ambiente y la Biodiversidad, y que las Administraciones Públicas afronten sin temor a la presión de los ultraecologistas y animalistas la realidad de la actividad cinegética», concluyen desde la Federación.
Los ganaderos, desesperados ante la huelga
La organización agraria ENBA se reunió el 12 de junio con responsables del Departamento de Medio Rural de la Diputación Foral de Guipúzcoa.
Los baserritarras mostraron su preocupación, no solo por los numerosos daños ocasionados por corzos y jabalíes en praderas y maizales, sino también por los riesgos sanitarios que pueden ocasionar estos animales hacia la ganadería. Además, sienten inquietud por la falta de un Convenio de Caza Mayor entre Diputación y Federación.
Los cazadores guipuzcoanos iniciaron su huelga indefinida el pasado mes marzo. Fue convocada por la Federación Guipuzcoana de Caza para denunciar que llevan cuatro años sin convenio, lo que les coloca en «un limbo«. Un total de 100 sociedades de cazadores y 60 cuadrillas de caza mayor secundaron esta protesta motivada en parte por la decisión foral que afecta a la caza en el Monte Ulía.