Cazadores de la comarca pontevedresa de Salnés repueblan con miles de conejos sus cotos
La temporada de caza menor empieza el 15 de octubre y los responsables de las Sociedades de ‘Karsita’ y del Tecor de Meaño sostienen que es muy importante que los conejos se críen en semilibertad.
Falta menos de un mes para que empiece la temporada de caza menor en Galicia, y dos de las principales sociedades de caza de O Salnés, como son Karsita y O Corazón do Salnés han llevado a cabo con éxito sus planes de repoblación de los cotos con conejo de monte. Dos de los responsables de ambos clubes, Pedro Rodríguez y Rafael Otero, respectivamente, afirman que abunda el conejo en el monte, y que además se ve sano.
El conejo es la principal especie cinegética en la comarca arousana, pero no siempre abunda, pues se trata de un animal muy sensible a determinadas enfermedades infecciosas. Por ello, en los últimos años buena parte de los esfuerzos de las sociedades de caza de O Salnés y Ullán -compuestas por cerca de un millar de aficionados- se han centrado en ayudar a los conejos a resistir mejor estos episodios.
En opinión de Pedro Rodríguez (secretario de Karsita) y de Rafael Otero (presidente de O Corazón do Salnés) una de las claves está en la crianza de los animales que se siembran en el monte. «Es muy importante que los conejos que se sueltan en el monte estén bien vacunados, y que pasen antes de la suelta entre un mes y mes y medio en un régimen de semilibertad, comiendo verde, y en un clima similar al nuestro», argumenta Rafael Otero, de Meaño.
El objetivo es que el animal se aclimate cuanto antes a la vida en la naturaleza y que tenga la mayor resistencia física posible contra las enfermedades. Coincide con él Pedro Rodríguez, de la sociedad vilagarciana Karsita. «Nosotros los traemos de criaderos que los tienen en semilibertad».
Para facilitar su adaptación al medio natural, en Karsita les hacen unas madrigueras provisionales amontonando unas piedras y ramas, protegidas de los potenciales depredadores. Asimismo, les construyen unos refugios para facilitar su huida de los depredadores, entre los cuales se encuentra el zorro.
Buenas expectativas
Rafael Otero, de O Corazón do Salnés, es muy optimista. «Prevemos un año bastante mejor que el pasado. Se ve conejo, y además está sano». Argumenta que los domingos y festivos están subiendo al monte con los perros, para mover la caza -los perros entrenan, al tiempo que las especies cinegéticas criadas en semilibertad se espabilan al verse obligadas a huir de una amenaza- y que durante esas jornadas han comprobado que hay abundancia de conejo. «Las perspectivas son buenas».
También es optimista, aunque más comedido, Pedro Rodríguez. «Parece que este año puede dar juego. Se ve conejo, y está sano». Y aunque asume que en el tiempo que resta para el comienzo de la temporada todavía puede producirse un episodio de enfermedad que diezme las poblaciones, cree que si empieza a llover con cierta regularidad no será probable que eso suceda. «Si llueve es más difícil que se propaguen la vírica o la mixomatosis porque son enfermedades que suelen transmitirse por la picadura de mosquitos y otros insectos que actúan más en verano o con calor».
La campaña de caza menor empieza en Galicia el 15 de octubre (domingo), y se extenderá hasta principios de enero. Entre esas fechas, los aficionados tendrán la oportunidad de recorrer el monte los domingos, los jueves y los festivos. De todos modos, Otero, de Meaño, es partidario de no acudir todos los días.
En su opinión, una de las claves para favorecer la repoblación del conejo de monte es «recortar los días de caza a partir de diciembre. Si quedan 20 hembras en el monte, harán más que 200 conejos sembrados», considera.
Otros trucos
Rafael Otero considera que las sociedades pueden hacer mucho para favorecer la implantación del conejo en su nuevo ecosistema. Así, recomienda realizar cada cierto tiempo las batidas de zorro autorizadas por la Junta, para evitar que este animal pueda dañar en exceso al conejo. También aconseja desbrozar en las proximidades de las madrigueras, para que los animales dispongan de pasto cerca y no tengan que desplazarse en exceso, con el consiguiente riesgo para ellos. Asimismo, aboga por subir con los perros para «espabilar el conejo y avisarle de que hay peligros de los que tiene que escapar».
En cualquier caso, para él es esencial repoblar los tecores (territorios cinegéticos ordenados) con ejemplares bien criados en la granja. «Es mejor soltar menos, pero que esté mejor preparado».
En Karsita, por su parte, estiman que han llevado al monte algo menos de 2.000 conejos desde enero pasado -la sociedad cuenta con un territorio cinegético de 2.400 hectáreas-, y hace hincapié en la importancia de los biotopos que les construyen a los conejos, y que es su primer asentamiento desde su puesta en libertad. A los pocos días empezarán a hacer sus madrigueras.
Informa Anxo Martínez para farodevigo.es