Cantabria registra casi un accidente al día por la invasión de la carretera por animales

Un jabalí yace muerto en una carretera nacional.

El jabalí es la especie más peligrosa por su cuerpo macizo, compacto, y un choque frontal suele causar graves daños en los vehículos.

Casi todos los días se produce en las carreteras de Cantabria un accidente causado por animales desorientados que invaden las carreteras. Corzos, jabalíes, ganado, perros abandonados… Sorprenden a los conductores, que reaccionan con una maniobra brusca y precipitada, con un frenazo, que a veces termina con el atropello del animal. En todos los supuestos, son accidentes de alto riesgo. Por el poco tiempo existente para la reacción, por los daños colaterales generados o por las colisiones en cadena que pueden suceder.

Según los últimos datos facilitados por la Dirección General de Tráfico en Cantabria, la cifra de accidentes provocados por animales sueltos en 2017 hasta el 31 de octubre fue de 282. De ellos, solo 10 se saldaron con heridos, aunque en todos los casos fueron leves y no requirieron hospitalización. Estas cifras suponen entre un 10% y un 15% del total de accidentes en las carreteras regionales, que asciende a 3.000. «Es un dato que preocupa mucho a la DGT», asegura el jefe de Tráfico en Cantabria, José Miguel Tolosa. «Pero ha descendido algo con respecto al año pasado, por lo que estamos en el buen camino. Las medidas disuasorias puestas en marcha están funcionando y trabajamos de forma muy coordinada con todas las administraciones desde la creación de la Comisión Autonómica del Consejo Superior de Tráfico y Seguridad Vial en 2016».

Los datos facilitados por Tráfico cuentan solamente los accidentes con instrucción de atestado, porque entre avisos y denuncias por animales en las carreteras, la cifra asciende. La gran mayoría de los accidentes con animales implicados se registraron en la A-8 (38) y en la A-67 (34); seguidos de lejos por la CA-141 (14) y la CA-272 (12).

El punto crítico se produjo en 2012. Un coche impactó contra el cuerpo de un jabalí de noventa kilos en la carretera de Ontón. Otro vehículo lo había atropellado previamente y el suceso tuvo un dramático final con dos víctimas mortales. El jabalí es la especie más peligrosa por su cuerpo macizo, compacto, y un choque frontal suele causar graves daños en los vehículos. En este caso, tras el impacto, dos mujeres se bajaron del coche para ver qué había sucedido y retirar el cuerpo del animal. Un tercer vehículo se las llevó fatalmente por delante.

El mapa de accidentes de tráfico provocados por animales cinegéticos alcanzó niveles alarmantes entre 2012 y 2014. A lo largo de 2013 se contabilizaron 382 accidentes de tráfico provocados por todo tipo de animales. Domésticos, de caza, salvajes, aves… Se produjeron una veintena de atropellos de corzos solo en Valderredible, unos diez accidentes provocados por piaras de jabalíes cruzando la carretera en la zona de Piélagos, un choque contra un ciervo en la A-8 en Cabezón de la Sal, media docena de venados por la comarca campurriana…

Desde entonces, las medidas disuasorias activadas para ahuyentar a los animales cinegéticos de las vías rápidas están dando sus frutos. Salvo el repunte del pasado año, este 2017 se ha registrado una «vuelta a los valores en descenso de 2015», señala Tolosa.

Descenso en 2017

Este año que termina se produjeron 86 accidentes con corzos, 59 con jabalíes y 53 con caninos. El aumento de estos últimos «vagando en los viales abandonados, suponen un alto riesgo para los conductores». «Además, se dio aviso de perros sueltos en las vías en 170 ocasiones», destaca Tolosa. El jefe de Tráfico adelantó a este periódico que se trabaja en un proyecto a poner en marcha en 2018 para contratar a una empresa especializada de recogida que se haga cargo de este servicio durante 24 horas.

La cifra del número de accidentes ocasionados por animales sueltos, bien de fauna salvaje o rebaños conducidos o abandonados en 2017 (282 siniestros), ha vuelto a los niveles de 2015 (con 271 accidentes), tras el repunte que se experimentó el pasado año, con un registro de 339 accidentes —de los cuales, en 10 de ellos hubo heridos hospitalizados—. Del total de ese año, en 84 accidentes estuvieron implicados corzos; en 83, jabalíes; y en 75, perros.

Para paliar estos números, en la Red de Carreteras Estatales se pusieron en marcha a lo largo de 2016 y 2017 una serie de actuaciones de prevención en materia de accidentabilidad dentro de la comunidad autónoma en las vías de alta capacidad. Para apartar a los animales de la A-8, la A-67 y la N-629 se colocó malla como cerramiento y también se hizo el refuerzo de la parte inferior del vallado ya existente, sobre todo de cara al jabalí o a los zorros, que se cuelan por debajo.

La barrera

En total, se colocaron 26.500 metros lineales de cercado perimetral, incluyendo las zonas de orografía compleja en torno a los tres viales más conflictivos. También se despejó la vegetación en los márgenes de estas vías. Las obras contaron con una partida superior a 300.000 euros.En cuanto a los repelentes, se utilizaron 14.400 ml. en los puntos especialmente conflictivos y 8.000 ml. más como refuerzo. Se colocaron, por ejemplo, botellas con olor a orín de lobo, que hace que los animales se asusten. Los sitios elegidos fueron las autovías y la carretera nacional N-623, con 11 siniestros por animales registrados este año y 15 el año anterior.

También se utilizan otras medidas como atrayentes, ultrasonidos y catadióptricos reflectantes (dispositivos compuestos de espejos y lentes para reflejar y refractar la luz) orientados para proyectar las luces de los faros hacia los márgenes de las carretera.

Informa María de las Cuevas para eldiariomontanes.es