Luna de Julio 2010, nunca se deja de aprender de Gonzalo Chacón

29 agosto, 2013 • Miscelánea

Nunca se acaba de aprender……hacia mucho tiempo que no me ponía en una gatera. Desde chico, en que más por pura afición de verlos, que por querer matar un guarro realmente, no me ponía en una de ellas.

Agustín Cabezahierro, el casero de mi abuela con el que mi padre nos dejaba quedarnos en La Dehesilla, como si de un campamento a los que ahora van mis hijos se tratara, nos dijo una tarde: “¿a que vais a poneros en esos agujeros, a que os frían los mosquitos?…..dejar a los guarros que entren, después de cenar los buscamos en el rastojo”, y nos preparó una sopas de leche con higos para cenar.

Ahí se acabaron los aguardos y empezó la Ronda, ese sí que es otro mundo!!!!

Yo creo que al principio no teníamos ni escopeta…..¿o era aquella mocha de segunda mano del 16 que compramos a medias Gonzalo y yo?.

Agustín, que solo cazaba de oído, nos enseñaba con paciencia como atar unas orejillas del papel de plata del Celtas cortos que usaba, al extremo de los cañones, y como buscar su brillo con la luna a las espaldas, alumbrando bien al bulto negro del cochino, agachándonos para recortar su silueta contra el cielo, a poco que el terreno ayudara………..menudos campamentos!!!!!!!

El martes pasado fuimos a Casarente con la intención de ponernos en unos comederos que están echados desde hace tiempo, para ver si matamos algo decente. La última vez Gonzalo no tiró un bicharraco (plata) que dejo por prudente, y no aplastarle un guarro de ese tamaño a quien nos invitaba, guarro que mato a los pocos días otro más cumplidor. Yo me saldé con una machorra en celo confundiéndola con el macareno que la rondaba.

Total que nos presentamos en la finca, vamos echando los comederos, y todos con una pinta de cojonuda…….en este entran tantos y cuantos, en ese un guarro grande, en este otro hay que esperar a que lo dejen los pequeños y al final entra uno enorme….y así hasta cinco.

A mi hermano le ponen en uno de los que al final entra uno grande, y al que un número de la Benemérita le sacó, la semana pasada el escudero, por no esperar y tirarlo aún con el sol recién puesto. A mi me enseñan dos gateras sobre la carretera, no tenían mala pinta, bien usadas por bichos que entran de la finca de enfrente. No sé si para animarme o no, me explicaron que de madrugada, vieron hace dos días salir por la más grande, un verraco con los colmillos por fuera………..en fin, me quede un tanto receloso acordándome de lo de los mosquitos.

Había una encina un poco seca desde la que dominaba las dos gateras, el aire me venía bastante fijo desde el lado izquierdo, por lo que el agujero más grande y usado, por el que vieron salir el macareno y que quedaba más cerca de la encina, llevaba bien el aire. El otro estaba bastante abajo a la derecha y lo dominaba desde mi puesto, un poco más largo, pero como no había matas ni sombras que lo impidieran, veía bien sobre el blanco del rastojo toda su salida.

Allí quieto desde las 10, casi aún con sol, limpio bien el suelo de pasto y hojarasca para no hacer ruido al prepararme para tirar y moverme o levantarme si me canso. Al rato se va quedando oscuro y con los Zeiss 10×56 sobre el blanco del rastrojo veo perfectamente, pasa algún coche por la carretera que aprovecho para estirar las piernas. Solo oigo las vacas del vecino que están acostadas al otro lado de la carretera en una vegata que termina sobre el pantano, miro en esa dirección y una de las veces, una de ellas bufa y se mueve mosqueada de su sitio, entiendo que será algún guarraco que ronda su ternero…….pero solo son imágenes que te pasan por la cabeza mientras esperas. No oigo nada, veo una cierva en el pecho de enfrente que se acerca hacia las vacas, pero nada, allí ni guarro, ni guarra, ni ná de ná.

Las 11:30 escucho otro bufido de una vaca, al rato me parece oír la alambrada de la otra parte de la carretera pero como está largo y hace aire, no fijo bien el ruido. Ni veo ni oigo nada, menudo embarque………no si ya lo decía Cabezahierro: “pá que te coman los mosquitos….”

Las 12, miro al rastrojo y solo pienso que tiene que ser una delicia rondarlo con un poco de luna, son unos cerretes suaves que van bajando de la falda de la sierra al pantano, el aire casi siempre fijo desde arriba y sin matas ni piedras que hagan bultos extraños, solo el blanco del rastojo y la sombra de las encinas.

En eso ando cuando una vaca de mi derecha sale andando mosqueada, miro hacia allí y veo venir un bulto largo desde la otra gatera de mi derecha, el aire que sopla hacia allí lo hace un poco sesgado hacia la carretera, el cochino sigue avanzando hacia mí, parando a orientarse del ruido que hace la vaca asustada por él.

Será una guarra, se acerca hasta el camino de entrada, que no se atreve a cruzar (esta a 30 metros de mi encina) ni pestañeo. No cruza coge el camino hacia atrás y levanta otra vaca con el follón correspondiente.

El bicho esta totalmente confiado, se ve que conoce bien sus dominios, coge su aire de cara y va avanzando paralelo al camino parándose en la sombra de las encinas, me giro y lo meto en el visor, un invento tecnológico que me han dejado, lo cojo bien, pero cuando se para, solo veo brillar sus ojos a un lado y su culo al otro de un troncazo de encina que protege su codillo. Me cago en la leche!!! Esta a no más 60 metros, tengo el aire perfecto, y domino mucho terreno por delante del guarro, con los prismáticos trato de ver a donde se dirige, solo hay rastrojo limpio, y vacas al final de la loma.

Las vacas hacen bastante ruido en el rastrojo, las han vacunado esa mañana y no dejan de bramar, eso amortigua cualquier ruido que yo haga.

Espero en el puesto y reviso bien el guarro, macho, largo, alto y solo. Miro hacia la gatera por la que ha entrado hace más de media hora por si le sigue otro, y nada. Lo veo bien con los prismáticos aunque no hay nada de luna, son las 12:30 cojo el rifle y le cambio el visor, le pongo uno normal, con sus cruces gordas de toda la vida, el guarro estará a 300 metros de mí, se ha quedado en unos hormigueros que vi al bajar hacia el puesto. Esta tranquilo y las vacas ahora se mueven menos pero aún hacen ruido suficiente para taparme.

Decido acercarme todo lo posible por el camino (asfaltado, no te lo pierdas!!!)  e intentar tirarle cuando corone la loma y se recorte contra el cielo. Llevo el rifle ya apoyado en la horquilla y lo vigilo por el visor. De vez en cuando paro para revisar hacia atrás con los prismáticos, por si le acompaña alguien. Ese guarro solo, a esas horas……….cada vez tiene mejor pinta. Que pena, aunque solo hubiera una media luna, lo bien que lo vería, ahora dudo si no debería haber cambiado de visor. Pienso si retroceder al puesto donde deje el otro. ¡¡¡ Que coño, al lío, me acercaré mucho y como el terreno y el guarro van subiendo despacio, de la que se atraviese lo tiro, si se va, es que no será aún su día!!!.

Tardo en acercarme más de un cuarto de hora, al final me quedo a poco más de 30 metros clavado como un poste, rifle en la horquilla, aumentos a tope, busco en el cielo las barras y bajo despacio hacia el guarro que se va recortando contra el viso de la loma. Joder me he equivocado, lo tenia que haber tirado contra el blanco del rastrojo!!!! Al poco se termina de recortar y ahora ya si lo veo de gloria, esta mirando hacia la derecha, se da la vuelta y se queda de culo, será cabrón!!!  Debería ser más negro.

Es casi la una. Lo tengo entre las gordas barras del visor y ahora me ofrece otra vez, atravesado, su flanco izquierdo, busco su hombro y aprieto el gatillo despacio, sin dejar de fijarme en el entronque de su cuello y la paleta, esta un poco mirando hacia mí, suena el tiro, que amortiguado por el “freno de boca” que monta este rifle, me deja escuchar algo que identifico como el topetazo de la bala con su carne.

Lo malo de cazar solo es que cuando tiras dejar de ver un momento, y no sabes bien que ha pasado. Lo que si sabia es que lo tenia bien fijo cunado salió la bala, que no oí ningún bufido y no lo había visto correr. Además escuché el taponazo de “carne” en el tiro. En eso se levantan unas vacas que había acostadas en lo alto de la loma y lo primero que se me viene a la cabeza es que el taponazo tan fuerte ha sido contra una vaca……a que me he cargado una vaca, que tumbada detrás del guarro, no había visto……joder que marronazo!!!.

Subo hacia el tiro y solo veo las vacas detrás de la loma, en el tiro no hay ninguna “espatarrá” , uf, menos mal!!! Una de ellas se acerca a oler algo junto al camino, me voy para allá y allí estaba tumbado mi macarenito, había ido a buscar el paso por donde atravesó el camino. Seco total, le abro la boca, tiene algo más que una buena tablilla y además vaya hora de lance me ha dado el bicho. Nunca se acaba de aprender, que gustazo de “gatera”……aunque sigue teniendo razón Cabezahierro, esta claro que donde se ponga una buena Ronda, que se quite todo lo demás.

Relato de caza a concurso de Gonzalo Chacón

 

 


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