Presiones de agricultores y ganaderos obligan a cazar en terrenos vedados

5 noviembre, 2018 • Noticias de caza

Conejos, jabalíes, ciervas y corzas podrán abatirse en terrenos vedados de municipios zamoranos y el presidente de Azadecap echa de menos la inclusión del lobo.

«Las presiones de agricultores y ganaderos por la magnitud de los daños ocasionados por la fauna silvestre en carreteras, cultivos y ganados, y el miedo a la aparición en escena de enfermedades como la peste porcina africana o la mixomatosis» -ambas cercanas- son, en el criterio del delegado provincial de Caza, José Antonio Prada, lo que ha llevado a la Dirección General del Medio Natural de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente a permitir la caza de jabalí, conejo, ciervas y corzas, incluso en los vedados.

Hay quien echa de menos que en la instrucción de la Junta de Castilla y León no se incluya también al lobo. Desde el punto de vista particular de Antonio de José Prada, presidente de la Asociación Zamorana para la Defensa de la Caza y de la Pesca (Azadecap), en lo tocante a las especies objeto de controles poblacionales, «habría sido muy interesante que la Junta de Castilla y León hubiera incluido al lobo entre las especies objeto de control, si no en su totalidad, al menos las poblaciones del norte del Duero, ya que esta instrucción se fundamenta en un régimen de excepcionalidad».

Medio Natural ha publicado una instrucción que facilita los trámites administrativos permitiendo el control de jabalíes, ciervas, corzas y conejos sin necesidad de informe de daños previos, por cuanto que la Administración dice disponer de datos recabados de los anteriores años, y que da por válidos para este ejercicio.

La instrucción recoge una extensa relación de términos municipales donde no es necesaria la comprobación de los daños ocasionados por las mencionadas especies para llevar a cabo el control, y que en la provincia de Zamora incluyen a un total de 68 municipios tocantes al conejo, 82 al jabalí, 32 a hembras de ciervo y 50 a hembras de corzo.

El delegado provincial de Caza cree justificada esta instrucción «porque hay pueblos con muchos problemas y sobre todo con el jabalí hay gente que está acobardada. Además de que es un depredador de vivares de conejo y de nidales de perdiz».

Medio Natural justifica esta instrucción en que «la favorable evolución de las poblaciones de determinadas especies cinegéticas durante los últimos años está provocando que en zonas de Castilla y León se produzcan daños a personas y a sus bienes, materializados fundamentalmente en el aumento de la siniestralidad viaria por irrupción de fauna salvaje cinegética, en una mayor reiteración o intensidad de los daños ocasionados a los cultivos agrícolas y no menos importante, en una mayor competencia o predación sobre especies protegidas o cinegéticas».

El objeto de la instrucción es establecer un procedimiento común para resolver las solicitudes de control poblacional de fauna salvaje cinegética, con la finalidad de reducir el tiempo de instrucción y tramitación de las solicitudes, minimizando las cargas administrativas y optimizando los recursos humanos y materiales, así como homogeneizar las condiciones de las autorizaciones.

La Junta apunta que la resolución de los procedimientos administrativos iniciados para reducir efectivos poblacionales para prevenir o paliar daños requiere celeridad puesto que, en casos, lo que se pretende es la minimización de los efectos perjudiciales que la fauna pudiera estar ocasionando a lo largo del año o, en determinadas zonas sobre personas o sobre sus bienes».

La Consejería dispone de una información sobre siniestralidad agrícola y viaria, sobre controles autorizados en años previos y de evolución de capturas que permite, acorde a los principios de eficacia y racionalización de los recursos públicos, que en determinados territorios no es precisa una comprobación previa en campo».

Los titulares de la autorización de control deberán presentar una memoria de las capturas en un plazo no superior a 15 días naturales desde la finalización de la fecha autorizada.

En los terrenos no cinegéticos, en lo que respecta al conejo, no es necesario informe de comprobación de daños y, en cualquier época del año en zona de seguridad de vías de comunicación, suelo urbano y otras instalaciones subestaciones eléctricas, infraestructuras de energía, polígonos, industria, logística?) se podrá realizar el control con hurón (tres por cada cuadrilla de seis personas y e periodo mínimo autorizado será de un año o hasta final de temporada. En un total de 68 municipios, en cualquier época del año, podrá recurrirse a la modalidad de al salto, a rabo y en mano, aguardo o espera, y con hurón, armas o red durante tres meses o hasta el final del periodo crítico del cultivo afectado, durante todos los días de la semana.

En cuanto al jabalí en el periodo hábil y en un total de 82 municipios el aguardo o espera, también nocturna (tres cazadores con arma de fuego, arco y fuente luminosa para el disparo, y perros solo para el cobro de piezas heridas), durante un mes o hasta final del periodo hábil, y gancho, batida o montería (conforme a la modalidad de caza mayor autorizada) y en fecha concreta.

Antonio de José Prada califica de «muy positivo que la Administración, a través de esta instrucción, haya dado ambiciosa celeridad a los trámites con la finalidad de que los controles realmente sean efectivos, armonizando los criterios de tramitación». Para de José Prada la instrucción «resulta positiva para los controles poblacionales a realizar en los terrenos cinegéticos, es decir donde existe la figura de un titular que ordena a través de un Plan Cinegético y posteriormente gestiona sus poblaciones cinegéticas mediante la caza. Ahora bien, reconocida la importantísima labor que realizan los titulares de los cotos en el control de poblaciones, la Administración debería valorar dicha función e ir pensado en minorar la carga de tasas administrativas en materia de caza como: las matrículas de los cotos privados, trámites de ampliaciones, zonas de adiestramiento de perros, examen del cazador. o las abusivas tasas de aprovechamiento que se fijan en los montes catalogados de utilidad pública».

En su criterio, «es en los terrenos no cinegéticos, terrenos sin ordenación ni gestión cinegética, donde esta instrucción abre una puerta peligrosa en relación con la caza mayor. Detrás de las posibles solicitudes ya no hay un titular dispuesto a velar por el patrimonio cinegético que lo aprovecha de manera ordenada, ya no hay un titular que anualmente es gravado con tasas administrativas, en definitiva se abre una puerta a cazar (aunque se autodefina como caza de control) jabalíes, ciervas y corzas durante todo el año con indefinidas consecuencias. Y es que la Administración debería fomentar que los terrenos no cinegéticos pasen a ser cinegéticos ya que la figura del titular cinegético es fundamental en el buen control de poblaciones». Por poner un sencillo ejemplo, indica, «un vedado en el interior de un coto privado por su condición de terreno cinegético podría, con los suficientes elementos motivadores, cazar los jabalíes, las ciervas y las corzas del coto privado en el que se enclava sin la necesidad de cumplir con las importantes obligaciones y responsabilidades que tiene el titular de un espacio cinegético». Las enfermedades de la peste porcina africana y de la mixomatosis mantienen alerta en estos momentos a todas las administraciones por las graves consecuencias que acarrean.

Informa J. A. García para laopiniondezamora.es


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