¿Por qué podemos ver cómo muere una langosta y no cómo muere una iguana?

25 octubre, 2017 • Miscelánea

Los concursantes de Top Chef El Salvador tuvieron que cocinar una iguana.

Gran parte de la sociedad tolera ver que se mate una langosta y no una iguana o un pollo porque al parecer el tabú es la sangre.

Los abuelos de muchos millenials han matado gallinas o conejos con sus propias manos y en muchas zonas rurales se ha hecho la matanza del cerdo en casa hasta prácticamente antes de ayer. Ahora, sin embargo, estamos acostumbrados a comprar filetes de ternera, pechugas de pollo o lonchas de jamón. Como mucho, a reconocer partes de un cordero o de un cochinillo en un puesto de casquería o a ver expuestos decenas de peces muertos sobre hielo picado. Pero lo que (casi) nadie ve es cómo mueren esos animales. Por eso Twitter ardió en indignación, hace unos días, contra la edición salvadoreña de Top Chef.

Los cuatro concursantes del programa tuvieron que matar y cocinar iguanas, un reptil que no forma parte de la dieta habitual en este país centroamericano —donde lo más popular son las pupusas—, aunque tradicionalmente sí se han utilizado como alimento. Los ejemplares adquiridos por Top Chef, de hecho, procedían de un criadero autorizado. Pero ni por esas. Cientos de espectadores, incluida la ministra de Medio Ambiente, expresaron su malestar en las redes sociales.

El equipo de producción del programa respondió borrando los vídeos y las fotos que había compartido previamente y, al mimso tiempo, mostrando todos los permisos con los que contaba. Pero más allá de lo legal, ¿por qué toleramos ver la muerte televisada de una langosta o de un bogavante y no la de una iguana… o un pollo?

El marisco es un producto relativamente frecuente en las ediciones españolas de Top Chef y MasterChef. Cuando los concursantes han tenido que usarlos, de hecho, siempre hay a quien le da mucha pena y a quien se le da fatal, pero la polémica, fuera de círculos animalistas, es bastante reducida. De hecho, los tutoriales sobre cómo cocinar un bogavante (introduciéndolo vivo en agua hirviendo) siguen ahí. Y lo mismo sucede con las imágenes de redes pesqueras extrayendo miles de peces. Parece que la muerte de animales terrestres nos afecte más que la de los marinos…

Según el antropólogo alimentario Jorge Garufi, «el tema de fondo es nuestra relación con la muerte», pero él destaca que, por encima de todo, el tabú es la sangre: «En los documentales de viajes o los realities de supervivencia, si aparece sangre nublan la imagen. Y un bogavante, de todas formas, es un animal que está bastante lejos de nosotros. ¿Te imaginas qué pasaría si se matara un mono, que se come en determinadas zonas de África y China?».

El consumo de animales es una práctica ancestral, pero Garufi apunta que «hoy el ánimo es otro». De hecho, mientras algunos cocineros reivindican los platos elaborados con sangre y, en general, la casquería, en España el número de veganos, vegetarianos y flexivegetarianos crece cada cada vez más.

Informa Carlos G. Cano para cadenaser.com


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