Los cazadores defienden su gestión y discrepan de las peticiones de los ecologistas

2 noviembre, 2017 • Noticias de caza

Los cazadores se oponen a que sean los ecologistas los que indiquen qué hacer al pedir una «suspensión de la caza» ante esta situación de falta de lluvias prolongada.

Los cazadores defienden su capacidad de «autorregulación» y discrepan de la petición de Ecologistas en Acción que ayer pidieron «la suspensión temporal de la caza» porque, según expresan, «la situación de sequía tiene consecuencias directas sobre las especies cinegéticas, como son la baja productividad y la debilidad de los animales».

En el criterio del colectivo ecologista «las administraciones autonómicas tendrían que haberse anticipado al impacto que están teniendo sobre la fauna tanto las altas temperaturas como la situación actual de sequía y retrasar el inicio de la temporada de caza».

«La falta de agua y la reducción de alimento de los últimos meses ha provocado que la mayoría de los animales no hayan tenido un adecuado periodo de reproducción y que buena parte de las especies cinegéticas estén en unas condiciones de debilidad que limitan su capacidad de huida. En estas condiciones ventajosas y con notable impacto sobre las especies cinegéticas se ha iniciado una nueva temporada de caza. Aunque algunas federaciones de caza han realizado tibias recomendaciones para moderar la presión cinegética, estas han caído en saco roto y los campos se han llenado semana tras semana de cuadrillas, monterías y ganchos que no están dando tregua a la fauna cinegética» señala Ecologistas en Acción.

El presidente de la Delegación de Caza de Zamora, José Antonio Prada, resalta que «los cazadores somos muy maduros y tenemos la responsabilidad de gestionar las poblaciones de caza. Pueden darse algunos casos, pero el 95% somos conscientes. No hace falta que vengan a decir los ecologistas lo que tenemos que hacer. En la Guareña no se caza la perdiz y si sigue así posiblemente no se cace. Pero hay una plaga de conejos y a ver si vienen ellos a pagar los daños».

El presidente de la Asociación Zamorana para la Defensa de la Caza y de la Pesca Antonio de José sostiene que «la caza es un aprovechamiento y los titulares de los cotos disponen de unos planes cinegéticos y son muy conscientes de a dónde puede llegar». Hace referencia a medidas «como retrasar la apertura para que la presión no sea excesiva, a la reducción de días, de cupos y, en especies sedentarias, los primeros interesados en defender la caza son los propios cazadores». «No hacer nada no es la solución» subraya. También pone de manifiesto que «los años secos son muy buenos para conejos porque al no haber lluvia no hay humedades que favorezcan la aparición de ciertos vectores de enfermedad». Al respecto, añade, «que de suprimirse la caza puede darse un incremento de daños» y se pregunta «¿quién responde de los daños?».

Ecologistas en Acción señala en su comunicado que «en comunidades Autónomas como Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y Madrid la situación es especialmente grave, pues la sequía y las altas temperaturas de estos días están siendo extremas para la época del año y tienen en jaque a las poblaciones de especies cinegéticas». Expresa que «las Consejerías y Direcciones Generales responsables de la gestión de la caza iniciaron la temporada de caza sin prever esta situación o, al menos, sin tomar medidas para controlar esta situación, lo que es sin duda una irresponsabilidad». Apunta que «la legislación de caza y de conservación de la naturaleza les obliga a actuar en situaciones meteorológicas excepcionales, decretando la suspensión de la caza si fuera necesario, y evitando los llamados días de fortuna, como son los de sequía prolongada. Esta situación pone de manifiesto, una vez más, la capacidad del sector cinegético para autogestionarse y la de las Comunidades Autónomas para cumplir sus cometidos más básicos».

El cazador de Fermoselle, Roberto Ramos, defiende la actitud de los cazadores y señala que «los mismos acotados ponen las pautas a seguir, retrasan la apertura de la temporada y toman iniciativas para mantener la caza». Alude al propio caso de Fermoselle que ha decidido suspenderla, aunque en este caso la principal razón es el incendio que abrasó gran parte del término. «Los cazadores nos sabemos autorregular» expresa.

Antonio de José, que reprocha el uso de las piezas de granja para repoblar el medio natural, asegura que «las perdices que pasen este año serán unas auténticas supervivientes porque en los años de carestía se realzan los genotipos».

También Roberto Ramos repara en que «el calor puede ayudar al mantenimiento de algunas especies porque los rastros están borrados, los perros no dan con las huellas y se ponen tras el dueño y a caminar». «No es el caso de la perdiz , dice, «que se mata a base de darle vuelos y caminar, pero en pelo ,los perros no responden como debieran».

El portavoz de Ecologistas en Acción, Miguel Ángel Hernández, afirma «discrepar abiertamente de la Administración y de las organizaciones agrarias cuando hablan de la abundancia de caza e incluso de plaga», y reitera la situación de sequía que presenta el campo «que hace que, en muchos casos, los animales silvestres necesitan alimentarse y beber en los mismos sitios donde pasta el ganado». Se pregunta «¿cómo es posible que cazando más que nunca sigue habiendo tantos jabalíes?». En su criterio «la respuesta está en los propios cazadores que promueven las repoblaciones, las sueltas y la expansión con alimentación complementaria. Señala que «en algunas comunidades del país están creciendo las granjas de jabalí». «¿Dónde van?» se pregunta.

Informa J. A. García para laopiniondezamora.es


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