Las dos personas acusadas de envenenar a 14 perros y 3 zorros niegan los hechos

2 abril, 2016 • Noticias de caza

Dos personas acusadas de haber envenenado mortalmente a 14 perros han negado los hechos en el juicio celebrado en Manresa esta semana. La Fiscalía culpa a los hombres de colocar cebos envenenados entre marzo y octubre de 2012 en Castellfollit del Boix, Sant Salvador de Guardiola y Manresa.

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El fiscal considera que los dos hombres, originarios de Sant Salvador de Guardiola, colocaron los cebos impregnados de un producto químico muy nocivo para la salud humana y para el medioambiente con el objetivo de evitar la entrada de animales salvajes que pudiesen depredar algún conejo, perdiz o faisán. Estos cebos provocaron la muerte de 14 perros y tres zorros. Por ello pide dos años de prisión, una multa de 4.800 euros, inhabilitación de tres años para la práctica de la caza e indemnizaciones para los propietarios de los animales muertos de hasta 8.939 euros, según informa lavanguardia.com.

Durante el juicio, uno de los acusados, el expresidente de la Associació Guardiolenca de Caça, ha defendido su inocencia y ha negado rotundamente los hechos. “Los cebos también van en contra nuestra, ya que si te pillan te cierran el coto de caza y nosotros lo único que queremos es cazar con tranquilidad”, ha declarado en el juicio, que ha quedado visto para sentencia. El procesado ha añadido que los cebos también podían haber sido peligrosos para sus perros, porque el día que murieron siete perros ellos también iban a la misma zona.

El abogado de los acusados ha centrado la defensa en demostrar que cualquier otra persona podría haber colocado las trampas, y se ha basado en el hecho de que nadie vio a los sospechosos y, por tanto, no hay evidencias de su culpabilidad.

Sin embargo, los agentes rurales encontraron cerca de las trampas, restos de colillas de cigarro Winston, una marca que uno de los imputados ha reconocido fumar, y un sobre con el nombre de uno de los cazadores. Los agentes creen en la culpabilidad de los sospechosos porque consideran que “el lugar donde se encontraron los cebos, la época del año y la metodología sólo los beneficiaban a ellos”.

Los cebos se colocaron muy cerca de la zona de caza controlada de Montserrat, en la periferia de la línea de protección del parque natural de la montaña.


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