Juzgan a un jefe del Seprona por impedir la caza autorizada de conejos

4 mayo, 2018 • Noticias de caza

El fiscal ha pedido una multa de 7.200 euros para el Guardia Civil como autor de un delito continuado de coacciones.

Afirman que el jefe del Seprona llegó a decir que «esos conejos eran para él y para sus amigos, para divertirse…».

Las conclusiones provisionales de la Fiscalía, a las que ha tenido acceso Efe, señalan que el acusado, presuntamente, impidió la caza de conejos que estaba autorizada para evitar los daños que estos animales producían en las explotaciones.

Y añaden que incluso llegó a decir a los cazadores, supuestamente, que esos conejos eran para él y para sus amigos, para «divertirse» ellos cazándolos.

El relato del ministerio público se inicia con una primera actuación de este agente de la Benemérita, que sitúa en el mes de diciembre de 2012, y que ocurrió cuando F.C., en compañía de dos empleados, se encontraba en una parcela de Torre Pacheco «realizando capturas de conejos por daños, con todas las autorizaciones administrativas para este tipo de actividad».

Y añade que en esos momentos apareció el acusado, que iba en coche particular y sin uniforme, y requirió la documentación a F.C., «diciéndole a la patrulla de la Guardia Civil que se marchara, que él se encargaría del tema».

Se dirigió entonces a aquel y le dijo, siempre según la acusación estatal, que se estaban llevando los conejos que quería para él y sus amigos, indicándole que debían acompañarles al cuartel, aunque una vez en este lugar, no cursó denuncia alguna y dejó que se marcharan.

Un segundo incidente se produjo el 24 de junio de 2013, cuando el acusado, presuntamente, apareció en el lugar en el que se encontraban dos empleados de F.C., a los que dijo, añade el fiscal, «que le daba igual que tuvieran autorización del agente forestal, que en su demarcación no cogían más conejos».

Otro hecho que también va a ser juzgado aconteció el doce de diciembre del mismo año, cuando agentes del Seprona se personaron en un establecimiento de Torre Pacheco al que los trabajadores habían acudido a comprar pienso, «y pese a que no se encontraban cazando, les registraron el vehículo».

«Momentos después -dice también el ministerio público- se personó el acusado, pidiéndoles los permisos de tenencia de un hurón, que ya habían entregado en todas las ocasiones anteriores, ofreciéndose a ir a la oficina porque no lo llevaban en ese momento».

La respuesta del acusado, siempre según el relato que establece la fiscalía, fue de que no les iba a denunciar, para que así su jefe viera «que no era tan malo».

Informa Maica Sánchez para cadenaser.com


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