Exigen a las instituciones más batidas de jabalíes por los «daños terribles» que causan

8 enero, 2018 • Noticias de caza

Asociaciones de ganaderos aseguran que la «superpoblación» de estos animales causa «daños terribles» en sus terrenos, además de numerosos accidentes de tráfico.

Los parques naturales de Urkiola y Gorbea evidencian los «daños terribles» que los jabalíes ocasionan en los terrenos de pasto para el ganado. Pero no son los únicos afectados en el territorio vizcaíno. «Es una plaga que se va extendiendo cada año por todas partes», detallan tanto desde las asociaciones de ganaderos de Abadiño como de Dima. A los «importantes» daños que generan en las explotaciones, al dejar sin hierba a los animales que se alimentan en esas tierras, se suman los accidentes de tráfico que causan.

«En el tramo comprendido entre Otxandio y Urkiola cada semana hay un siniestro», aseguran varias personas que residen en esta zona. Los afectados más directos por la que catalogan como una «superpoblación» de jabalíes están más que hartos de denunciar este tipo de incidentes de forma continua. Es por ello que insisten en la necesidad de que las instituciones competentes deben tomar cartas en el asunto cuanto antes. «Sería necesario que se organizaran más batidas. Incluso que se desarrollen incursiones puntuales en los parque naturales», reivindican.

Las denuncias de ganaderos y baserritarras ante las cámaras agrarias de la provincia se suceden con cada vez más frecuencia. Consideran que se trata de «un problema que se está yendo de las manos». Aseguran que las batidas que se organizan son insuficientes para poner freno a la superpoblación de jabalíes como consecuencia de que «los montes están más sucios, porque cada vez hay menos ganado, y tienen más espacio para esconderse».

Otro de los afectados añade también que la proliferación de jabalíes que campan por el territorio vizcaíno obedece a que «antes solían tener tres crías y ahora rondan en torno a las siete. Además paren dos veces al año y así es como aumenta la reproducción». Lo cierto es que todos ellos indican que el problema se ha ido agravando año tras año a lo largo del último lustro. Cuando comienza a caer la noche, que en los meses de invierno se adelanta a la media tarde, los jabalíes irrumpen en los terrenos que los baserritarras disponen para que se alimente el ganado. «Dejan el suelo como si hubiera pasado una máquina de arar. Esa zona tarda luego alrededor de un par de meses en recuperarse, por lo que el ganado se queda sin comida a lo largo de este tiempo», explican angustiados.

Cláusula en el seguro

Juan Antonio Sarasketa, presidente de la Asociación para la Defensa del Cazador y del Pescador (Adecap), reconoce que los jabalíes «han colonizado todo el Estado». En estos momentos una sola cuadrilla de cazadores puede llegar a abatir a 130 piezas en una temporada cuando hace unos años «no pasaban de los cinco ejemplares». «Si no se quitaran, las 60 hembras que podría haber entre ellos se reproducirían y aumentaría aún más la población», matiza para dar cuenta de la magnitud del problema.

Hace ya varias décadas que este veterano experto en caza venía advirtiendo sobre ello. «Cuando dije que los jabalíes iban a terminar invadiendo la Gran Vía de Bilbao me tacharon de loco, pero el tiempo me está dando la razón», señala Sarasketa, consciente de los daños que este tipo de animales salvajes ocasionan cuando no se regula su caza.

El presidente de Adecap hace hincapié en los accidentes de tráfico que provocan. «Yo he sufrido cinco percances en Uribarri-Gamboa. La zona del pantano entre Legutiano y Otxandio es muy peligrosa», comenta. En el caso de que un jabalí se interponga en el camino de un conductor «lo mejor es tirar a por él, aunque te ocasione grandes daños en la carrocería. Girar el volante puede tener peores consecuencias», recomienda. Aconseja, además, que a la hora de contratar el seguro del automóvil se incluya una cláusula, que por el pago de 20 o 25 euros más, te cubra los accidentes con animales silvestres.

Este veterano experto apela a que la sociedad debe entender que los «cazadores son indispensables» y reclama a la Administración que se abstraiga de «sentimentalismos e intervenga para poner freno al problema».

Informa Yolanda Ruiz para elcorreo.com


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