Voces de caza

Entrevista al cazador Tomás Carrasco

27 septiembre, 2012 • Entrevistas

Nombre completo: Tomás Carrasco Jiménez

Profesión o actividad: Guarda Particular de Campo con la especialidades Caza y Pesca Marítimo

Lugar de residencia: MadridTomás Carrasco en Cazaworld

¿Qué modalidad de caza practicas? Casi todas las de menor y de mayor

¿En qué zonas cazas?

Principalmente en Castilla la Mancha, en dos zonas, la menor en mi pueblo en plena mancha, La Roda de Albacete y la mayor en el Alto Tajo.

Armas de caza:

Una repetidora  Beretta A-302 de polichoke que tengo desde el 1984, un rifle semiautomático Remington 7400 del calibre 30-06 y la paralela de mi padre tal y como él la dejó, aun que no cazo con ella.

¿Porqué la tienes?

Son dos armas muy parecidas en la forma y la ergonomía, que cubren sobradamente mis exigencias, las armas no me gustan mucho, me gusta lo que hago con ellas

Años en la caza:  Tengo 55 años y desde muy niño, pues tengo vagos recuerdos de siendo muy niño ir con mi padre, en una Moto guzzi hispania 65cc Año 1955 restaurada, al puesto de la perdiz, o hacer esperas a los conejos en el arenero de la aldea donde vivíamos.

¿Cómo te iniciaste en la caza? De morralero con mi padre, las noches de antes de salir a cazar no me podía dormir por el temor de que mi padre se marchara sin mi.

¿Tienes perro de caza?  Lisa, una teckel de pelo duro

¿Puedes contarnos el momento más emocionante que has vivido en la caza? Sin ninguna duda, mi primera perdiz, que mate con una escopeta  de 14mm que teníamos y que sin decirle nada a mi padre cogí  y salí a cazar yo solo.

¿Qué sueño te gustaría cumplir en el mundo de la caza?

Cambiar la imagen que la sociedad Española tiene sobre la caza es lo primero, que la caza se entienda como es, una actividad natural en el hombre, necesaria para el mantenimiento de los hábitat  y ecosistemas, que realizada con responsabilidad, puede y debe ser sostenible, siendo una fuerte de riqueza para las zonas rurales más desfavorecidas, pero  que se está maltratando mucho en España.

¿Qué harías tú para mantener la caza entre la juventud?

Esto para mi es casi el mayor problema que tiene la caza, el relevo generacional., el joven del medio rural lo tiene más fácil pues crece  viendo esa actividad como algo natural, pero el joven urbanita que encima no tiene familiares que la practiquen, sino es ayudándole desde la federación, como hacen otras federaciones para fomentar la práctica de su deporte, con escuelas de caza en la que se transmitan y enseñen la esencia,  los valores y la ética de la caza.

Los ecologistas siempre están cargando contra la práctica de la caza.  Imagínate que tienes a uno delante, ¿qué le dirías para defender la caza?

Abría que puntualizar “Los ecologistas siempre están cargando contra la práctica de la caza”  a esos yo los definiría como ecologetas”, yo estoy participando en muchos seminarios, foros, mesas de trabajo etc., en los que siempre hay asociaciones ecologistas y el entendimiento  y trabajo conjunto entre ellos y nosotros, los cazadores, es la tónica dominante; ahora bien los cazadores tenemos que cambiar muchas cosas.

¿Algo más que nos quieras contar?

Ya que me brindáis la oportunidad me gustaría hablar de la caza que el verdadero cazador lleva en la sangre, donde el lance, su limpieza y su honestidad  es lo que de verdad importa, para lo que remito al  mejor libro escrito sobre caza que  es sin duda: «Veinte años de caza mayor del Conde de Yebes», su lectura engancha, sientes la caza, la sierra y te ayuda a formarte como persona, cazador y tirador. Y como no podría ser de otra forma, todo libro importante, tiene un prólogo de importancia, escrito por José Ortega y Gasett, una persona que no es cazador, pero escribe sobre caza mucho mejor que los que lo somos, y no solamente eso, la entiende, cosa que a la mayoría de los cazadores se nos escapa.

Cazar es un menester duro, que exige mucho del hombre; hay que mantenerse entrenado, arrastrar cansancios extremos, aceptar el peligro. Implica toda una moral y del más egregio gálibo. Porque el cazador que acepta la moral deportiva, cumple sus mandamientos en la mayor soledad, sin otros testigos ni público que los picachos serranos, la nube vaga, la encina ceñuda, la sabina temblorosa y el animal transeunte.
No es esencial a la caza que sea lograda. Al contrario, si el esfuerzo del cazador resultase siempre, indefectiblemente afortunado, no sería esfuerzo de caza, sería otra cosa.

D. José O. y G.

Si los cazadores leyéramos este texto y lo aplicáramos, muchas cosas cambiarían.


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