El I Congreso Ibérico de Caza marcará la «hoja de ruta» del sector

29 mayo, 2016 • Información de interés

La Junta de Extremadura proyecta un Centro de Referencia de Perdiz Roja con capacidad para 512 parejas reproductoras y una inversión de 600.000 euros.

I congreso iberico caza y conservacion

Los expertos señalan los trabajos de mejora del hábitat y el control de enfermedades como las claves para avanzar en la recuperación de la caza menor.

José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza, ha destacado la calidad de los ponentes y los planteamientos que se han puesto sobre la mesa en el I Congreso Ibérico de Caza y Conservación, que se ha celebrado durante dos días en la localidad pacense de Olivenza.

En este sentido, durante la clausura del Congreso ha avanzado que la Federación publicará un documento con las conclusiones del Congreso que será una suerte de ‘hoja de ruta’ para el diseño, con base científica, de numerosos proyectos en los próximos años. Conclusiones en materias como la recuperación de la caza menor, las herramientas que se pueden implementar para luchar contra la tuberculosis y propuestas para la mejora de la gestión cinegética.

Por su parte, Begoña García Bernal, consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta de Extremadura, ha calificado de «necesario» un foro de estas características porque «tenemos muchas cosas que hablar en torno a la caza, la conservación del medio ambiente». Para la consejera, la caza es una actividad más dentro de lo que ha denominado «cultura rural», por lo que ha pedido que en temas que afectan a todos los sectores -como la tuberculosis- se apueste por el diálogo para encontrar soluciones globales a problemas globales.

Pongo en valor esa Cultura compartida en un momento de diferencias en temas como la tuberculosis bovina. «No es un problema exclusivo del ganado ni de la caza, es un problema muy complejo de nuestro campo, y de nada servirán las medidas si no hay conciencia de que es un problema global».

La consejera también ha destacado la importancia económica del sector cinegético, ya que genera cada año más de 300 millones de euros en Extremadura, y ha incidido en la estrecha relación que existe entre la caza y la conservación del medio ambiente.

Colaboración e investigación para recuperar la perdiz roja.

La primera ponencia de la segunda jornada de este I Congreso Ibérico de Caza y de Conservación se ha centrado en el análisis de la realidad que atraviesa la perdiz roja. La ponencia, bajo el nombre “Perdiz roja. Agricultura, investigación y gestión”, ha estado moderada por Jacinto Amaro, presidente de la Federación Portuguesa de Caza. En la misma han intervenido Amalio Toboso Borrella, biólogo de la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura; Jesús Duarte, biólogo de Ofitecma; y Carlos Sánchez García-Abad, doctor en veterinaria y miembro de la fundación Game & Wildlife Conservation Trust.

Amalio Toboso ha presentado el proyecto de la Junta de Extremadura para poner en marcha el Centro de Referencia de la Perdiz Roja de Extremadura, promovido por el Servicio de Recursos Cinegéticos y Piscícolas de la Dirección General de Medio Ambiente. Un centro ya diseñado y que puede ponerse en marcha en breve para abordar los problemas, especialmente genéticos, de esta especie.

Este Centro de Referencia, con una inversión de 600.000 euros, tendrá capacidad para 512 parejas reproductoras, y se prevé conseguir cada año 4.096 ejemplares a través de la cría en ciclo cerrado para obtener perdices puras. Asimismo, ha avanzado que se trabajará para reproducir hasta 8 líneas genéticas comarcales e incluso locales, y se firmarán acuerdos con granjas de perdices para que de forma paulatina sustituyan los planteles actuales.

De cara a la recuperación  de esta especie, Amalio Toboso ha apostado por identificar todas las perdices a soltar para garantizar su trazabilidad, crear una escuela de caza sin muerte de perdiz con reclamo, fomentar todo tipo de concursos y respaldar desde la Administración a los que colaboren con los trabajos de recuperación de la perdiz.

Jesús Duarte ha incidido en el «conflicto de intereses» que hay entre la perdiz y la agricultura. Y es que «casi un 50% del escenario donde vive la perdiz está sometido a manejo agrícola», y cuando ese hábitat se modifica aumentan la mortalidad de la especie. Así, en los últimos 50 años se ha perdido el 70% de la población de perdiz en España, siendo el manejo agrícola y la gestión del suelo la causa principal, por encima de la existencia de depredadores. Duarte ha avanzado que tras comprobar el impacto de diversos manejos en el viñedo, se está elaborando un estudio similar en el olivar, con unas conclusiones similares: existe una relación directa y cuando se implantan prácticas más intensivas se perjudica a la perdiz roja.

Por lo tanto, es imprescindible llegar a acuerdos con los propietarios de los terrenos, para lo que serán necesarios acuerdos económicos y la implantación de una gestión sostenible. «Menos repoblaciones y más acuerdos con los agricultores», ha apostillado, puesto que si el hábitat no es el adecuado las repoblaciones no serán efectivas.

Carlos Sánchez García-Abad ha centrado su intervención en la situación de la perdiz pardilla en Inglaterra, aplicable a la perdiz roja. Y ha querido lanzar un mensaje de optimismo. Según ha explicado, desde los años 60 se ha perdido el 80% de la población de esta especie, pero los estudios demuestran que se puede trabajar con medidas en tres frentes: gestión del hábitat, control selectivo de predadores y comederos para la caza. Tres propuestas, ha dicho, avaladas por las investigaciones desarrolladas en los últimos años por Game & Wildlife Conservation Trust, desde donde desaconsejan la liberación de perdices de granja.

Otra evidencia, ha afirmado, es que los cazadores son los principales interesados en la recuperación de la perdiz y los principales impulsores de la buena gestión de esta especie. De esta forma, está convencido de que si se prohibiese la caza de la perdiz el efecto sería justo el contrario, es decir, el hundimiento definitivo de la especie.

Las enfermedades del conejo de monte

En la segunda y última ponencia de la jornada se ha llevado a cabo el análisis de la situación y medidas de recuperación del conejo de monte en la región, para lo que se ha contado con reconocidos y prestigiosos profesionales en la materia. Así, la mesa ha estado moderada por el profesor Gregorio Rocha Camarero, quien ha estado acompañado por Rafael Villafuerte, investigador científico del CSIC en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Córdoba; Ignacio García Bocanegra, doctor en Veterinaria de la Universidad de Córdoba; Francisco Parra Fernández, catedrático en bioquímica y biología molecular de la Universidad de Oviedo; y Pedro Esteves, miembro del Centro de Investigación de Biodiversidad y Recursos Genéticos de la Universidad de Oporto (Portugal).

Rafael Villafuerte ha explicado que los estudios desarrollados por el CSIC indican que la mejor estrategia de defensa de la población de conejo es mantener altas densidades. Entre las posibles técnicas de gestión para incrementar la abundancia de conejos, las más eficaces son las actuaciones sobre el hábitat. A partir de ahí, ha indicado, habría que crear zonas de alta densidad y favorecer la dispersión alrededor.

Francisco Parra ha detallado los que son las dos principales amenazas sanitarias del conejo: la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica. En esta línea, ha advertido que se trata de problemas comunes a los conejos domésticos y los silvestres, porque lo que considera imprescindible que trabajen unidos la caza y la ganadería. Entre sus recomendaciones, ha destacado la investigación en procedimientos de vacunación oral y el desarrollo de vacunas polivalentes marcadas.

Ignacio García Bocanegra ha relatado los procedimientos de vigilancia epidemiológica que están desarrollando en la Universidad de Córdoba. Según ha dicho, las enfermedades de los conejos son problemas de sanidad animal, pero también de salud pública y problemas ecológicos. A esto se suma la dificultad de trabajar en el control de estas enfermedades en animales silvestres.

En la última intervención, Pedro Esteves ha analizado la situación y la incidencia del virus DHV en el conejo silvestre en Portugal.

«La caza vincula a la sociedad rural con el territorio»

Antes, en la última mesa celebrada en la primera jornada, que abordó la situación de la caza mayor, la moderación corrió a cargo del sociólogo Ramón Soria Breña. Junto a él analizaron la realidad de la caza mayor en Extremadura Jaime Hurtado Ceña, director-gerente de ASICCAZA; Juan Carranza Almansa; director de la Cátedra de Recursos Cinegéticos y Piscícolas de la Universidad de Córdoba; y Rufino Acosta, doctor en Antropología Social y profesor en el Departamento de Antropología Social de la Universidad De Sevilla

Ramón Soria recordó que «todos los restaurantes con estrella Michelín tienen platos de carne de caza», algo, lamentó, que no se traslada posteriormente a los hogares españoles.

Jaime Hurtado destacó que España es el mayor exportador de carne de caza del mundo, ya que ante el escaso consumo interno el 90% de la producción se vende en otros países. Hurtado resaltó que el sector de la carne de caza es un soporte económico imprescindible para explotaciones cinegéticas, es imprescindible para la conservación, del medio y las especies, crea empleo y fija población en zonas rurales, y es «único por su coste ambiental de producción».

Por todo ello, dijo, se trata de un producto «100% natural, ecológico, que respeta el bienestar animal y cuyo aprovechamiento dignifica la caza y al cazador». En este sentido su organización está trabajando intensamente en una campaña de promoción que pretende «crear una cultura de carne de caza, como la que ya hay en países centroeuropeos».

Por su parte, Juan Carranza insistió en que a día de hoy la importancia de la certificación cinegética «es una realidad», lo que puede suponer un problema para la caza mayor ante los problemas de manejo que hay en el sector con una tendencia a la intensificación en determinadas zonas. «La mala gestión provoca problemas sanitarios y problemas genéticos», advirtió, antes de concluir que la certificación Cinegética es una herramienta que «se puede y se debe usar, porque la caza no va a sobrevivir en un plazo medio / largo si no se hacen cosas como esta».

El último en intervenir fue Rufino Acosta, que hizo un repaso de la historia de la caza en Extremadura como hecho antropológico y resaltó que «en la Extremadura rural la caza es un hecho total, defendible y necesario». Y es que, dijo, «es muy importante en la sociedad rural porque cubre necesidades que no se cubren de otra manera», entre otras cosas porque «vincula a la sociedad rural con un territorio del que está siendo despojado y donde la sociedad local de cazadores es una forma de hacerse presente en el territorio y de gestionar ese territorio».

La Federación Extremeña de Caza ha contado con la colaboración en la organización de este evento de la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta de Extremadura, las Diputaciones de Badajoz y Cáceres, la Universidad de Extremadura y la Federación Portuguesa de Caza, así como de multitud de patrocinadores que se han sumado a este importante foro de investigación y debate.


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