Crónica de montería de La Encomienda, por Monteros de Encinasola

20 enero, 2017 • Caza mayor

Perezoso despertaba el día para los cazadores que habían decidido acompañar ese fin de semana a Monteros de Encinasola en su incursión por tierras extremeñas. La noche anterior se extendió la sobremesa en demasía con la celebración de los magníficos resultados obtenidos en «Las Mengachas», pero tocaba el turno del remate del fin de semana cazando en la jornada de domingo la finca de «La Encomienda del Moro».

Una vez más, la nave aserradero situada en el cruce de las Herrerías servía de punto de reunión y allí esperaba ‘el Emigrante’ con unas buenas migas y un café bien, pero bien caliente para los asistentes.

Los cazadores buscaban el amor de la candela mientras se esperaba el momento del sorteo, el cual no tardó en producirse.

Como es habitual, Paco Berjano dio las últimas indicaciones acompañado de Hugo Larrubia y sorteó todas las posturas a sobre puesto, a excepción de algunos puestos de movilidad reducida.

No tardaron en ir saliendo las armadas que con estricto hacer fueron colocadas por los postores en un día que rompió soleado y sin aire, por lo que acompañaba totalmente a permanecer en el campo.

No hubo disparos antes de soltar, lo cual no es raro en esta finca donde el monte es muy espeso y los jabalíes se azoran hasta el momento en que el perro les toca el rabo.

Las rehalas entraron pasadas las doce del medio día en el cazadero, y no fue hasta pasados veinte minutos cuando dieron con el primer encame. Aun así ya se habían producido algunos disparos por la parte de los olivos y del naranjo.

Las traviesas fueron en esta ocasión las que más disfrutaron con la montería, con posturas difíciles donde el jabalí era visto y no visto. Así, hubo monteros con cuatro y cinco lances, acertando tan solo uno.

Elogiar una vez más el duro trabajo de las rehalas, que se emplearon a fondo para hacer romper a esos cochinos que sabían lo que había por fuera, sobre todo en la parte del morrón del cortijo, donde se hicieron fuertes e incluso llegaron a tener varios agarres por el empeño que le ponían los cerdosos a no abandonar la zona.

También destacar el número uno de la traviesa de Paco Berjano, que abatió dos jabalíes y quedó herido otro, que tras finalizar la montería pisteó concienzudamente y sin perro y consiguió cobrarlo dos horas más tarde, resultando ser una cochina. Es ser montero de ley.

Destacaron también el puesto de Miguel Infante, con cinco jabalíes abatidos de seis lances; el puesto de Cipriano Rangel, con dos jabalíes abatidos y cuatro lances; el de José Morales, con tres jabalíes abatidos y cuatro lances, y así un largo etc.

La anécdota de la jornada la puso un perro de Isaac Álvarez, que tras abatir el padre de su dueño una inmensa cochina se acercó a retirarle los canes y un cachorro al verlo quiso saludarlo efusivamente tirándole de los pantalones, haciéndolos un girón y quedándolo, nunca mejor dicho, “con el culo al aire”. Buena hora en la que llevaba una muda de ropa y no pasó de la anécdota.

Finalmente llegaron al plantel un total de 44 jabalíes de los que destacaban 5 bocas, entre ellas los de Juan Antonio Ortuño el de Fernando Menayo o el de la familia Silva.

Cerraba así un fin de semana intensamente cochinero Monteros de Encinasola por tierras extremeñas.

Crónica de Carlos Casilda


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