Con el lobo no hay una solución única porque «hay muchos actores y muchos intereses»

21 abril, 2017 • Noticias de caza

El estado de conservación y las poblaciones de lobo son favorables, pero el problema es que genera conflictos. Este es el punto de partida para analizar la situación de la especie que abordan en el I Congreso Internacional sobre la Gestión y Conservación del lobo en Norteamérica y Europa que se está celebrando en en Centro del Lobo Ibérico en Robledo. El coordinador del Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León, Javier Muñoz Jiménez, ha afirmado que es necesaria la convivencia con el lobo, que los daños del lobo aumentan «exponencialmente» y que la ganadería extensiva es fundamental para mantener los ecosistemas y «evitar la España vacía».

El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Súarez-Quiñones, inauguró ayer el I Congreso Internacional sobre la Gestión y Conservación del lobo en Norteamérica y Europa, que se celebra en Robledo y en el que participan 250 personas de 11 países de los dos continentes, entre ellos el mayor experto mundial L. David Mech, de la Universidad de Minnesota en Estados Unidos. En el este congreso se presentarán 60 comunicaciones y 17 ponentes europeos y americanos. Juan Carlos Suárez-Quiñones, subrayó en su intervención que el Centro del Lobo ha conseguido uno de sus principales objetivos: «la labor de divulgación concienciando a la ciudadanía sobre el valor de esta especie para la biodiversidad de España y de Europa». Calificó al lobo como una especie «mítica y paradigmática» pero también recordó que «si el hombre abandona los montes se abandona la biodiversidad». Las soluciones «a la gestión y manejo del lobo tiene que hacerse desde la técnica, desde la ciencia y el conocimiento» de ahí que con este congreso «se busque confrontar opiniones» y «que desde Castilla y León podamos aprender».

El alcalde de Puebla de Sanabria, José Fernández Blanco, subrayó que con el Centro del Lobo se ha conseguido los objetivos de «la comunicación científica», convertirlo en una iniciativa «educativa y de dinamización socioeconómica de la comarca» y, en definitiva, ser un proyecto «al que agarrarse para sobrevivir». En cuanto al «conflicto sin resolver» apuntó que «a lo mejor no hay que empeñarse en resolver los conflictos del lobo y el hombre que han generado cultura, riqueza, literatura». La clave de estos congresos de calado internacional «es profundizar en todo lo relacionado con el lobo». Fernández defendió el medio rural europeo, y en particular esta zona «que necesita de estos proyectos para sobrevivir». Abogó «por asegurar los servicios en los pueblos y que eso sea capaz, con este tipo de inversiones, de crear riqueza». El alcalde cuestionó que «convertir la sierra de la Culebra en un santuario, puede convertirla en un cementerio».

El Rector de la Universidad de León, Juan Francisco García Marín, reconoció el trabajo de los ponentes en la sesión inaugural, y resaltó la multilateralidad de convivencia, conflicto y ciencia.

El coordinador de Servicios de la Dirección General de Medio Natural y supervisor del plan de Gestión del lobo, Javier Muñoz Jiménez, resaltó «la combinación entre la ciencia y el análisis del conflicto» en la ponencia de apertura del congreso. La minimización del conflicto pasa «por la concertación» y que la especie en Castilla y León «no tenga dos estatus jurídicos distintos cuando es la continuación de la misma población en expansión». La especie, según Muñoz «no tiene problema de conservación. Es necesaria la coexistencia con el lobo. El problema no es conservación sino el conflicto que a su vez se convierte en un problema para la conservación». El coordinador de servicios reconoció que «los daños del lobo aumentan exponencialmente y la ganadería extensiva, a su vez, se ve condicionada por el lobo». Para el experto «la ganadería extensiva es fundamental para mantener el ecosistema evitar la España vacía».

Para la Agencia Europea de Medioambiente, el estado de conservación de esta especie es favorable. Su problema es que genera conflictos y afecta a intereses sensibles, posiciones que generan «demasiada» pasión. Dentro de esas posiciones «para unos es simbólico, para otros un hándicap para ganarse la vida, y para otros es una posibilidad de desarrollo económico. Para los gestores es un dolor de cabeza».

Muñoz trazó la evolución histórica que se resume «en un conflicto entre dos predadores que compiten por territorio y presas». El lobo ha sufrido «como mucho, una extinción local y temporal, que cambia a mediados del siglo XIX, al borde de la extinción, por el uso de armas de fuego y veneno. A mediados del siglo XX prácticamente había desaparecido de Europa, y solo se mantuvo en contados reductos insulares, y acantonado en el noroeste de la península Ibérica y pequeños reductos en las sierras de Andalucía y Extremadura.

Cambios en el trabajo

Destacó la figura de Félix Rodríguez de la Fuente y su presencia televisiva que cambió la percepción del lobo en la sociedad española, «pasó de alimaña a especie cinegética». Ser cinegético «no significa no estar protegido, hay un estatuto de protección que limita cupos». En los 70 llegó a su mínimo histórico, pero desde entonces, el lobo ha ido mejorando su situación. En 2006 recoloniza Meseta Norte, Asturias, Cantabria , País Vasco, La Rioja.

La despoblación rural obliga, paralelamente, a cambios en la ganadería extensiva por ganaderías intensivas por la propia demanda de mercados. Cambios también en las condiciones de trabajo de los ganaderos «el pastor estaba 365 días al año, 12 o 24 horas. En el momento actual un trabajador no tiene más de 40 horas, tiene vacaciones y libra fines de semana. Si eres ganadero no tiene este derecho. La ganadería no puede ser como antaño». En la sociedad se contraponen en estos momentos la corriente tradicionalista y las corrientes proteccionistas y, más extremas, animalistas. Dos posturas cada vez más divergentes, un principio de las posibles soluciones «es más aproximación». Reconoció que no hay una solución única, ni completa «hay muchos actores y muchos intereses». Además de aumentar a 179 manadas el censo en Castilla y león entre 2012 y 2013, los daños también ha aumentado exponencialmente, especialmente en estos tres últimos años.

En Castilla y León se establecen dos zonas diferenciadas, al norte es cinegética con un aprovechamiento ordenad, y al sur del Duero protegida. En esta última se registran el 15% de las manadas que provocan el 75% de los daños porque es un territorio recolonizado.

El coordinador definió el Plan como un conjunto de soluciones parciales para mantener la población del lobo en un estado de conservación favorable, compatibilizado con ganadería tradicional y fomentando la especie como un factor desarrollo rural. El turismo es incipiente y novedoso pero presenta problemas como el crecer de manera desordenada que ya está provocando conflictos con ciertas actividades tradicionales. Un conflicto también entre empresas serias y no serias porque no está regulado en España e invitó a los expertos internacionales a hacer sus propuestas.

Informa Araceli Saavedra para laopiniondezamora.es


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