Científicos avisan de la urgencia de controlar ungulados silvestres en un parque nacional

14 enero, 2019 • Noticias de caza

El control de las poblaciones de cabra montés, jabalí y ciervo es necesario en el Parque Nacional de Sierra Nevada para evitar el colapso de los ecosistemas y la propagación de enfermedades.

Las poblaciones de ungulados en los espacios naturales de la provincia de Granada han superado ya los límites de la sostenibilidad. La presencia de cabras montesas en zonas de cultivo, áreas urbanizadas e incluso en los márgenes de carreteras y autovías ha hecho saltar las alarmas. Especialistas en el seguimiento de especies como cabras montesas, jabalíes y ciervos alertaban hace ya unos meses de los problemas que generaban para la estabilidad de ecosistemas y sobre todo en territorios frágiles como el Parque Nacional de Sierra Nevada. Expertos de España y Portugal, reunidos en Capileira el pasado mes de septiembre ponían sobre la mesa la necesidad de tomar medidas urgentes, no solo para evitar el colapso de espacios protegidos, sino también para preservar la salud de esas poblaciones, propensas a ser afectadas por plagas como la sarna.

Con el inicio del año, la Junta de Andalucía ha respondido a la alerta de científicos y técnicos y anuncia la puesta en marcha de un ‘Proyecto para la Gestión de Ungulados Silvestres presentes en el Parque Nacional de Sierra Nevada’, a aplicar sobre las poblaciones de Capra pyrenaica hispanica (cabra montés), Sus scrofa (jabalí) y Cervus elaphus (ciervo), una especie casi inexistente hace unos años en la provincia de Granada y en particular en el Parque Nacional pero que ha crecido en presencia de forma considerable. Según los datos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, «esta iniciativa servirá para diseñar el futuro plan de gestión de estos mamíferos e impedir el asentamiento de especies invasoras en este espacio protegido y en otros de similares características. Este documento se elaborará partiendo de la experiencia acumulada tras la aplicación de los planes de gestión específicos de cabra montés y jabalí y sentará las bases para el del ciervo».

Los técnicos del Espacio Natural de Sierra Nevada (que engloba los dos parques, el natural y el nacional) afirman que «estas especies generan habitualmente problemas de gestión derivados de su abundancia o de la presencia de agentes patógenos. Es por ello, que para una gestión eficaz de las mismas, sobre todo para las asentadas en lugares singulares como los parques nacionales donde está prohibida la actividad cinegética, es necesario establecer métodos de manejo diferentes a los empleados en otras zonas donde sí está permitida la caza. No en vano, el aumento del área de distribución de las poblaciones de estos mamíferos produce un aumento de la presión herbívora que impide la regeneración de la vegetación, incrementando el riesgo de herbivoría sobre especies vegetales vulnerable o en peligro, de las que hay una nutrida representación en Sierra Nevada».

La Junta de Andalucía destina alrededor de 700.000 euros para actuaciones previstas en este proyecto, entre las que destacan las relacionadas con el seguimiento, manejo y captura de ejemplares, la toma de muestras para el análisis del estado sanitario de los mismos, la actualización territorial de los núcleos de población, además de tareas de mejora de hábitat mediante rozas selectivas, siembras de pastizales, limpieza, mantenimiento de puntos de agua y colocación, reposición y reparación de cerramientos cinegéticos.

Aunque la Junta de Andalucía no expresa de forma directa la posibilidad de que se desarrollen programas de control de poblaciones mediante caza selectiva de determinado número de ejemplares, este tipo de control forma parte de las medidas propuestas por los especialistas en ungulados y se encuentran en las conclusiones del IX Encuentro de Ungulados Silvestres de la Península Ibérica (RUSI)

En cuanto a la forma en la que la masiva presencia de cabras afecta a la biodiversidad, científicos encargados de seguimientos y control de la vegetación endémica de Sierra Nevada han constatado una drástica reducción de poblaciones de especies de flora exclusiva del Parque Nacional y considerada en peligro de extinción debido a la mayor actividad trófica de las cabras montesas, que se comen los brotes de estas plantas y reducen de forma drástica las posibilidades de supervivencia de estas especies.

Desde el punto de vista sanitario, los especialistas afirman que no es posible erradicar la sarna sacóptica en las poblaciones de cabra montés en libertad, por lo que aseguran que «hay que convivir con la enfermedad y las medidas de gestión deben de ir dirigidas a disminuir su impacto y gravedad». Advierten de la posibilidad de transmisión epidemiológica y el pase de unas a otras poblaciones que residen en espacios naturales diferenciados.

El plan de la Junta pretende, inicialmente, realizar seguimientos y controles para obtener el conocimiento necesario para acometer medidas que incidan directamente en las poblaciones y reduzcan su impacto en el medio.

Informan José Enrique Gómez y Merche S. Calle para ideal.es


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