Balas

Acorde al diseño y al material utilizado en la fabricación de las balas, así será como éstas cedan su energía, en momento y forma. Atendiendo a esto, las balas utilizadas para la caza tendrán la siguiente clasificación:

Balas de expansión controlada. La estructura de este tipo de bala permite que inicialmente esta se expanda de forma moderada, pudiendo continuar una vez vaya penetrando hasta llegar a duplicar el diámetro inicial de la misma, pero sin perder prácticamente nada de masa. Este tipo de balas también es conocido como balas semiexpansivas o de expansión retardada. Existen tres gamas diferentes según dureza, siendo estas, dura, media y blanda, y según cómo y en qué momento se produce la deformación. El precio de este tipo de balas está por encima de otras como pueden ser las expansivas.

Balas expansivas. Cuando estas balas impactan contra el primer obstáculo que se cruza en su camino, se expanden, llegando a fragmentarse, como si se tratara de una explosión. Su nivel de penetración es muy corto ya que ceden toda su energía de manera muy rápida. Este tipo de bala no se recomienda para cazar animales de robusta osamenta o de piel dura, ya que lo único que se consigue es hacer una herida externa considerable sin llegar a abatir al animal, con lo que le causa la muerte horas después o incluso días, con lo que el sufrimiento para este es mayor. Por este motivo, este tipo de bala es ideal para animales de piel blanda, en los que el efecto es mucho mayor debido a la onda inicial de choque.

Balas no expansivas. Este tipo de bala no llega a deformarse, con lo que los cambios de estructura que sufre en su trayectoria por medio del animal son mínimos. El diseño de estas balas ha sido elaborado para traspasar cualquier tipo de estructura animal. Este tipo de balas pueden ser macizas, lo que se conoce como balas sólidas; o también pueden ser blindadas, en las que existe un núcleo de plomo con una envoltura de metal de un determinado grosor. Sin llegar a expandirse, esta bala es capaz de generar una onda de choque más que suficiente para abatir a un animal.