Así se comportan seis balas distintas al impactar en un blanco tras atravesar una espesa maleza

23 mayo, 2022 • Noticias de caza

El experto en armas y municiones Michel Coya prueba seis proyectiles de distinto peso y velocidad para ver su respuesta ante la maleza

Redacción | En muchas situaciones de caza nos hemos encontrado con tiros enmontados o con arbustos entre la pieza y nosotros. Cuando un proyectil metálico sale del arma, antes de impactar sobre el blanco puede encontrar objetos en su recorrido que alteren su trayectoria y la desvíen. Además, cualquier interferencia en la trayectoria del proyectil puede afectar a su efectividad en el momento del impacto. Pero, ¿realmente sabemos cómo y cuánto se desvían las balas disparando entre maleza? Uno del los últimos vídeos que ha difundido el experto en armas y municiones Michel Coya aclara este asunto.

Coya explica que durante monterías o batidas es común encontrarse en un puesto rodeado por vegetación arbustiva que se interpondrá, en parte, entre nuestra arma y la pieza en el momento del disparo. Afirma que los proyectiles de mayor diámetro y peso que tengan una velocidad moderada serán, a priori, los que menos afectados se vean por el roce de una hoja o rama, pero se hace una pregunta: «¿Cuánto hay de realidad en esta verdad?».

El experto en armas y municiones quiere comprobar cómo afecta la vegetación ligera a los distintos proyectiles empleados para cazar. Para ello ha escogido una zarza como elemento de interferencia entre el arma y el blanco o diana y una gama de proyectiles que va desde los pequeños y ligeros con alta velocidad a los más pesados con velocidades más moderadas. En concreto, ha hecho la prueba con los siguientes calibres de cartuchería metálica y semimetálica:

  • .17 HMR, con punta de plástico
  • .22-250 Remington, con punta de plástico
  • 7mm-08 Remington, con punta Core-Lokt
  • .300 Weatherby Magnum, con punta Core-Lokt
  • 9,3×62, con punta H-Mantel
  • Brenneke de 39 gramos

Coya ha querido someter a cargas ligeras y veloces, así como a otras más pesadas y pausadas en vuelo, al roce de la zarzamora para ver cómo afecta en sus trayectorias e impactos. Para realizar los disparos, ha situado una diana detrás de una gran zarza en el campo sobre la que ha disparado a pulso con los distintos calibres elegidos.

Calibre .17 HMR

La bala del .17 HMR empleada tenía un proyectil de 17 grains que volaba a 777 m/s. Al ser un proyectil muy veloz y ligero, tras impactar con una rama de la zarza se fragmentó y en la diana se podían ver dos impactos principales más otros residuales de restos de plomo y cobre «a modo de lluvia», dice Coya.

Calibre .22-250 Remington

La bala de este calibre estaba cargado con un proyectil de 50 grains que desarrolla una velocidad de 1.150 m/s. Tras el disparo, el proyectil se parte «totalmente en múltiples fragmentos».

Calibre 7mm-08 Remington

El proyectil de la bala del 7mm-08 Remington es de 140 grains, con una velocidad de 871 m/s. Tras el disparo y comprobar la diana, el experto en armas y municiones afirma que el proyectil impacta «tumbado» en el blanco, lo que se conoce como «hacer un barco».

Calibre .300 Weatherby Magnum

El .300 WM o 7,62 lleva un proyectil de 180 grains que desarrolla 951 m/s. La punta, similar a la del anterior calibre, entra «tumbada» en la diana.

Calibre 9,3×62

Subiendo de calibre y peso del proyectil, el 9,3×62 tiene 258 grains, experimentando una velocidad de 780 m/s. Coya sostiene que se trata de «un calibre perfecto» para monterías y batidas con tiraderos cortos y de media distancia, y que resulta «a priori perfectos» para este tipo de disparos entre maleza o follaje.

Cartucho Brenneke

Llega el turno del disparo con escopeta con la bala Brenneke de 39 gramos, 602 grains, que baja su velocidad a 410 m/s debido al peso y forma del proyectil. El impacto está «ligeramente tumbado», y Coya afirma tras los seis disparos que hay «resultados concluyentes».

Resultados tras las pruebas de tiro

Los pequeños proyectiles que desarrollan altas velocidades se han partido en muchos trozos, mientras que los de mayor diámetro han entrado «semitumbados, haciendo barco sobre el cartón» y perdiendo su capacidad de expansión correcta.

Los calibres apropiados para caza mayor, 7mm-08 Remington, .300 Weatherby Magnum y 9,3×62, este último «ha resultado ser el más crítico» debido a que su proyectil se ha partido en tres fragmentos grandes que han entrado erráticos. Coya afirma que su fama para tiros enmontados, con un comportamiento poco sensible, «queda tocada» tras la prueba.

La bala de escopeta es la que menos ha sufrido, al contrario que el resto de proyectiles de munición metálica que han visto afectadas su precisión y adecuada expansión. «La mejor opción, sin duda, la escopeta», concluye Coya.

Un cartucho, una pieza

Michel Coya es un conocido experto en armas y cartuchería metálica que ha presentado recientemente su libro «Un cartucho, una pieza», un compendio minucioso sobre 35 calibres distintos, siendo algunos los más empleados por los cazadores.

El autor repasa cada uno de los calibres partiendo de su historia y características para terminar con una prueba real de caza con cada uno de ellos. Dividida en 37 capítulos a lo largo de 470 páginas, con más de 250 fotografías, esta obra puede adquirirse por 55 euros más IVA.


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