Algunos errores no éticos de la caza de perdiz con reclamo del siglo XXI
Soy un loco de la caza de perdiz con reclamo y, en esta modalidad, lo más importante son nuestros pájaros. Para mí no tienen cabida dentro de este arte los que anteponen la cantidad a la calidad, lo fácil al verdadero arte de la caza.
Llega el verano y con él empieza una nueva temporada de caza en España. Empezamos con el descaste del conejo, la media veda y la veda completa de muchas especies cinegéticas.
En tanto en cuanto esto ocurre es el momento de plantearnos la situación que está viviendo el mundo de la caza en general y, en particular, la forma de actuar de algunos cazadores que, más que cazadores, considero que son «aficionados» a la caza.
Creo que ha llegado el momento en el que los propios cazadores levantemos la voz para identificar determinadas prácticas puntuales como comportamientos que pueden ser legales pero que a mi parecer no son éticos. Los cambios que se están produciendo en la caza, las nuevas tecnologías, traen avances positivos, pero a su vez, cuando no transciende lo tradicional, pueden aparecer comportamientos propios de un equívoco concepto de caza.
Amante de la caza de perdiz con reclamo
Existen muchas modalidades de caza. Todas son apasionantes, respetables y se practican sus distintas versiones en cada comunidad autónoma y, por ello, enriquecedoras.
Yo, en mi caso, soy un loco de la caza de perdiz con reclamo, un amante de este bonito arte y un defensor del mismo. Como defensor aférrimo de esta modalidad, me gustaría dar mi opinión sobre algunas prácticas que he podido identificar últimamente, que para mí no tienen cabida dentro de este arte y que anteponen la cantidad a la calidad, lo fácil al verdadero arte de la caza.
Dentro de esta increíble modalidad como es la caza de perdiz con reclamo, lo más importante son nuestros pájaros. Los cuidamos con un mantenimiento especial durante todo el año. Son la base de nuestra caza, la esencia de la misma.
Por ello, no entiendo a aquellos «cazadores» que compran perdices nuevas para cazar cada año, sin dedicarse a preparar sus propias perdices con el paso de los años.
Para mí no tienen cabida en esta modalidad aquellas personas para las que es más importante el numero de piezas abatidas que el arte y la dificultad de los verdaderos lances. No es de cazadores llevar a cabo acciones como la de ir con un coche dando vueltas por un coto buscando un par de perdices para poder poner cerca el reclamo. La caza es incertidumbre y el secreto debe estar en la preparación de nuestros pájaros junto con nuestra intuición y experiencia.
No creo que tenga cabida en nuestro arte aquellos que utilizan nuevas tecnologías como drones para tener identificadas las zonas habituales donde se mueven las parejas de su coto y poder ir directamente a ellas facilitando el lance. Puede ser lícito pero no lo considero moral en esta modalidad de caballeros. La caza también es incertidumbre.
No tiene cabida aquellos que utilizan el audio de un vídeo de WhatsApp para que su pájaro arranque a cantar en el puesto cuando este no lo hace de forma natural. Que un pájaro cante o no cante depende de muchos factores, algunos de ellos directamente relacionados con el cazador. Intentemos formarnos como reclamistas y no usar «trucos». Estas artimañas transforman la belleza de la dificultad en la simpleza de lo fácil.
Los que utilizan estas prácticas no son cazadores
Estoy seguro de que esta forma de actuar no ética se podría llegar a producir en otras modalidades, ya que a veces una mala educación cinegética puede hacernos no ser respetuosos con los principios de la caza, lo cual no hace ningún bien a la misma.
Nosotros, los propios cazadores, debemos dar la voz de alarma para que esto no se produzca ya que somos nosotros los que más respetamos la naturaleza.
Por ello, la ética del cazador va por encima de cualquier cosa. Los cazadores debemos estar un escalón por encima y para mí, al menos, quien actúa de esta manera no es cazador, es «otra cosa».
Juan Pedro Sánchez-Mayoral Díaz
Hay sólo 1 comentario. Yo sé que quieres decir algo:
Amigo mío cuando hago una mirada al pasado sólo siento añoranza de aquella forma de entender esta pasión que es el Perdigón, del respeto que se le tenia al pájaro, del cuidado con el que se trataba a los pájaros, de los maestros verdaderos salvaguardas de este arte, de aquella manera de cazar el reclamo. Como añoro esos tiempos cuando empecé a colgarme la jaula. Un abrazo Juan Pedro.