Alegato

"Mi bisabuelo fue cazador, mi abuelo y mi padre son cazadores y yo seré cazador"

El presidente de la Federación Extremeña de Caza, frente a radicalización de una tendencia animalista, hace una defensa abierta de la caza como actividad «imprescindible para el desarrollo rural, la conservación de los espacios naturales, la biodiversidad, y la conservación animal y humana».

Carlos J. García, psicólogo y escritor, escribía en su blog ‘Algo para pensar, ideas que no suelen llevar a ninguna parte’, una interesante reflexión sobre la época en que vivimos. A pesar del esfuerzo por definir el periodo en el que nos encontramos como contemporáneo, afirma que no está tan claro que ya no vivamos en la Edad Moderna. «Ésta puede parecer equivalente a la etapa final de la civilización máxima de una cultura y corresponde con el inicio de su defunción».

Es precisamente esta situación cultural, del propio final de la Edad Moderna, la que me lleva a escribir este alegato a favor de este suplemento —Caza Federada— en el diario HOY. Y fue este compromiso con la caza, y la necesidad del sector de protegerse y defenderse de los golpes de sus adversarios, lo que nos llevó a emprender la publicación de este extraordinario documento mensual que pone de relieve la importancia y la trascendencia de la venatoria. Existe hoy un amplio estrato social de personas que percibimos el fin de una época, la decadencia y desarraigo cultural, la autodestrucción estructural de la sociedad y del estado del bienestar. Y no parece que sea una situación coyuntural, sino que se trata de algo que viene propiciado por una nueva «cultura» basada en la mentira (otros hablan de «posverdad») y la manipulación informativa, la hipocresía, el «buenismo», el «postureo» político, la falta de honestidad moral. Conductas arropadas por ideologías y lobbies extremistas, que basan su forma de supervivencia y crecimiento en su radicalización.

Como consecuencia de ello, ya nada se respeta. Si algo no me gusta, lo prohíbo. Si no estoy de acuerdo con tu forma de vida, la juzgo y condeno. La educación se ha perdido, nos hemos olvidado de respetar al prójimo; y de ayudarlo, ni te cuento. La «clase», la palabra, la lealtad, la humildad y la honradez, no forman parte de este nuevo circo en el que nos vemos metidos a la fuerza. Y en medio de toda esta ceremonia de la confusión, la gente normal y corriente. A un lado, la España vacía, que perfectamente definió Sergio del Molino. Y a otro lado, la heterofobia, el miedo a lo distinto a uno mismo, el gregarismo de identificarse con los modos y las modas de lo políticamente correcto, la falta de personalidad y necesidad de seguir la corriente dominante. Y con ella, el veganismo y el animalismo más feroz, el ecologismo radical, la lucha contra el especismo.

En definitiva, la imposición de una nueva forma de pensamiento único, el eco-fascismo, con su ortodoxia y su inquisición, que no respeta a nada ni nadie que no claudique ante sus ideales, con su temple totalitario y sectariamente corporativista, excluyente, que ataca y degrada al diferente.

Somos millones de diferentes, generamos millones de diferencias, contribuimos al medio ambiente con millones de acciones, vivimos en el campo, del campo y para el campo. Y por ser tan diferentes, pero tan normales, desde Fedexcaza somos leales a nuestra gente, somos honestos con nuestra tierra, y como «gudaris» lucharemos hasta el fin de nuestros días. Solamente para que se nos respete. Mediante proyectos como este pretendemos poner de relieve, nuevamente, que la caza es y debe seguir siendo una actividad imprescindible para el desarrollo rural, la conservación de los espacios naturales, la biodiversidad, y la conservación animal y humana. Conservación del humano que se antoja especialmente difícil en 14 provincias españolas, donde más del 80% de sus municipios está en riesgo de desaparecer, y con ello llegará el abandono, el frío, la oscuridad, la nada.

Y en lugar de preocuparnos por evitar un invierno infinito, las propuestas de algunos lobbies y grupos políticos se centran en prohibir, alejar y excluir a las personas de lo que más quieren, de su cultura antropológicamente opuesta al pensamiento excluyente de nuestros «ilustrados» ecologistas y animalistas. Nosotros no lo vamos a consentir.

José María Gallardo (Presidente de Fedexcaza)

Publicado en hoy.es