Agentes rurales decomisan 86 trofeos de caza de origen desconocido

 

Entre los 86 trofeos se han decomisado cabezas de corzo y gamuza, colmillos de jabalí, taxidermias realizadas de pecho de gamo, muflón, ciervo, cabra hispánica y arruí. 

Los agentes rurales ponen especial hincapié en las anotaciones del libro de registro de la taxidermia, dónde se deben registrar de dónde provienen todas y cada una de las piezas.

Los agentes rurales han decomisado 86 trofeos de caza mayor en un taller de taxidermia de Porqueres (Pla de l’Estany) porque no se sabe de dónde provienen. Ninguno de los animales que se habían disecado estaba anotado en el libro de registro, un requisito obligatorio para saber su procedencia. De este taller, los rurales se han llevado 30 colmillos de jabalí, 32 cabezas de corzo, seis de gamuza, 11 de muflón, tres de gamo, uno de ciervo, dos de cabras hispánicas y uno de arruí (un animal parecido a la cabra).

La inspección en el taller de taxidermia se enmarca dentro de las actuaciones periódicas que realizan los rurales. “En las comarcas gerundenses hay pocos establecimientos que se dediquen a esta actividad, estaríamos hablando de cuatro o cinco; pero con el crecimiento que ha experimentado la caza mayor, sí que son talleres de cierta envergadura”, concreta Ignasi de Dalmases, el jefe de los agentes rurales en Girona.

Sin un registro adecuado

Durante la inspección, uno de los puntos en los que los rurales ponen el foco son las anotaciones del libro de registro. Aquí se tiene que registrar de dónde provienen todas y cada una de las piezas que se llevan a disecar. Entre otras, de qué especie se trata y el lugar en el que se ha cazado.

“Además, en el caso de aquellos animales que se hayan capturado en una reserva, también hay que constatarlo en un registro”, indica el jefe de los rurales en Girona. “Se trata de una anilla o un precinto, con un número que da la Generalidad, que indica que aquella captura se ha llevado a cabo de forma legal y autorizada”, añade Ignasi de Dalmases.

En el taller de Porqueres, sin embargo, los agentes rurales vieron que había numerosos trofeos de caza mayor que no constaban en ningún lugar. En concreto, hasta 86 entre los colmillos de jabalí y las cabezas de varios animales.

Expediente al propietario

“Como estas partes de animales no estaban debidamente reseñadas, y por lo tanto no podíamos descubrir su procedencia de forma clara, hemos procedido a decomisarlas”, explica el jefe de los rurales. De momento, las piezas las tiene el cuerpo en depósito, a la espera de que los servicios jurídicos del Departamento de Agricultura abran expediente al taller de taxidermia y lo requieran para que aporte la documentación pertinente. Si no lo hace, se lo podría multar.

Para empezar, Ignasi de Dalmases explica que no creen que los animales se hayan cazado de forma ilegal. Más bien, lo atribuyen a un caso de desidia. “De momento, la sensación que hay es que se ha actuado de una forma que no corresponde”, explica el jefe de los rurales en Girona. De todas formas, sin embargo, el cuerpo sí que investigará si alguno de los animales se ha capturado de forma ilícita. “De hecho, por eso se hacen estas inspecciones”, concluye de Dalmases.

Informa: lavanguardia.com