Agentes extremeños del Medio Natural informan a la Junta de su «indefensión manifiesta»

El asesinato en Cataluña de dos agentes rurales ha provocado que varios trabajadores extremeños del Medio Natural envíen a la Junta de Extremadura y a la Fiscalía un oficio para que quede constancia de que la administración conoce los riesgos que asumen. Uno de ellos afirma en este sentido que van «a pecho descubierto ante gente armada». Señalan en el texto una situación de «indefensión manifiesta» en el ejercicio de su labor diaria, afrontando situaciones que podrían tener consecuencias fatales, indica el autor de la noticia, que dramatiza a su vez la introducción de la misma.

Estar en mitad del campo, haciendo un censo de aves o vigilando una obra forestal, y escuchar un disparo. Y al rato, otro. Afinar el oído para averiguar de dónde vienen los tiros, moverse con discreción y al final, verse ante un par de hombres armados y sin una herramienta de defensa equiparable a la que poder recurrir siquiera de forma intimidatoria. Es una situación cotidiana para un agente del Medio Natural, un colectivo integrado por unas trescientas personas en la comunidad autónoma y que hace unas semanas vivió con más inquietud que ningún otro la muerte de dos agentes rurales durante una montería en Lérida, a manos de un cazador al que acababan de requerir su licencia de armas.

Los agentes extremeños señalan que los catalanes van en tríos, con chalecos antibalas y armados.

«Vamos a pecho descubierto ante gente armada», resume un agente del Medio Natural extremeño, anónimo aquí por motivos de seguridad. «No llevamos arma —amplía—, y es raro el compañero con cierta experiencia que no ha tenido que ir a juicio por altercados con gente a la que requieres porque está cometiendo alguna ilegalidad y reacciona de forma airada, insultándote o incluso intentando agredirte».

Él mismo recuerda que tienen la consideración de agentes de la autoridad. De hecho, esas cuatro palabras clave aparecen en mayúsculas y negrita en la sección que la web de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura dedica a este colectivo. Entre otros cometidos, «tienen atribuida como función básica la custodia y policía de los recursos naturales», recuerda la propia administración regional en esa web.

Sin embargo, ese carácter legalmente reconocido de agentes de la autoridad y policía judicial genérica no lleva aparejado el uso de arma. «Es una herramienta fundamentalmente disuasoria», resume este agente del Medio Natural extremeño, que explica que hay al menos una veintena de compañeros que tras el episodio fatal de Cataluña han decidido dar un paso al frente. Lo que han hecho ha sido registrar ante la Junta de Extremadura un oficio en el que dejan constancia de los riesgos que asumen a diario y que la administración conoce y mantiene desde tiempo atrás. De esta forma, están más protegidos legalmente en el caso de que sufran alguna agresión. «Podrían pedírsele responsabilidades penales a la administración si nos pasa algo que podría haberse evitado si la administración pone los medios que llevamos años demandando», apunta el agente.

«Servicios conflictivos»

Ese texto que ya tienen en la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio también está sobre la mesa de Agustín Manzano, fiscal de Medio Ambiente y Urbanismo de Badajoz. En el documento se especifica que «tras lo ocurrido en Cataluña», y dado el modo de organización del trabajo y los medios disponibles para el ejercicio de la profesión, «no se pueden seguir acometiendo ciertos servicios que a priori se entienden como conflictivos o peligrosos».

La causa es «la indefensión manifiesta» en la que se encuentran estos trabajadores, que en el ejercicio de su labor rutinaria afrontan situaciones que podrían tener consecuencias fatales no solo para ellos, sino para sus familias.

Esta es la explicación que aparece en esos oficios, en los que también se detallan algunas de las carencias que denuncia el colectivo. Entre ellas, la ausencia de rotativos (luces giratorias) en los vehículos oficiales, que permitirían identificarles como agentes de la autoridad, como ocurre en otras regiones españolas. Es una medida que llevan años reclamando, lo mismo que la homogeneidad en el uniforme, una condición que entienden básica tratándose de agentes de la autoridad. «Cualquier compañero puede tener en su armario hasta siete uniformes diferentes, porque a lo largo de los años han ido cambiando», explica el agente del Medio Natural. Esto tiene como consecuencia que haya ciudadanos que no les reconocen a primera vista como lo que son, algo que no ha ocurrido nunca con los colectivos dedicados a la protección ciudadana. «Hay mucha gente –constata– que al vernos piensa que somos trabajadores de la Junta vestidos de verde, no policías, que es la función que ejercemos en la práctica».

Caza, furtivos, incendios…

Entre los servicios particularmente conflictivos, el agente cita los controles cinegéticos en las monterías, la persecución de furtivos o la investigación para intentar dar con quienes prenden fuego al monte, conductas en las que pueden estar en juego penas de cárcel.

Además de la falta de medios que les permitan afrontar situaciones cotidianas en condiciones de seguridad, el colectivo asegura que hay problemas organizativos. «No es en absoluto extraño que hagamos patrullas en solitario, porque falta personal, las vacantes no se cubren», explica el agente, que refiere el caso catalán para ilustrar la diferencia en la forma de tratar al cuerpo de agentes del Medio Natural. Allí, tras el suceso de Lérida, se han empezado a realizar patrullas en tríos, con los tres agentes vistiendo chalecos antibalas y uno de ellos con una carabina en las manos lista para ser usada.

«Que pudiéramos usar un arma corta (una pistola) es competencia del Ministerio de Interior, pero que pudiéramos llevar una carabina es algo que podría autorizar y facilitar la Junta de Extremadura», comenta el agente. Esta cuestión también aparece en algunos de los oficios remitidos a la administración autonómica, en los que igualmente se deja claro que a la Junta le consta la falta de medios que afrontan los agentes.

Este diario preguntó a la Junta si tiene intención de atender peticiones de los agentes como la de dejar de hacer patrullas en solitario, incorporar los rotativos a los vehículos o autorizarles a portar carabina. La respuesta fue que «actualmente, se están analizando».

Informa Antonio J. Armero para hoy.es