Vive la caza del gran jabalí rumano con este vídeo
Vídeo de caza de la aventura buscando grandes jabalíes en Rumanía de Michel Coya que nuestro compañero Daniel Puerta inmortalizó a primeros de diciembre
Daniel Puerta Serrano | ¡Estamos en tierra de osos, el país con más osos de Europa!, le decía a Michel Coya antes de aterrizar. Íbamos a vivir una experiencia de caza única, en medio de auténtica naturaleza y rodeados de personas inolvidables, de la mano de Hunting B&B, una joven empresa local. Al final del viaje, días más tarde, volvíamos con la certeza de la dura situación que viven los rumanos ante la abundancia de plantígrados y la prohibición de su caza. Docenas de heridos y hasta varios muertos es el trágico saldo que se repite año tras año. Volábamos hasta la tierra de Vlad ‘El Empalador’ y la legendaria Transilvania; hasta el país que atraviesan Los Cárpatos, un gran sistema montañoso en forma de arco con más de 1.500 kilómetros de longitud. Llegábamos hasta Rumanía, territorio de los inmensos jabalíes… ¡territorio de caza!
Rumanía ofrece al cazador el aliciente de terrenos y piezas salvajes. Este país del sureste europeo es el destino de muchos cazadores que buscan los grandes jabalíes, de un tamaño mucho mayor al ibérico, los abundantes corzos, las becadas o los numerosos patos. La oferta cinegética es amplia y variada.
Batidas y jabalíes en Rumanía
El viaje que hacíamos prometía emociones de antemano: repetidos lances a jabalíes, la incertidumbre de toparse con los osos, paisajes novedosos, una buena gastronomía y un ambiente acogedor a pesar del frío.
La caza estrella del jabalí en Rumanía es la batida. Allí se elige un terreno amplio para dar varias batidas a lo largo de la jornada. Ser colocan los puestos al tiempo que un grupo numeroso de batidores, acompañados por una clase singular de perros rabicortos, se preparan para batir las manchas del terreno mediante voces y silbidos. El cazador, en su postura, tiene que estar atento porque el gran jabalí puede romper y sorprenderle en cualquier momento.
Las batidas de jabalíes son frenéticas y variadas, ya que se cambia de puesto varias veces y los tiraderos cambian. Hay que llevar balas… y calibres contundentes para parar a estos enormes jabalíes. Un visor con amplío rango de aumentos es un gran aliado para estas jornadas en las que los escenarios de cazan van cambiando, y Michel se equipó con un Delta Titanium HD de 2.5 hasta 15 aumentos, campana de 56 mm y retícula iluminada.
La jornada de batida que realizamos tuvo varios escenarios. Contó con unas explicaciones previas sobre seguridad en la caza y comportamiento del cazador. Luego, comprobamos cómo algunos puestos estaban situados en pequeñas torretas por precaución ante la posible presencia de osos durante la cacería. Los batidores, de hecho, llevan hachas como herramientas necesarias de defensa para batir estos agrestes bosques. Nunca se sabe cuándo puede aparecer el oso. Hemos podido recoger el testimonio de guardas que han sido atacados por osos.
Emocionantes esperas en Rumanía
En tierra de osos también realizamos otra de las típicas cacerías del país. La espera es otra de las modalidades que se practica para cazar jabalíes. Tuvimos la suerte de realizar una espera en una reserva enclavada en el corazón de Los Carpatos: Ocolul Silvic Ciucas. Allí, una alta torreta sería nuestro escondite para aguardar varias horas al jabalí. Paciencia, sigilo y ropa preparada para estas situaciones son los ingredientes para realizar las esperas en Rumanía.
Era una noche fría con una ligera llovizna intermitente. Abrigados desde los pies a la cabeza, nuestros oídos se aguzaban intentando detectar la llegada del gran berraco. Una luna tímida nos ayudaba a rastrear el comedero y saber si teníamos en plaza al gran macareno. La espera fue larga, silenciosa, tensa… hasta que llegó. En ese preciso instante, necesitábamos un buen aliado para culminar el lance: un golpe de luz. Para ello, Michel empleó la linterna Olight Javelot Pro con 2.100 lúmenes de potencia. El desenlace fue fulminante. El gatillo lo tensó Michel Coya y sus palabras describen mejor que nadie cómo fue el momento en plena noche transilvana.
Salir de aquel bosque cerrado y umbrío, con la presencia del oso en los talones, es una sensación difícil de describir. La caza tiene estos momentos apasionantes, como tiene el frenesí de las batidas de grandes jabalíes. Rumanía es un país para cazar, para buscar estas emociones.
Hay sólo 1 comentario. Yo sé que quieres decir algo:
Más osos mueren a mano del hombre que hombres a mano del oso.