¡No estamos para errores!
¡No estamos para cometer errores de esta envergadura! Llamar a rebato al sector de la caza sin contar con el compromiso de las federaciones de caza es, cuando menos, una imprudencia. Toca pues, que las partes —convocantes y disidentes— hagan examen de conciencia sobre lo ocurrido, porque sus errores perjudican enormemente lo que presuntamente pretenden defender.
Después de la “macro manifestación” —hay que ser incauto para utilizar lo de “macro”— del pasado domingo en Madrid, y partiendo de la base de que cualquier reivindicación o protesta es bienvenida, pocas reflexiones se ven por parte de ninguna de las partes —convocantes y disidentes— sobre la asistencia, desarrollo, resultado…
Haciendo una media entre lo oficial y lo oficioso, 4.500 personas (una cuarta parte de los federados de la provincia de Jaén) del mundo rural se presentaron a la cita. Habría que restar a los políticos asistentes, pues su comparecencia tenía otros fines. Pocos asistentes, entiendo yo, para un colectivo que cacarea su grandeza y extensión. Los motivos son sabidos. Y gracias a ello nos podemos salvar de las garras de quienes han intentado ridiculizar al sector midiendo la ocupación del recorrido.
Los cazadores se han convertido en un colectivo consumista, tanto de bienes materiales como de propaganda en las RR. SS., y ello despierta el interés de los mercados. Aparecen por todos lados vendedores y salvadores que se atribuyen capacidades y representaciones que no tienen.
¡No estamos para cometer errores de esta envergadura! Llamar a rebato al sector de la caza sin contar con el compromiso de las federaciones de caza es, cuando menos, una imprudencia. Toca pues, que las partes —convocantes y disidentes— hagan examen de conciencia sobre lo ocurrido, porque sus errores perjudican enormemente lo que presuntamente pretenden defender. Los unos y los otros han obviado lo fundamental, haciendo una gestión pésima de su responsabilidad.
Una protesta o reivindicación que se precie debe cumplir con algunos requisitos imprescindibles para su éxito: la oportunidad, la capacidad de convocatoria y el destinatario. La oportunidad del momento podría ser discutible, pues como he dicho al principio, cualquier reivindicación es buena, incluso, cuando la misma haya sido utilizada como propaganda electoral de políticos hipócritas u oportunistas; sobre la capacidad de convocatoria, no hay dudas; y del destinatario, no se sabe, no entiendo cómo se puede protestar a los que están protestando.
El mundo rural, la caza, tienen la mejor de las oportunidades por delante. No más errores.
Juan Beltrán Sánchez
3 comentarios. ¿Quieres agregar algo?:
Estimado Juan, pese a conocer tu adscripción, paso a contestarte.
Es cierto que hay que ser muy «incauto» para confiar en una federación que como dice el refrán, «prometer hasta meter…», y preparar una manifestación, que se pergeñó para ser «macro».
Desgraciadamente, quienes más se han empeñado en ridiculizar al sector midiendo la ocupación del recorrido, son aquellos que se erigen en portavoces de los cazadores, pese a ser federaciones deportivas regidas por la Ley del Deporte y tuteladas por el CSD.
Te invito a que revises las actas de la Alianza Rural, y consultes, con cuantos votos a favor, impuso la RFEC la fecha del 3 de marzo de 2019, para la celebración de una manifestación. Efectivamente alguien ha hecho una gestión pésima de su responsabilidad incumpliendo la palabra dada.
Respecto a la oportunidad, no debía ser mala, pues durante fechas inmediatamente anteriores, ya se andaba trasteando en los despachos de los políticos, justo en los despachos de aquellos a los que llamas hipócritas y oportunistas.
El mundo rural, la caza, efectivamente tiene la mejor de las oportunidades por delante, Pero solo si nadie sigue haciendo el Groucho. Pues algunas personas solo entienden de la palabra dada y el compromiso adquirido, y no tienen «principios al gusto de todos» y del «momento político».
Cordialmente.
Laureano de Las Cuevas
Sr. de Las Cuevas, mi adscripción nunca condiciona mi opinión. Paso a responderle.
En esto de la caza puede pasar como aquella anécdota de la gallina y sus pollos, «que de tanto escarbar para buscarles la comida, termino echando los pollitos al tejado».
Si en estos momentos todavía andamos con el pobre argumento de las federaciones deportivas y sus tutelas, es que no nos hemos enterado de nada en absoluto. Le guste o no, las federaciones «deportivas» las componen cazadores y sus cotos de caza. Y es obvio, al menos en la que estoy adscrito, que su defensa de la caza es clara y permanente.
El tema de la confianza es uno de los grandes problemas del ser humano. Incluso Jesucristo sufrió por ello. Así que en este campo las lecciones son temerarias.
No me gustan las alianzas, ninguna, por todas ellas pretenden la ventaja de las partes más que el interés que ficticiamente les une. Me gusta la unión, que no es lo mismo, porque la unión brota de una idea y objetivo común, y es espontanea.
Sobre la oportunidad, o mejor dicho, sobre los oportunistas, podríamos hablar largo y tendido, pues la caza se ha convertido en un ente consumista y eso despierta los mercados, o mejor dicho, a los mercaderes… «más prometer hasta meter….». Vamos a dejar a los políticos a un lado, por conocidos.
La caza -el mundo rural es muy amplio y a veces no comparte los mismos objetivos- tiene la oportunidad de defenderse como lo hacen sus enemigos… consiguiendo poder político. Por desgracia. Y ese camino lo ha desbrozado una Federación Deportiva, tutelada.
Con toda cordialidad.
Juan Beltrán Sánchez
Sr. de Las Cuevas, mi adscripción nunca condiciona mi opinión. Paso a responderle.
En esto de la caza puede pasar como aquella anécdota de la gallina y sus pollos, «que de tanto escarbar para buscarles la comida, termino echando los pollitos al tejado».
Si en estos momentos todavía andamos con el pobre argumento de las federaciones deportivas y sus tutelas, es que no nos hemos enterado de nada en absoluto. Le guste o no, las federaciones «deportivas» las componen cazadores y sus cotos de caza. Y es obvio, al menos en la que estoy adscrito, que su defensa de la caza es clara y permanente.
El tema de la confianza es uno de los grandes problemas del ser humano. Incluso Jesucristo sufrió por ello. Así que en este campo las lecciones son temerarias.
No me gustan las alianzas, ninguna, por todas ellas pretenden la ventaja de las partes más que el interés que ficticiamente les une. Me gusta la unión, que no es lo mismo, porque la unión brota de una idea y objetivo común, y es espontanea.
Sobre la oportunidad, o mejor dicho, sobre los oportunistas, podríamos hablar largo y tendido, pues la caza se ha convertido en un ente consumista y eso despierta los mercados, o mejor dicho, a los mercaderes… «más prometer hasta meter….». Vamos a dejar a los políticos a un lado, por conocidos.
La caza -el mundo rural es muy amplio y a veces no comparte los mismos objetivos- tiene la oportunidad de defenderse como lo hacen sus enemigos… consiguiendo poder político. Por desgracia. Y ese camino lo ha desbrozado una Federación Deportiva, tutelada.
Con toda cordialidad.
Juan Beltrán Sánchez