Mortandad de tórtolas turcas en Barcelona
La alerta la dieron vecinos de Montjuic y trabajadores de Parques y Jardines tras ver cómo se incrementaba el número de tórtolas desplomadas en el suelo.
Sanidad Animal está realizando análisis para aclarar si se trata de brotes de gripe aviar, del virus del Nilo Occidental o de botulismo.
Decenas de tórtolas turcas han aparecido muertas en los últimos días en el parque del Mirador del ‘Poble-sec’, en la ladera de Montjuic. No se trata del resultado de que las actuaciones de control de la población de palomas, cotorras o gaviotas se hayan extendido a este ave que está ganando terreno en muchas partes de la ciudad sino con toda seguridad, a falta de realizar análisis, de un brote de un virus aviar que afecta a esta especie, el virus de Newcastle, muy contagioso entre las aves pero que no es peligroso para los humanos.
La alerta la dieron al Ayuntamiento de Barcelona vecinos del barrio y los trabajadores de las cercanas instalaciones de Parques y Jardines. Bajo los árboles no dejaban de aparecer tórtolas desplomadas en el suelo. Según fuentes municipales, se dio el aviso a la Consejería de Agricultura, cuyo Servicio de Sanidad Animal es el responsable de identificar la causa de la mortalidad y tomar las medidas necesarias.
Sin peligro para las personas
Según fuentes municipales, desde la Generalidad se informó al Ayuntamiento que todo indicaba que se trata de un brote del virus de Newcastle. A partir de ese momento, operarios del servicio de retirada de animales muertos, que forma parte de la contrata de limpieza urbana, han procedido a acudir periódicamente al parque para retirar a los animales muertos: los vecinos han podido ver cómo en cada una de sus visitas llegan a retirar una bolsa llena de tórtolas difuntas.
Sin embargo, el Departamento de Agricultura sostiene que «no consta» que se haya enviado desde el Ayuntamiento de Barcelona ninguna ave como muestra al Centre de Recerca de Sanitat Animal, el laboratorio responsable de identificar los patógenos responsables de cualquier brote de mortalidad animal de aves salvajes o urbanas. Según el protocolo al seguir en caso de sospecha, es el ayuntamiento correspondiente el que ha de remitir los cadáveres de animales al Cresa.
Una enfermedad prevalente en Catalunya
En otros puntos de Cataluña donde se han producido mortalidades de tórtolas con las mismas características, las aves sí han dado positivo del virus Newcastle, según el Departamento de Agricultura. Ante episodios de muerte de al menos una decena de aves en un radio de 50 metros, Sanidad Animal efectúa análisis para aclarar si se pueden tratar de brotes de gripe aviar, el virus del Nilo Occidental o el botulismo.
El virus de Newcastle, bautizado así porque se detectó por primera vez en 1926 en esta ciudad inglesa, procedente de la isla de Java, ha provocado también la muerte de cientos de tórtolas en los dos últimos dos años en puntos de Málaga, Cádiz, Huelva. El virus es transmisible a otras aves, incluyendo las palomas y las de corral (en los años 70 llegó a acabar con 12 millones de gallinas en EEUU) y en caso de contacto a lo sumo puede provocar síntomas leves, similares a una conjuntivitis o una gripe, en las personas.
Un estudio del CREA, el IRTA y la UAB del 2016 recogía, desde el año 2010, 26 episodios de mortalidad de aves a causa del virus Newcastle, sobre todo en las prolíficas tórtolas turcas y sin que en ningún caso se hubiese producido el temido contagio a las aves de corral.
La tórtola turca (distinguible por el collar negro de su nuca de un tamaño menor al de una paloma), llegó a Catalunya por primera vez en 1968 y a Barcelona en 1989, y desde entonces ha proliferado enormemente. En Barcelona, según el Atlas de Aves Nidificantes de Barcelona, está expandida por toda la ciudad, con unas 3.000 parejas y en aumento, pero las mayores concentraciones, en zonas humanizadas pero con espacios verdes, se sitúan sobre todo en Montjuïc, la fachada marítima, los Tres Turons y las zonas enjardinadas de Pedralbes y Nou Barris, aunque está ausente en Colserola, donde resiste su forestal pariente autóctona, la tórtola europea.
Informa Ernest Alós para elperiodico.com