«Pequeños gestos vitales» para la conservación de muchas especies
Extraer corcinos o perdigones son prácticas intolerables que debemos erradicar, y nuestras actividades han de ser lo más respetuosas posibles con el medio.
Redacción | Salir el campo durante la veda es algo que hacemos los cazadores, ya sea para disfrutar de una jornada campestre o para realizar tareas de gestión en los cotos, como pueda ser el acondicionamiento y mantenimiento de bebederos y comederos. La primavera, como ésta que se alarga debido a las abundantes lluvias, es uno de los periodos en los que los campos se engalanan y visten con sus más vistosos colores. Prácticas agrícolas y actividades de ocio también se realizan ahora, cuando las especies trabajan para perpetuar su superviviencia.
Ya sea durante la primavera o el verano, hemos de tener en cuenta que son épocas de renuevo: las especies crían y tratan de sacar adelante su relevo generacional. Por eso, son fechas delicadas en las que nuestra presencia o actividades no controladas pueden suponer molestias y ser perjudiciales. Por ejemplo, podemos dejar pistas para que un nido que descubramos sea predado o que sea abandonado. Por supuesto, «sacar» pollos de perdiz del campo o un corcino es algo intolerable que todos condenamos. Mejor, ni tocarlos.
La Fundación Artemisan hace un llamamiento a todos aquellos que durante la primavera y el verano salen al campo para disfrutar del entorno con la máxima responsabilidad y respeto, y recuerdan que cumplir «estos pequeños gestos pueden ser vitales para la conservación de muchas especies».